“La expulsión de solicitantes de asilo y refugiados equivale a una violación de las obligaciones de La India en virtud del derecho internacional consuetudinario, que prohíbe a los gobiernos devolver a las personas a un territorio donde corren el riesgo de sufrir violaciones graves de los derechos humanos”, reza el texto.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) dijo el viernes que a pesar de las repetidas solicitudes, no se les concedió acceso a la familia rohinya detenida en Assam antes de su deportación.
Eso se produce mientras el pasado noviembre la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresó su preocupación por el regreso de refugiados rohinya a Birmania. Los investigadores del organismo denuncian que las condiciones aún no son propicias para su retorno, advierten que hay un alto riesgo de persecución.
Los musulmanes rohinya sufren la brutal represión del ejército y los budistas extremistas. Amnistía Internacional anunció en noviembre que le retira su máxima distinción, “Embajadora de Conciencia”, a la líder de facto de Birmania, Aung San Suu Kyi, por no impedir la violencia contra la minoría rohinya.