Europa

Milagro antes de Navidad: Bruselas y Londres alcanzan un acuerdo en tiempo de descuento

La Comisión Europea y el Reino Unido han alcanzado este jueves, tras una madrugada agónica, un acuerdo que estructure las relaciones entre ambos a partir del próximo 1 de enero

Por Nacho Alarcón y Celia Maza

 

Foto: El primer ministro británico Johnson saluda a la prensa mientras la presidenta de la Comisión Europea entra en Downing Street. (Reuters)

El primer ministro británico Johnson saluda a la prensa mientras la presidenta de la Comisión Europea entra en Downing Street. (Reuters)

 

La Comisión Europea y el Reino Unido han alcanzado este jueves un acuerdo que estructure las relaciones entre ambos socios a partir del próximo 1 de enero de 2021, fecha en la que finaliza el periodo transitorio y Reino Unido sale finalmente del bloque. La última fase de las conversaciones, a apenas una semana del fin de año, se extendió durante toda la madrugada del miércoles al jueves y ha estado marcada por unas intensas rondas de diálogo directo entre Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Boris Johnson, primer ministro británico.

 

«Tenemos un trato justo y equilibrado (…) ha sido un camino largo y tortuoso», ha explicado la jefa del Ejecutivo comunitario en una rueda de prensa.»Hoy es un día de alivio, teñido de algo de tristeza», ha señalado Michel Barnier, negociador jefe de la Comisión Europea en la misma comparecencia ante los medios de comunicación. «El reloj ya no está corriendo», ha asegurado el francés, haciendo referencia a una frase con la que desde el principio de la negociación ha presionado a sus homólogos británicos, a los que repetía en público y en privado que el reloj estaba corriendo y el tiempo se agotaba.

 

Los negociadores técnicos europeos, liderados por Barnier, y los británicos, dirigidos por el diplomático David Frost, han trabajado desde febrero de 2020 para cerrar un pacto en tiempo récord, acuciados además por las limitaciones de la pandemia de coronavirus. Sin embargo, tres puntos han requerido de una mayor involucración política por parte de la Comisión Europea y de Downing Street: gobernanza del acuerdo, igualdad de condiciones y pesca.

En los dos primeros puntos la Comisión Europea ha logrado finalmente cesiones que consideraba centrales, como un compromiso en materia de ayudas de Estado o un mecanismo de “no regresión” en materia de estándares laborales y medioambientales, así como una gobernanza que permita tomar represalias cruzadas. Esos dos pilares se verán protegidos por la capacidad de cualquiera de las dos partes de tomar represalias «autónomas» si consideran que el otro socio está incumpliendo sus compromisos.

 

Ha sido el último punto, la pesca, el que ha mantenido el pacto en la cuerda floja hasta el último momento: establecer el acceso de los pesqueros europeos a aguas británicas y las cuotas de pesca ha demostrado ser el asunto más complejo de solucionar. Es un punto clave a nivel político para el Reino Unido, pero también para otros Estados miembros costeros, como Francia. De hecho, desde que este miércoles las fuentes comunitarias comenzaran a hablar de un acuerdo inminente, los negociadores han seguido discutiendo respecto a los detalles de pesca, algo que les ha ocupado toda la madrugada del miércoles al jueves. «Línea a línea, pescado a pescado», ha explicado una fuente de las negociaciones. El pacto final permite una transición de cinco años y medio para los pesqueros europeos y un recorte del 25% de sus capturas. Tras esa etapa, la Unión Europea y el Reino Unido tendrán que negociar año a año.

 

Las capitales tendrán ahora algunas horas para poder revisar con sus abogados y expertos cada parte del acuerdo y decidir si están conformes con él o no. Algunos Estados miembros, especialmente Francia, se han mostrado muy cautos a lo largo de las últimas semanas, llegando a expresar preocupaciones por posibles cesiones no solamente en materia pesquera, sino también en asuntos de igualdad de condiciones. Aunque los diplomáticos de los Veintisiete han sido informados durante todo el proceso por Barnier, no hay nada que se pueda dejar a la interpretación o la improvisación, así que repasarán cada coma y cada punto del acuerdo para encontrar cualquier posible inconsistencia que genere problemas en el futuro.

Michel Barnier y Ursula Von der Leyen. (EFE)

Michel Barnier y Ursula Von der Leyen. (EFE)

 

Pero las primeras señales desde París parecen bastante positivas. Emmanuel Macron, presidente galo, ha escrito un mensaje felicitando a Barnier su trabajo y se ha mostrado optimista respecto al pacto alcanzado. «El acuerdo con el Reino Unido es fundamental para proteger a nuestros ciudadanos, nuestros pescadores, nuestros productores. Nos aseguraremos de que este sea el caso. Europa avanza y puede mirar al futuro, unida, soberana y fuerte», ha escrito. Angela Merkel, canciller alemana, también ha subrayado en un comunicado que «el acuerdo es de importancia histórica».

 

Cuando las capitales den su visto bueno, se podrá pasar de hablar de un acuerdo entre la Comisión y el Gobierno del Reino Unido a un pacto entre la Unión Europea y el Reino Unido. El texto se adoptará a través de procedimiento escrito ya que no hay ninguna reunión del Consejo prevista antes del 31 de diciembre. La cuestión ahora son los próximos pasos: el Consejo apostará por la aplicación provisional del acuerdo dado que no hay tiempo para que el Parlamento Europeo ratifique el acuerdo antes del próximo 31 de diciembre. Fuentes europeas se han mostrado confiadas en que el pacto será considerado un acuerdo europeo y no mixto, por lo que no requeriría de la ratificación de todos los parlamentos nacionales.

A Londres

Cerrar el pacto no termina con la incertidumbre. Ahora toca ratificarlo en Westminster y eso siempre ha supuesto un verdadero problema para el inquilino de turno de Downing Street.

 

En su día Theresa May cosechó hasta tres históricas derrotas. Los euroescépticos no aprobaban la solución inicial que se ofrecía para la frontera entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte. Por su parte, los europeístas intentaron retrasar todo lo que pudieron la situación en un intento desesperado de revertir el divorcio o intentar celebrar un nuevo referéndum.

Con Boris Johnson las cosas ahora son muy distintas. Y no solo porque tiene mayoría absoluta en la Cámara Baja, sino porque hizo firmar a los candidatos ‘tories’ que se presentaron el año pasado a las generales que no se interpondrían en los planes del Gobierno. Ahora bien, el núcleo duro euroescéptico amenaza ahora con rebelión si, a su juicio, consideran que se han hecho demasiadas concesiones que pongan en peligro la soberanía, considerado el santo Grial.

 

Johnson se ha congratulado este jueves de alcanzar finalmente un acuerdo “de libre comercio estilo Canadá” que dice “será beneficioso para toda Europa” y “resolverá” una relación con la UE “que no siempre ha sido fácil”. “No tiene por quér ser malo que ahora el Reino Unido empiece a hacer las cosas de una manera distinta”, señaló. “Quiero dejar claro que el Reino Unido siempre será para los comunitarios, un amigo, aliado, su principal socio comercial. Los vínculos emocionales históricos, emocionales, culturales siempre estarán ahí. Y prueba de ello son los más de 4 millones comunitarios residentes en este país que han regularizado ya su situación y los que damos gracias por su contribución al Reino Unido”.

Boris Johnson: “Tal y como prometimos, recuperamos el control de nuestras leyes, nuestro dinero, nuestras aguas”

El premier además ha mandado un mensaje para todos aquellos que pedían estos días extensión de negociaciones para centrarse en la pandemia del coronavirus que tiene ahora prácticamente confinado a todo el país. “No podíamos extender esto por la pandemia… había que acabar con un gran punto de incertidumbre para poder centrarnos precisamente en la pandemia”, recalcó.

 

En definitiva, gran día para el inquilino de Downing Steet que ahora presume de haber cumplido su gran promesa de “recuperar el control”. “Tal y como prometimos, recuperamos el control de nuestras leyes, nuestro dinero, nuestras aguas”. “El Reino Unido podrá realizar sus propias leyes y ya solo serán los juzgados británicos los que las interpreten. Muchos querían esto, pero creían que era imposible. Pero hemos conseguido recuperar el control y ser dueños de nuestro destino”, añadió.

Volver a negociar

A partir de enero de 2021 la Unión Europea y el Reino Unido comenzarán una nueva era sobre la base de este acuerdo, e inmediatamente tendrán que seguir negociando. Todo el mundo lo da por hecho en Bruselas: el pacto es de mínimos y la relación futura se tendrá que ir construyendo sobre esa base. Un portavoz del Ejecutivo británico ha señalado que el acuerdo alcanzado «permite el inicio de una nueva relación entre el Reino Unido y la Unión Europea y algo que siempre hemos querido: una relación comercial y económica próspera entre un Reino Unido soberano y nuestros socios y amigos europeos».

 

El Reino Unido y la Unión Europea siguen necesitándose y compartiendo la inmensa mayoría de su agenda. Los próximos meses serán importantes para la aclimatación de Londres a una vida real fuera del club comunitario, porque, aunque el Brexit se produjo el 31 de enero de 2020, durante este tiempo ha seguido disfrutando de los beneficios económicos de la membresía gracias al periodo transitorio. «Por fin podemos dejar atrás el Brexit. La Unión Europea puede avanzar», ha celebrado Von der Leyen. «Es hora de dejarlo atrás, nuestro futuro está en Europa», ha concluido la presidenta.

 

Fuente: El Confidencial