Entre 2018 y 2020, los salarios mínimos reales en México registraron un incremento acumulado de 35.8 por ciento; no obstante, el avance de la inflación en 2021 redujo el aumento el año pasado, revelaron la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
De acuerdo con su publicación conjunta Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. Los salarios reales durante la pandemia: evolución y desafíos, México destaca entre las economías de la región, al registrar los aumentos en sus salarios mínimos reales más pronunciados desde 2018, pero principalmente en 2020, con un aumento en torno a 16 por ciento.
No obstante, para México, el incremento de precios al consumidor el año pasado generó una desaceleración de los salarios mínimos reales, al registrar un avance de sólo 9 por ciento.
El aumento de la inflación en 2021, por su parte, afectó los salarios mínimos reales de la región, tanto por el número de países en los que el indicador experimentó una contracción (10 naciones) como por la magnitud de la contracción de la mediana regional de 1.4 por ciento.
La caída del poder adquisitivo está asociada a la trayectoria creciente de la inflación, dado que los incrementos salariales se suelen basar en el indicador anterior de los precios al consumidor.
El promedio de la variación de los salarios mínimos reales a nivel regional tendió a retraerse en el segundo semestre de 2020, describieron los organismos internacionales, y a ser cada vez más negativa en 2021, a medida que incrementaba la inflación semestral.
“Con las excepciones de México, El Salvador, Uruguay, Argentina y el Estado Plurinacional de Bolivia (por orden de magnitud), en los que el salario mínimo real experimentó un aumento –especialmente en el segundo semestre de 2021–, en la mayoría de los países el indicador registró contracciones al acelerarse el aumento en los precios al consumidor, sobre todo en la segunda mitad de 2021”, se lee en el informe.
Vulnerabilidades
Por otra parte, entre 2019 y 2021, la mayor parte de los países siguieron realizando al menos un incremento anual del salario mínimo nominal. El hecho de que la mayoría de los ajustes se efectuaran a comienzos de año influyó en la pérdida del poder de compra en 2021, en un contexto de inflación creciente.
El desempeño de los pagos a los asalariados fue más negativo entre quienes se encontraban en una situación relativamente más vulnerable durante la pandemia, como las mujeres, la juventud y las personas de sectores de servicios o de menor escolaridad.
La Cepal y la OIT destacaron que quienes se desempeñan en el servicio doméstico se vieron más afectadas durante la pandemia, tanto por la pérdida de empleos como por la caída proporcionalmente mayor de sus remuneraciones.
“Dado el contexto de mayor informalidad de las relaciones laborales propio del servicio doméstico, así como el efecto que tuvo la pandemia en los ingresos de los hogares que demandan dichos servicios, se vuelve prioritario retomar los esfuerzos en pos de políticas que promuevan tanto la formalización del empleo como mecanismos de inspección laboral que permitan asegurar el cumplimiento de las leyes laborales”, recomiendan las agencias de Naciones Unidas.
*Clara Zepeda es periodista de La Jornada, donde fue publicado originalmente este artículo.