Persistente en lograr la candidatura de Morena a la Presidencia de la República, el senador Ricardo Monreal Ávila advierte que “ratificar la hazaña de 2018”, cuando la ciudadanía se volcó a las urnas en favor de Andrés Manuel López Obrador, depende de la unidad del partido y un proceso de elección interna con reglas claras, equitativas y con “piso parejo” para todos los aspirantes.
“Para poder consolidar la transición política y el cambio de régimen, necesitamos evitar una lucha anticipada de facciones, donde los seguidores de Claudia me atacaran a mí, o los seguidores de Marcelo atacaran a los seguidores de Claudia o los de ésta a Marcelo o ambos a Adán Augusto. Esto sería una guerra fratricida en la que todos vamos a perder y a poner en riesgo el triunfo de 2024.”
En entrevista con La Jornada, rechaza que pudiera “tocar puertas” en otros partidos, “voy a luchar dentro de Morena”, y asegura que su relación con el presidente López Obrador no se ha deteriorado, pese a “las intrigas palaciegas” que lo responsabilizan de las derrotas electorales en la Ciudad de México el año pasado, y recuerda que más de la mitad de su carrera política la ha vivido al lado del Ejecutivo federal.
“He estado con él en las buenas y en las malas durante los últimos 25 años, soy fundador de Morena”, recalca, e insiste en que “quien logre suceder al presidente López Obrador, debe profundizar el proceso de trasformación democrática” iniciado por el tabasqueño.
De hecho, reconoce que tanto la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, como los secretarios de Relaciones Exteriores y de Gobernación, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López, respectivamente, garantizan la continuidad del proyecto de la 4T, porque “todos nos hemos formado en el movimiento y no vamos a traicionar sus principios”.
Cambios en seguridad
De ganar la candidatura, Monreal sostiene que seguirá con los postulados del presidente López Obrador, pero define que haría cambios. El principal: revisar el plan de seguridad pública. “Lo digo sin ningún afán de confrontarme con el Presidente, creo que lo mejoraría, luego de escuchar la opinión de los sectores y la sociedad”.
Considera además la pertinencia de “atraer” nuevamente a Morena a aquellos sectores que dieron el triunfo en las urnas en 2018, “clases medias, intelectuales, el sector económico, asociaciones religiosas, universitarios, incluso, me parece un error alejarse de los comunicadores, de los medios de comunicación. Eso es lo que creo que debe hacer Morena, y no irse a los extremos.”
Reitera que no había razón para excluirlo de las reuniones en que han participado los tres aspirantes, y acudió a Coahuila la semana pasada “porque no quiero que crezca el abismo, una percepción equivocada de la realidad, que pueda aislarme y menos confrontarme con quien fundó este movimiento, a quien considero líder, guía, para mí es el más importante durante las últimas décadas”.
Ahora, sólo falta que el partido fije “reglas transparentes y equitativas para la contienda interna, que generen inclusión”, a fin de prohibir “tajantemente el uso de recursos públicos y también de recursos privados, aunque provengan de amigos o familiares, y las campañas anticipadas que violan la ley”.
Advierte además que la encuesta o las encuestas de las que saldrá el candidato deberán ser organizadas por entes autónomos que tengan plena credibilidad. “Eso es parte del consenso al que debemos llegar”, porque “lo he dicho y lo repito con todas sus letras, no estoy de acuerdo con una encuesta que el partido organice, que el partido desarrolle y el partido cante, porque se convierte en juez y parte”.
Sin embargo, si las reglas son claras y en igualdad de circunstancias, “nadie tiene que irse de Morena”. Por eso “no estoy pensando en un plan B, tengo amigos en PRI, PAN y Movimiento Ciudadano, pero, por principio, nadie me ha invitado, ni yo estoy tocando puertas para ser su candidato. Toda mi actividad está orientada a luchar dentro de Morena”.
Ex gobernador de Zacatecas, con amplia trayectoria en el ámbito parlamentario y fama de operador político nato, rechaza que haya perdido la estima del Presidente de la República, luego de la derrota de Morena en nueve alcaldías de la Ciudad de México, el año pasado.
“Yo no tengo ninguna dificultad con el presidente López Obrador, no está afectada la relación, ni siquiera agrietada. De mi parte sólo hay respeto para él, nunca he tenido una expresión irrespetuosa, simplemente tengo opiniones distintas en algunos temas y en algunas políticas públicas que se han diseñado.”
El coordinador de los senadores de Morena advierte que “quienes crean que se puede manipular a los residentes de la Ciudad de México están equivocados, y lo que deben hacer es revisar los mecanismos de selección de candidatos, la exclusión de muchos liderazgos y recomponer la historia de lucha social que Morena y la izquierda habían tenido por décadas en la capital del país”.
En ese sentido, sostiene: “Yo no soy responsable de las derrotas, ni siquiera en la alcaldía Cuauhtémoc, es hasta ofensivo decir que se perdió por la influencia de un personaje político” y formula una advertencia: “Hay que tener mucho cuidado con la ciudad, que por vez primera está en riesgo”.
–Hay versiones de que, por ese distanciamiento, el presidente López Obrador no envió la reforma eléctrica al Senado.
–Todas las reformas presidenciales que nos llegaron, todas, se aprobaron.
Sostiene que la iniciativa presidencial en materia eléctrica “aquí la hubiéramos sacado, con mucho diálogo con la oposición. Nosotros sacamos la primera etapa de las reformas que al Presidente le interesaban. Él sabe que el Senado cumplió, no hubo reticencias, tampoco regateamos nada de lo que el Estado mexicano, por conducto del Ejecutivo, le urgía o se había planteado como prioridad”.
*Andrea Becerril y Roberto Garduño son periodistas de La Jornada Mx, donde fue publicado originalmente este artículo.