“La continua negativa del régimen de Assad a participar en el proceso político esbozado en la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU, y su dependencia de Rusia e Irán, crearon las condiciones que se están desarrollando, incluido el colapso de las líneas del régimen de Assad en el noroeste de Siria”.
La resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU es la principal demanda política presentada por las potencias occidentales en Siria. Su demanda concreta es la siguiente:
“El proceso político dirigido por Siria, facilitado por las Naciones Unidas y que, en un plazo de seis meses, establece una gobernanza creíble, inclusiva y no sectaria y establece un calendario y un proceso para redactar una nueva constitución, y expresa además su apoyo a la celebración de elecciones libres y justas, de conformidad con la nueva constitución, que se celebrarán en un plazo de 18 meses y se administrarán bajo la supervisión de las Naciones Unidas.”
Tras un alto el fuego a nivel nacional, sin cambiar las ocupaciones de facto por parte de grupos terroristas o potencias externas, la resolución de la ONU prevé tres pasos:
- El establecimiento de un gobierno de transición que sea “creíble” (para Occidente), “inclusivo” (que incluya fuerzas antigubernamentales, armadas y no armadas), “no sectario” (abierto a los islamistas). Este punto sigue el libro de jugadas de otros cambios de régimen orquestados por Estados Unidos, donde en una transición se propone un “gobierno de unidad nacional”, que incluye elementos del gobierno actual, así como grupos insurgentes.
- “Redacción de una nueva constitución”: Este paso tiene como objetivo legalizar la realización de facto de la intervención extranjera y consolidarla en la capital y la estructura del Estado. Establece una constitución que consagra a los diferentes grupos sectarios, divide las posiciones políticas entre ellos y apoya a los partidos políticos para que se organicen según criterios sectarios. También introduce una autonomía regional que convierte la ocupación de facto en una gobernanza local de jure.
- Nuevas elecciones de acuerdo a esta constitución que doten al país de un nuevo gobierno que refleje esta “inclusión”.
La idea principal sigue los ejemplos de Líbano e Irak, después de su ocupación por parte de las potencias estadounidenses. Esto se aplica a la población árabe. La población kurda está exenta de la división sectaria y unida étnicamente.
Las semillas para la federalización de jure ya se han plantado: la autonomía kurda en el este del Éufrates incluso recibió educación estadounidense en gobernanza local. Los grupos apoyados por Turquía han establecido un gobierno en el exilio, así como órganos de gobierno locales. Heyet Tahrir Sham, que ocupa el gobierno de Idlib, ha establecido el llamado “Gobierno de Salvación” que dirige el gobierno local.
Objetivo estratégico y apoyo táctico
El ejemplo iraquí nos da una idea: la ocupación estadounidense dividió a la población árabe en líneas sectarias, rechazando su unidad étnica. Este objetivo se apoyó en la reescritura de la historia, provocando conflictos intersectarios y estableciendo las fuerzas políticas correspondientes. La población kurda, por su parte, fue tratada como una unidad y recibió un gobierno local unitario.
La presencia estadounidense en Siria muestra lo mismo: las fuerzas estadounidenses están estacionadas para proteger la región autónoma kurda, las armas estadounidenses se entregan a lo que se considera su futura fuerza de seguridad, la propaganda estadounidense legitima su existencia.
Las otras dos fuerzas principales, los grupos armados apoyados por Turquía y los islamistas de Idlib, se sitúan como unidades secundarias de apoyo cuya función principal es presionar al Gobierno de Assad para que participe en el proceso político descrito anteriormente. Una vez que se inicie este proceso, servirán al objetivo de crear un conflicto intra árabe para permitir la supervivencia de la región kurda.

Efectos de la reciente ofensiva
La reciente ofensiva de Heyet Tahrir Sham desde Idlib y el Ejército Nacional Sirio apoyado por Turquía en el norte no ha cambiado el marco político en el que Estados Unidos opera en Siria. La cita anterior de la Casa Blanca termina repitiendo el llamado a un “proceso político” dentro del Consejo de Seguridad de la ONU 2254.
Dado que se supone que este proceso legitima las ocupaciones de facto, se espera que los dos grupos mencionados en avance reclamen el territorio recientemente ganado.
Al mismo tiempo, la llamada Coalición Nacional Siria, un cuerpo de fuerzas antigubernamentales con sede en Estambul, Turquía, repitió la demanda de la Casa Blanca:
Su presidente, Hadi el Bahra, dijo, según la prensa turca, que “la resolución 2254 es la única solución política aplicable en Siria. Tenemos derecho a aplicar todas las medidas necesarias para lograr una solución política en su marco. Liberaremos todas las tierras y reclamaremos los derechos de todos los elementos y sectas del pueblo sirio”.
Otros miembros del Gobierno de Transición sirio, también con sede en Türkiye, exigieron que gobernaran la ciudad de Alepo.
Conclusión: a nivel táctico de los suministros, la economía, las tácticas militares, las ganancias de las fuerzas antigubernamentales pueden cambiar las ecuaciones. Pero su llamamiento a la llamada solución política demuestra una vez más que la ofensiva tiene un efecto limitado en el plano estratégico.
Errores de las potencias regionales
La resolución de la ONU mencionada anteriormente fue firmada, entre otros, por Rusia y Turquía. Así, ambos países firmaron un documento que esboza, en formulaciones bastante ocultas, una hoja de ruta para la división de Siria.
El actor más consciente de este hecho es el propio gobierno sirio. Procedente de una tradición panarabista, siendo uno de los líderes del nacionalismo árabe, el gobierno de Assad sabe bien que cualquier firma bajo ese documento iniciará la balcanización del país. Por lo tanto, en todas las rondas de negociaciones en Ginebra y en otros lugares, se resistieron a una cooperación constructiva en este proceso.
E incluso después de la reciente ofensiva, el Presidente Assad declaró que “la fuerza es el único lenguaje que los terroristas entienden”, lo que indica su continua resistencia a tales negociaciones.
Las potencias regionales también han cometido el error de no entender los objetivos estratégicos y tácticos de Estados Unidos en Siria: los grupos islamistas, empezando por el ISIS y continuando más tarde con su vástago Heyet Tahrir Sham, se han presentado como los elementos agresivos y radicales, llamando así la atención.
Los grupos kurdos y, sobre todo, las YPG, el brazo sirio del PKK, mostraron una postura de partido que coopera con el gobierno sirio, un partido que se mantiene neutral. Y, sobre todo, fuera de la división sectaria.
Esto ha causado la impresión de que podrían ser una fuerza neutral o incluso un aliado en el conflicto. Esta impresión también fue el resultado de las deficiencias en el campo de batalla y las limitaciones en los suministros, respaldadas por el hecho de que el acercamiento sirio a las zonas kurdas fue detenido permanentemente por la intervención militar estadounidense.
Pero el hecho es que, para poner fin al conflicto, las potencias regionales no necesitan lidiar con los movimientos tácticos de los adversarios, sino derrotar su objetivo estratégico.
En ese contexto, vale la pena señalar que el Proceso de Astaná se estableció para promover un marco político diseñado principalmente por las potencias occidentales.
Posición de Türkiye
Türkiye tiene una frontera de 900 kilómetros con Siria. Tiene una gran capacidad militar, un importante peso político regional, a diferencia de, por ejemplo, Líbano o Irak, es internamente estable. Por lo tanto, es necesario decir una palabra sobre la posición del gobierno de Erdogan.
El presidente Erdoğan lleva años apoyando la resolución de la ONU antes descrita. Incluso durante el reciente acercamiento con el gobierno sirio, donde Erdogan “tendió la mano”, Ankara presentó estas exigencias.
Türkiye ha llevado a cabo varias operaciones militares en territorio sirio, lo que ha llevado a una presencia militar continua, la creación de estructuras de gobernanza local y la integración económica y social en la parte continental de Turquía.
En los recientes contactos turco-sirios, Damasco exigió la retirada de los soldados turcos o una hoja de ruta para ello. Ankara se negó a dar ese paso antes de que concluyera el proceso político mencionado.
Ankara aprueba el proceso político en el marco de la ONU, incluida la autonomía regional en varias partes de Siria. El gobierno turco tampoco ha expresado su oposición a una autonomía regional kurda.
Pero existe un fuerte desacuerdo entre Ankara y Washington sobre quién gobierna esa entidad. Mientras Washington apuesta por el PKK, Ankara propone que los grupos conectados con Barzani en Irak sean las fuerzas dominantes.
Este desacuerdo no es sencillo, es una de las razones, aunque no la única, de las operaciones militares de Türkiye en suelo sirio.
Cabe destacar que, en estos días, el gobierno de Erdoğan también inició el debate sobre un nuevo gobierno “inclusivo” en Türkiye.
Conclusión
En estos días, los medios de comunicación vuelven a presentar mapas de Siria en diferentes colores, con diferentes fuerzas ocupando diferentes partes. Una de las funciones de estos mapas es crear la percepción de que el país está, irreversiblemente, dividido.
De la historia turca, conocemos estos mapas de colores. Al final de la Primera Guerra Mundial, la mayor parte de Anatolia fue ocupada por potencias extranjeras, pintando “su” territorio de colores.
La resistencia del Gobierno de Assad a la división de Siria, a pesar de años de guerra apoyada desde el extranjero, embargo económico, arrinconamiento diplomático y emigración inducida, brinda esperanzas de que, al final, los planes occidentales serán derrotados y se restablecerá la unidad de la República Árabe Siria.
Esa victoria daría esperanzas a la causa palestina para el objetivo de la integración regional del Asia occidental contra la balcanización.
Yunus Soner*. Politólogo, ex Vicepresidente del Partido Vatan (Turquía), Soner ha participado en visitas diplomáticas a China, Siria, Irán, Egipto, Rusia, Venezuela, Cuba y México, entre otros países. Ha mantenido reuniones con el Presidente Bashar Al Assad (Siria), el Presidente Mahmud Ahmadineyad (Irán), el Presidente Andrés Manuel López Obrador (México), Manuel Zelaya (Honduras) y Ministros de Asuntos Exteriores, Ministros de Finanzas y Representantes del Parlamento de diversos países. Ha trabajado sobre las relaciones turco-rusas, turco-sirias, turco-chinas y turco-egipcias, así como sobre América Latina. Soner ha participado en diversos medios de comunicación internacionales, entre ellos Russia Today y Sputnik (Rusia), CGTN (China), Press TV (Irán), TV siria, El Mayaddin (Líbano) y Telesur (Venezuela) y medios turcos. Ha sido columnista del diario turco Aydınlık.
Artículo publicado originalmente en United World International.
Foto de portada: UWI DATA