El premier israelí, Benjamín Netanyahu, intenta convencer este año al congreso estadounidense de que apruebe sus intenciones de escalar la expansión sionista en Medio Oriente, mientras millones de personas observan la masacre en Gaza, desde el 7 de octubre, a través de sus teléfonos celulares.
Palestina atravesada entre dos modelos de mundo, Multipolar y Unipolar, es frente testimonial del genocidio diario perpetrado por las Fuerzas de Defensa Israelíes comandadas por Netanyahu en territorio gazatí.
En tiempo real y ante la vista de millones, el proyecto colonial globalista para Medio Oriente vuelve a materializarse con la visita de Netanyahu al congreso estadounidense, cuando el país norteamericano, único capaz de haber financiado a Israel desde toda perspectiva para en su «guerra» contra Hamas, vivió recientemente el atentado contra Donald Trump y el declinamiento de la candidatura presidencial de Joe Biden, en un lapso de 8 días.
En vistas de continuar el tutelaje a Palestina, Netanyahu, pretendido de escalar su «guerra» regional, obvia que Israel perdió el imaginario de potencia para los países árabes y musulmanes: el Eje de la Resistencia ha demostrado un encuadre de defensa múltiple sobre el terreno a través del Hezbollah libanés, la Resistencia Islámica de Irak, el movimiento Ansar Alah en Yemen y las brigadas de Yihad Islámica y Hamas que acuerdan combatir en función de solidarizarse con el pueblo de Gaza y su representación histórica, sostenidos por la estabilidad estratégica de la República Islámica de Irán; enemigo del Pentágono y pilar del llamado “Eje del mal”, motivo por el cual la Cámara de Representantes estadounidense aprobó en mayo pasado un monto de 26 000 millones de dólares a Israel para reforzar sus vulneradas defensas tras la respuesta misilística iraní producto del atentado sionista cometido a la embajada de Irán en Siria el 13 de abril.
Mientras que China y Rusia han tomado cada una de las demandas palestinas en el Consejo de Seguridad de la ONU y países de distintos lugares del planeta (146) reconocen formalmente al Estado palestino en Naciones Unidas, el Congreso de EE.UU. recibe al premier israelí en un contexto en que el Estado hebreo atraviesa multitudinarias movilizaciones internas que reclaman la liberación de los rehenes [retenidos por Hamas] y un llamado a elecciones presidenciales.
Sin embargo, la llegada de Benjamín Netanyahu a Washington lo encuentra esta vez con el relieve de sectores críticos de propios congresistas estadounidenses, movimientos pro palestina manifestándose en torno al Congreso y sectores judíos posicionados en contra del primer ministro israelí, sin resquebrajar la alianza entre el lobby sionista y la Casa Blanca mantenida por el recurso financista de la reserva federal de los Estados Unidos, en tanto que el abandono estatal del dólar (desdolarización) entre los países BRICS+ continúan acelerando el declive político de un Occidente que pretende mantenerse en la escena internacional sin respetar la Carta de la ONU y perdiendo en la batalla política.
*Favio Vidal, Periodista y Técnico Superior Universitario en Comunicación Popular, Adscripto de la Cátedra Acción Colectiva y Organización Popular en la Historia Argentina; F.P y C.S – UNLP. Miembro del equipo de PIA Global.
Foto de portada: El Primer Ministro, Benjamin Netanyahu, se dirige a una sesión conjunta del Congreso de Estados Unidos en 2015. REUTERS