El desacuerdo sobre el derecho al voto de los expatriados ha paralizado a la subcomisión parlamentaria encargada de revisar las enmiendas a la ley electoral. Sin un acuerdo, el progreso legislativo permanecerá congelado. Se requeriría un acuerdo político para reactivar la comisión y allanar el camino para una votación en el Parlamento.
Los parlamentarios de la oposición presionan para que los expatriados voten en los 128 escaños parlamentarios, mientras que el bloque Amal-Hezbolá, apoyado por el Movimiento Patriótico Libre, insiste en aplicar la ley vigente, que permite a los votantes de la diáspora elegir seis parlamentarios o regresar al Líbano para votar en sus distritos.
Una fuente del bloque chií expresó: «Estamos abiertos a un acuerdo, siempre que no se elimine el Artículo 112 de la ley vigente, que regula el voto en el extranjero. Eliminarlo inclinaría la balanza a favor de nuestros rivales, quienes pueden hacer campaña libremente en la diáspora, a diferencia de nosotros. Al ser Hezbollah catalogada como organización terrorista en otros países, muchos de nuestros miembros están sujetos a sanciones estadounidenses. Debemos proteger a nuestra comunidad en el extranjero y evitar exponerla a cualquier tipo de persecución legal o de seguridad».
Mientras tanto, el presidente del parlamento, Nabih Berri, ha reiterado que las elecciones se celebrarán bajo la ley vigente, una postura que se considera ampliamente contraria a la exigencia de la mayoría parlamentaria de eliminar el Artículo 112, que permitiría a los expatriados votar desde sus países de residencia. La postura de Berri sugiere una compensación: eliminar los seis escaños exclusivos para expatriados a cambio de excluir por completo el voto en el extranjero.
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