Desde que la junta militar tomó las riendas del país a fines de julio del año pasado, mucha agua ha pasado bajo el puente y no agua turbia, sino aguas de renovación y descolonización. Aguas que quizás traigan una nueva independencia nigerina.
Claro que también debemos señalar que Níger no está solo en esta cruzada anticolonialista y antiimperialista en la se ha embarcado. La Alianza del Sahel, que también integran Mali y Burkina Faso recorren el mismo camino. Así, juntos, los tres países que hoy están gobernados por juntas militares que se vieron forzadas a tomar el poder para torcer así el curso de la historia, de su historia. Una historia que los ha mantenido bajo el yugo colonial francés y la bota imperial de Washington.
Volviendo a Níger y al proceso en el que se encuentra a partir del 26 de julio de 2023 y para poder contextualizar el motivo de este artículo, debemos remitirnos a esa fecha en particular y a lo que fue sucediendo a partir de allí. Entonces vayamos hacia ese principio.
Ya señalamos la fecha exacta, ahora entremos en lo que ocurrió ese día y lo que vendría después. Casi un año de historia resumida en poquitos párrafos, todo un desafío.
Golpe y apoyo popular
Níger era visto como el último bastión de estabilidad en el Sahel africano, luego del traspaso democrático del poder, en 2021. Mientras en los países vecinos, como Mali y Burkina Faso, los ejércitos llevaron a cabo cuatro golpes de Estado.
Mohamed Bazoum, el último presidente electo, era considerado un socio confiable de Occidente. Níger estaba señalado a ser el único bastión para evitar un colapso total de la seguridad en el Sahel. Pero esta lealtad a Occidente y darle la espalda al pueblo que lo apoyó en las urnas sería lo que finalmente desencadenaría en un gran apoyo a los militares que lo derrocaron aquel 26 de julio. Y no por casualidad, los primeros en condenar rotundamente el golpe que instaló como líder al jefe de la guardia presidencial, el general Abdourahamane Tchiani, fueron los Estados Unidos, Francia, la UE y las Naciones Unidas. Aquí debemos señalar que Estados Unidos, que tiene tropas y una base de drones en Níger desde hace más de una década y que Francia fue la antigua metrópoli que mantuvo colonizado a este país. Lo de la UE y la ONU, ya no sorprende. Lo que sí fue sorprendente es que al igual que en Burkina Faso y Mali, las calles de Níger se colmaron de manifestaciones de apoyo a la junta militar en la misma medida que crecía el sentimiento anti francés.
Luego vendrían las clásicas sanciones económicas, las amenazas de intervención de la CEDEAO, la fallida visita de Victoria Nuland como último intento occidental para mantener a su “socio” bajo control. También la expulsión de todos los diplomáticos franceses de suelo nigerino irían marcando el camino de la junta. Todas medidas que solo elevaron el valor patriótico del golpe. La Alianza estratégica con Mali y Burkina Faso, el apoyo del Kremlin y por supuesto las sombras chinescas de Xi JInping, completan el contexto que nos trajo hasta aquí.
EE.UU, la CEDEAO y Francia los grandes perdedores
Señalamos el sentido patriótico del golpe de Estado en Níger, entonces también debemos señalar cuales fueron los intereses que tocaron y las relaciones que se rompieron tras el golpe. Como hubo ganadores, también hubo perdedores.
El primero de los perdedores en este capítulo de la historia nigerina es Francia y su colonialismo. Perdedor ya no solo por el golpe en sí, sino por su efecto en las calles. Más adelante volveremos a citar a Francia dentro de los grandes perdedores.
Otra gran perdedora fue la CEDEAO, que no solo no pudo ejecutar su plan de intervención a pedido de Occidente, sino que además, más tarde vio como los tres países de la Alianza del Sahel abandonaron la organización que nuclea a los países de África Occidental.
EE.UU será otro de los que recibieron un golpe ¿mortal? Para sus intenciones en este lado del mundo. Como señalamos ni la hábil y rapaz Victoria Nuland fue capaz de torcer la historia. Su influencia no melló las intenciones de los militares a cargo del gobierno de no dejarse influencia. Hasta le negaron visitar al presidente depuesto.
Lugo, ya más acá en el tiempo, la junta le puso plazo a la permanencia de las FF.AA norteamericanas en suelo nigerino. Hecho que puso en alerta a Occidente y en movimiento a las tropas estadunidenses, esta vez no para intervenir sino para desalojar sus bases y puestos.
Francia, la energía y el uranio
Dijimos que volveríamos a seguir los pasos de perdidos de Francia después del golpe. Y Aquí desandaremos ese camino.
Níger posee importantes recursos naturales, incluyendo uranio y petróleo. Estos recursos lo convierten en un lugar atractivo para la inversión extranjera y la explotación comercial y por supuesto para el saqueo colonial. Es el séptimo productor del mundo de uranio, y el cuarto con mayores yacimientos. La empresa francesa Orano, con participación del Estado galo, explota la principal mina de este mineral radioactivo y es propietaria en mayoría de dos minas más que aunque estén inactivas no restan la importancia de la intervención. El uranio que se extrae en esas explotaciones supone el 10% del que se usa después en las centrales nucleares francesas para producir electricidad.
Al mismo tiempo, Níger sigue siendo uno de los principales proveedores de la Unión Europea. Según datos de Euratom, la Comunidad Europea de la Energía Atómica, el uranio nigerino representa una cuarta parte de las importaciones para las centrales nucleares de Europa.
La decisión de la junta de elevar el precio del uranio nigerino, pasando de 0.84 dólares por kilogramo a 214 dólares, es un movimiento trascendental que no solo afectará su economía local sino también busca hacerlo en el panorama del mercado global de uranio y las relaciones internacionales. Históricamente, Francia ha sido el principal comprador de uranio de Niger, ejerciendo un peso dominante sobre el precio de este recurso extraído del país africano. Antes del reciente ajuste, Francia había establecido un precio de €0.80 por kilogramo, una tarifa que no reflejaba el valor real del uranio en el mercado internacional.
Más allá de los objetivos de viabilidad económica y ajuste al precio del mercado, Níger también pretenden utilizar el uranio como factor de negociación en el conflicto actual que posee con Francia y parte de Occidente, con Estados Unidos a la cabeza.
Orano con un pie fuera de Níger
La compañía Orano, principal explotadora del uranio nigerino, indicó en estos días que recibió una notificación de las autoridades del país para que cesen sus actividades dentro del país. Esto ocurre a tan solo dos semanas después de haber reiniciado su actividad allí. Níger retiró el permiso de explotación de la compañía estatal francesa sobre la mina de uranio de Imouraren, una de las mayores del mundo del mineral con el que se elabora el combustible de las centrales nucleares.
Francia es una de los pocos países en el mundo que ha apostado de manera decidida y tajante por la energía nuclear. Con más del 70% de su electricidad proveniente de plantas nucleares, la estabilidad de su suministro de uranio es crucial, es el segundo país del mundo con más reactores (56) justo por detrás de EEUU. Níger ha sido históricamente uno de los principales proveedores de este mineral para Francia.
Con todo, la reciente decisión de la junta militar de Níger de retirar el permiso de explotación de uranio a la empresa pública francesa ha desatado una crisis energética y geopolítica en Francia, justo antes de las elecciones legislativas, que se celebrarán el 30 de junio y el 7 de julio. Este movimiento no sólo pone en jaque la estrategia nuclear de Francia, sino que revela un entramado de intereses y tensiones internacionales que van más allá de una ‘simple’ cuestión de suministro de minerales.
Las minas de uranio de Arlit y Akokan, gestionadas por Orano, han sido pilares fundamentales para asegurar un flujo constante y relativamente económico de uranio hacia Francia. No es un hecho baladí la importancia de Níger en la estrategia energética francesa, sino por lo contrario es algo que no puede subestimarse. Además, la interrupción del suministro de uranio desde el país africano llega en un momento particularmente delicado para Francia. Con las elecciones legislativas a la vuelta de la esquina, la administración de Emmanuel Macron se encuentra en un momento crucial. La perspectiva de una crisis energética, con posibles aumentos en los costos de la electricidad y riesgos de apagones, podría tener consecuencias políticas devastadoras.
En un contexto ya de por sí tenso, marcado por el aumento de protestas y una creciente desconfianza hacia el gobierno, Macron se enfrente a un nuevo desafío. La decisión de Níger , como muchos países africanos, es un campo de batalla en la lucha de influencias entre grandes potencias mundiales.
La decisión de Níger sobre la explotación de sus recursos naturales viene a reflejar una nueva manera en las relaciones de una parte de África con el mundo, que por supuesto no será gratuita, pero que siempre es plausible. Una nueva independencia asoma en el horizonte africano. Esta vez desde el libre control de sus recursos, muchas veces tildados de un verdadero maleficio, ya que a pesar de la riqueza de los países en recursos naturales, la expoliación y robo de los mismos los mantienen empobrecidos y bajo control.
Hoy la explotación de estos recursos pone en jaque a una de las potencias mundiales. El camino de la descolonización apenas está comenzando en esta parte del continente africano.
*Beto Cremonte, docente, profesor de Comunicación social y periodismo, egresado de la UNLP, Licenciado en Comunicación social, UNLP, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política. FPyCS UNLP.