La espera terminó. Tras varias semanas de especulaciones acerca del resultado que arrojaría la encuesta coordinada por el presidente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) Mario Delgado determinó que la candidata a disputar la elección presidencial de junio de 2024 será la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México Claudia Sheinbaum.
Según los resultados de las encuestas, Sheinbaum se impuso con 39.40% contra el excanciller Marcelo Ebrard quien obtuvo el 25.6% de las preferencias en el levantamiento.
Tras el anuncio del resultado, la disputa para la sucesión presidencial quedará definida entre dos mujeres, un hecho histórico para México. Del lado de la oposición, quien buscará arrebatarle el mando a Morena será la senadora Xochitl Galvez, quien pocos días atrás fue reconocida por el movimiento Va por México (conformado por los partidos PRI, PAN y PRD) para encabezar la alianza de cara a las próximas elecciones.
Luego de que se conociera el resultado de la encuesta, la candidata de Morena se dirigió al público que acompañó el anuncio en el World Trade Center en el DF: «Quiero agradecer a mis compañeros, a Adán Augusto López, a Ricardo Monreal, a Gerardo Fernández Noroña y Manuel Velasco, quiero reconocerlos. […] Lo que hicieron fue fortalecer nuestro movimiento. Quiero también decir que la unidad es fundamental y que las puertas siempre están abiertas, que nunca se van a cerrar».
Las declaraciones de Sheinbaum fueron en clara alusión a Marcelo Ebrard, quien posteriormente a la publicación de la encuesta amenazó con romper con Morena. El aspirante a candidato ya había manifestado su disconformidad con el resultado antes de que este se conociera. De hecho fue el único de los aspirantes que no participó del acto oficial de reconocimiento del triunfo de Sheinbaum y hasta llegó a amenazar con impulsar su candidatura a presidente por fuera de Morena, consolidando una crisis interna que amenaza con restarle legitimidad al proceso.
Para evitar una ruptura y un consecuente cuestionamiento por parte de la oposición, desde Morena ya se habla de una negociación con Ebrard que evite la fuga de apoyos con los que cuenta el ex canciller. “Puede ser parte del gabinete, coordinar el Senado o a los diputados, como se expresó en el acuerdo que firmamos al iniciar este proceso”, apuntó Sheinbaum. Sin embargo, hasta el momento no hay acuerdo: “No me voy a someter a esa señora”, dijo ayer Ebrard en una reunión con sus seguidores, y señaló también que no quiere premios de consolación.
En un tweet reciente, Ebrard aclaró que «no ha estado en mi objetivo una candidatura independiente, considero que no es la vía para contribuir al futuro de México que anhelamos. El lunes sostendré encuentro con nuestros compañeras y compañeros de todo el país y resolveremos pasos a seguir».
La situación a la que se enfrenta el oficialismo tras el anuncio de la victoria de Sheinbaum como candidata da cuenta de una crisis interna producto de las distancias políticas e ideológicas al interior del partido. Del lado de Ebrard hay quienes cuestionan el hecho de que el método de selección de la candidatura de la 4T estuvo plagado de irregularidades desde su inicio. Por otro lado, hay quienes cuestionan el estilo autoritario y centralista adoptado por Morena a partir de lo que consideran como un sometimiento a la voluntad presidencial.
Ante estos cuestionamientos y el escenario de división a la vista, la urgencia por una negociación con Ebrard ya puso en marcha al equipo de Sheinbaum y a las autoridades de Morena. El peligro de una ruptura podría generar una pérdida de capital político del oficialismo que amenazaría con abrir las puertas hacia una derrota electoral en 2024.
Si bien el camino hacia junio de 2024 es largo, la necesidad de evitar una crisis impulsará los próximos movimientos de Morena con Sheinbaum a la cabeza y el objetivo de un nuevo mandato en las manos del oficialismo.
*Ana Laura Dagorret es analista internacional, coautora del Manual breve de geopolítica y parte del equipo de PIA Global.
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