Angela Merkel pensaba que tras 16 años de mandato y una gestión aplaudida por dos tercios de los alemanes, podría mantenerse al margen, como simple observadora, de la campaña electoral que desembocará en el nombramiento de su sucesor.Armin Laschet, el candidato de la CDU (Unión Cristianodemócrata), el partido de Merkel, era hace solo siete meses el favorito en todos los sondeos, que le otorgaban un espectacular 36% en intención de voto. Hoy, a cinco semanas del escrutinio, Laschet y el candidato de los socialdemócratas (SPD), Olaf Scholz, se disputan el primer puesto en las últimas encuestas, a poca distancia de la candidata ecologista (Die Grünen), Annalena Baerbock.
Laschet, víctima política de las inundaciones
La alarma desatada por las encuestas ha forzado a Merkel a enfundarse el uniforme de bombero político en ayuda de su partido. El descrédito de Laschet, ministro presidente del Land de Renania del Norte Westfalia, había llevado a los propios miembros de la CDU y a sus coaligados de Baviera la CSU (Unión Cristiano Social) a considerar un cambio de candidato de última hora.
A Laschet se le reprocha su falta de carisma y algunas meteduras de pata, como sus risas durante la visita a las zonas destrozadas por las graves inundaciones del pasado mes de julio. El aspirante del centroderecha paga también las consecuencias de su actitud poco firme frente al desarrollo espectacular de la variante delta del COVID, mientras otros líderes de su propio partido, como Merkel, son partidarios de una actitud de firmeza para cercenar la progresión del virus, como apoyar la vacunación sin atender mucho a las protestas de los contrarios a su aplicación.
El factor Merkel es el último recurso de la coalición CDU-CSU para frenar el avance del candidato de los socialdemócratas, Olaf Scholz, actual ministro de Finanzas, que llega a desbordar en algunos recientes sondeos al pretendiente conservador. El SPD, en crisis durante los 16 años de mandato de Merkel, ve así una posibilidad de ganar unas elecciones, después de su último jefe, Gerhard Schroeder, canciller entre 1998 y 2005.
Decepción ecologista
En Alemania, el jefe de gobierno o canciller es elegido por los 598 diputados del Bundestag (Parlamento), lo que propicia y casi obliga a formar gobiernos de coalición, pues es muy complicado para un partido llegar al 50% de los votos. Si la elección del canciller se efectuara por voto directo, el socialdemócrata Scholz sería elegido según las últimas encuestas, por más de un 35% de los votantes alemanes; lejos del conservador Laschet (29%) y de la verde Baerbock (16%).
Los ecologistas se las prometían muy felices también hace meses, cuando Annalena Baerbock acumulaba las portadas de los medios como una nueva y joven imagen de los eternos aspirantes a la Cancillería. Pero pronto, esa esperanza de renovación y aire fresco se desvanecía. Baerbock falsificó una parte de su curriculum profesional y, además, plagió extractos incluidos en su libro Ahora. Cómo renovar nuestro país. Los verdes, que eligieron también en primarias a Baerbock frente a un rival masculino que ahora añoran por mejor preparado, ven cómo su apuesta feminista les vuelve a alejar del gran salto a la Cancillería.
Coaliciones de distintos colores
Dejando aparte a los nacionalpopulistas de Alternativa para Alemania (AfD) y a la extrema izquierda representada por Die Linke (La izquierda, en alemán), todas las fórmulas para un gobierno de coalición están abiertas: desde la repetición de la actual CDU/CSU y socialdemócratas, hasta la del SPD con ecologistas y liberales (FDP).El consenso y el acuerdo son componentes esenciales de la política alemana. El «guerracivilismo» y la incitación a la polarización son rechazados tanto por los dirigentes políticos como por los ciudadanos. Es una ventaja que ayuda a la gobernabilidad sin estridencias ni alharacas.
Angela Merkel representa un ejemplo de la búsqueda de consenso. La canciller influirá sin duda en la decisión de su partido sobre los futuros pactos para gobierno. Pero para ello, el candidato conservador tiene pocos días para frenar una caída que pudiera dar a los socialdemócratas la dirección en las futuras negociaciones para formar el futuro gabinete alemán.
*Luis Rivas, periodista independiente.
Artículo publicado en Sputnik.
Foto de portada: © REUTERS / Annegret Hilse.