Nuestra América

Norma Porras Reyes. Heroína de la Revolución Cubana.

Por Tony López R*
El pasado 11 de octubre en altas horas de la noche, falleció en esta capital Norma Porras, Reyes, una compañera entrañable y como bien lleva este título, una heroína de la Revolución Cubana.

Mi sentido homenaje, al que se han unido muchos compañeros. Norma fue una heroína y como bien nos señalo el apóstol Honrar Honra, sirva estos recuerdos de ofrenda a esta querida combatiente que todos sus compañeros y las generaciones actuales y las que vengan la recordaremos siempre.

Nacida en La Habana un 10 de octubre de 1938, en un hogar humilde y de familia muy pobre. Norma desde muy joven se vincula a la lucha revolucionaria y se integró a las brigadas de acción y en esas tareas conoce a su compañero de vida Ángel “Machaco” Amejeiras, y desde entonces y junto a él, participo en numerosas acciones  y dedicó su juventud a luchar contra la dictadura de Batista y por el régimen de oprobio, de miseria, vicios y horrores, en los que ese gobierno y los anteriores habían  sumido a Cuba entregada a Estados Unidos, como bien ella misma decía, cuando la invitaban a dar charlas sobre la Revolución  en centros obreros y estudiantiles.

Conocí a Norma en septiembre de 1959, a través de otro querido combatiente Ramón Ramírez Jerez, “Monchy”, fue él, quien me la presentó y quien me había llevado a colaborar con la Casa del 26, que radicaba en la calle Cienfuegos. En esa fecha ellos trabajaban en las oficinas del 26 de Julio en la Manzana de Gómez.

Norma Porras y Gladys Marel García

Su imagen y formas nunca la olvidaré, enfundada en su vestido negro guardando luto por su querido esposo el heroico Ángel “Machaco” Amejeiras, y como siempre decía, también por mis hermanos asesinado ese 9 de noviembre de 1958, en el encarnizado y desigual combate, con la policía de la tiranía batistiana.

Combate en el cuál Norma  fue también una valerosa combatiente, que aún estando embarazada, no dejo de repeler con su arma, la agresión policíaca, hasta que fue gravemente herida y sus compañeros Rogelio Perea (Rogito), Pedrito Gutiérrez, y por supuesto su esposo Machaco Amejeiras, ambos tres heridos y ya sin municiones fueron apresados y llevados a los carros policiacos,  se cuenta que Norma, gritaba se lo llevan vivos, en el camino fueron asesinados por los esbirros del dictador Fulgencio Batista.

Esta heroica acción de valentía, resistencia y expresión de lucha de los revolucionarios cubanos, inspiro la historia, que muy bien se cuenta en la cinta cinematográfica Clandestino.

Ya en 1960 además de realizar mi trabajo en el Distrito Metropolitano de Obras Publica, por propuesta de Norma y junto con Monchy, nos incorporamos a colaborar en la Dirección Provincial del 26 de Julio, en la sección de propaganda, de la que se ocupaba Norma, éramos un equipo donde se encontraban otro valioso combatiente del 26, entre ellos Humberto Campo, Eulalia Quintana, “Nenita” y Zenaida Tacoronte.

Norma se caracterizaba por su modestia, sensibilidad, solidaridad, humanismo y siempre con mucha dulzura, receptiva a cualquier compañero que le propusiera alguna iniciativa, nunca en eso casi dos años que estuve vinculado a ella, le escuche una mala respuesta o una acción grosera, no, Norma era una expresión de modestia y decencia.

Era muy dinámica y con un alto sentido de la unidad, en esos primero dos años de la Revolución, se presentaron algunos debates, sobre todo en sectores anticomunistas y Norma siempre fue un elemento unitario, recuerdo que mantenía una muy buena relación con el comandante Humberto Castello, dirigente del Directorio Revolucionario y con Cesar Escalante, miembro de la Dirección del Partido Socialista Popular que atendía el trabajo de propaganda en aquella época.  Políticamente era y fue siempre una fiel y ferviente defensora del pensamiento político del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

En aquellos dos primeros años, pude apreciar la devoción y el prestigio de Norma, por su historial en la lucha que junto a Machaco y otro compañeros desarrolló  en la lucha  clandestina, más aún cuando Machaco, asumió la responsabilidad de dirigir  al Movimiento 26 de Julio en La Habana, y cuyos movimientos y acciones, siempre resultaban complejos y peligrosos y allí a su lado, Norma era un acicate y un baluarte en la lucha, tal como quedó demostrado  en el  desigual  combate contra las fuerzas de la dictadura en  O’ Farril y Goicuria, reparto  de la Víbora.

Este enfrentamiento fue el más duradero en La Habana, casi 6 horas, hubo una extrema ferocidad de los esbirros de la dictadura batistiana, pero no hubo rendición de los cuatro revolucionarios, ellos fueron capturados heridos y solo cuando se les acabaron sus municiones dejaron de combatir. Ellos, Machaco, Rogito y Pedrito, fueron asesinados en los autos policiacos que lo llevaban supuestamente al hospital, ninguno llegó vivo y solo Norma sobrevivió muy mal herida y embarazada.

De igual conducta y firmeza que ya había demostrado “La Flaca”, como le decíamos algunos compañeros, cuando cumplió prisión en dos ocasiones. Todos aquellos combatientes, en esos primeros años, que le rodearon y que yo viví y disfruté en el trabajo con Normita y aprecié en aquel equipo la admiración y el respeto que le brindaban, entre ellos el querido Wilfredo Rodríguez, Coordinador Provincial del Movimiento 26 julio y Julito Alom, Coordinador Municipal, ambos ya fallecidos, también el compañero Alejandro Arias miembro de la dirección provincial. Emilio Aragonés y Armando Hart, dirigentes nacionales del Movimiento 26 de Julio. 

Muy especial para ella fue un grupo de compañeros, soñadores como ella, por una Cuba con justicia social, independiente, y prospera para todos y que ella los consideraba como sus hermanos y algunos de los que conspiraron con ella y Machaco, durante la lucha, como Carlos Carrasco, Armando Lastra, (QEPS) Humberto Campos, Giraldo Mazola, Ramón Rodríguez, (QEPD) José Antonio Navarro “Papo”. El gallego Franco (QEPD) Ramón Ramírez (Monchy) (QEPD) Gladys García, Eulalia Quintana “Nenita”, y Zenaida Tacoronte.  

De todos ellos y de sus relaciones con Norma no los olvido, una de esas manifestaciones de cariño y admiración por Norma, fue el pasado 9 de Noviembre del 2019, cuando en la Universidad en La Habana, rendimos homenaje en el 61 aniversario del asesinato a los mártires de O’Farril  y Goicuria y  junto a ella y rodeada  por los compañeros  Ricardo Alarcón de Quesada, Humberto Campos y varios compañeros que militaron en el Directorio Revolucionario y Diego de la Torre, dirigente de la FEU y organizador de esta actividad, en coordinación con la Asociación de Combatientes de la Revolución del municipal Plaza.

Norma desempeño importantes responsabilidades luego de haber cursado la Escuela Nacional de Instrucción Revolucionaria, fue a ocupar tareas en el gobierno de la provincia (JUCEI), también en el Instituto Nacional de la Vivienda y cumpliendo con lo que Fidel en algún momento llamó a los revolucionarios a estudiar, ella, graduó de Ingeniera Agropecuaria e hizo la licenciatura en Sociología.

En 1959 nació su hijo, Ángel Amejeiras Porras, (Machaquito) el mismo que gestaba cuando el combate y logró salvarse y en su vientre la acompaño en la cárcel hasta el triunfo de la Revolución. En su segundo matrimonio, gestó su otro hijo varón Osiris, amantísima madre. Norma fue siempre un ejemplo para sus hijos y desde la eternidad los estará acompañando.

Muchas anécdotas y comentarios quedan por decir, de esta extraordinaria mujer, comunista, fidelista, y combatiente revolucionaria.

Notas:

*Periodista, politólogo y analista internacional. Colaborador de PIA Global

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