Análisis del equipo de PIA Global Europa

Meloni apuesta por una Italia protagonista en Europa y en el mundo (I)

Escrito Por Micaela Constantini

Por Micaela Constantini* – 
Se busca sacar provecho de la posición geopolítica y geoestratégica de Italia sobre el mediterráneo en un contexto geoeconómico mundial en transformación; de hundimiento del eje franco-alemán y; de necesidad energética europea. 

Meloni apuesta por una Italia protagonista en Europa y en el mundo II

Desde que Giorgi Meloni comenzó su campaña de cara a las elecciones presidenciales a la cabeza del partido conservador nacionalista, Fratelli d’Italia, su propuesta de política exterior ya se perfilaba con una visión “enfocada en la protección del interés nacional y la defensa de la patria”. 

La propuesta de política exterior de Meloni, durante su campaña, se titulaba “Italia protagonista en Europa y en el mundo”, y ponía el foco en:

  • relanzar el sistema de integración europea; defensa de las raíces clásicas y judeocristianas de Europa y sus valores fundamentales; 
  • promover políticas comunes de defensa de la Unión Europea y el establecimiento de una «columna europea» de la OTAN, pilares fundamentales para la seguridad y la independencia del continente; 
  • apoyar a nuestras Fuerzas Armadas, sin recortes de personal y superando la precariedad laboral. Mejorar los cursos de formación de las academias y escuelas militares. Relanzamiento de una política espacial nacional; 
  • revisar del Pacto de Estabilidad y de Gobernanza económica europea;
  • luchar contra la competencia desleal de los paraísos fiscales europeos;
  • restaurar la centralidad del Mediterráneo en las políticas italianas y europeas.

En ese momento, desde PIA Global analizabamos cómo Meloni proponía, sin salirse del bloque imperial, un enfoque que implica el fortalecimiento nacional de las fuerzas armadas; jugar de manera más estratégica su posicionamiento geopolítico en el mediterráneo; poner en debate modificaciones claves al interior de la Unión Europea que van desde el sistema de integración y valores, políticas comunes de defensa de la UE, una “columna europea” dentro de la OTAN buscando cierta “independencia” al interior de la Alianza, hasta la revisión de políticas económicas de la Comunidad.

Después de casi un año de gestión, Meloni fue mostrando sus cartas e intereses tanto en la región como con los vínculos con los principales actores internacionales. 

Su primera visita oficial como primer ministro fue a Bruselas. Meloni priorizó hablarle a los funcionarios de la Unión Europea y a quienes aseguraban que buscaría romper con la Comunidad. La mandataria explicó que “Italia quiere participar, colaborar, defender los intereses italianos en una dimensión europea, buscando junto con otros países las mejores soluciones a los grandes desafíos a los que nos enfrentamos”. De esta manera Meloni dijo ‘presente’ frente a las autoridades comunitarias mientras sigue avanzando en la disputa de cara a las elecciones del Parlamento Europeo en 2024.

El presidente de EE. UU., Joe Biden, se reúne con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en la Oficina Oval de la Casa Blanca el 27 de julio de 2023. Fotografía de Win McNamee/Getty Images

A fines de julio de este año, Meloni viajó a EEUU y se reunió con el presidente Joe Biden en donde abordaron como principales ejes la renovación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) entre Italia y China, las proyecciones sobre el mediterráneo en política energética y de seguridad y, la presidencia italiana del G7 en el 2024. Aunque no hubo ni ningún tipo de confirmación respecto a una línea en común entre ambos países sobre estas temáticas, se especula que Italia pueda suspender la membresía de la BRI si obtiene el apoyo de EEUU en el mediterráneo o también que pueda decidir continuar con la BRI priorizando la redistribución de las cadenas de suministro industrial y el acceso a las empresas tecnológicas chinas por sobre un vínculo más estrecho con EEUU. En diciembre vence el plazo para que Meloni decida si renovar, o no, el Acuerdo de la BRI. Además, en la declaración conjunta tras la reunión, Meloni y Biden subrayaron “la vital importancia de mantener la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán”.

La Iniciativa de la Franja y la Ruta de China fue concebida como una nueva versión de la antigua Ruta de la Seda entre los imperios Han y Romano. Mapa: Biblioteca del Congreso.

En junio de este año, el vicepresidente del Senado italiano, Gian Marco Centinaio, y la senadora Elena Murelli junto a una delegación, viajaron a Taiwán siendo la visita parlamentaria italiana de más alto nivel a Taiwán desde 1970, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán (MOFA). “Lo que demuestra la estrecha relación y amistad entre Taiwán e Italia», señaló el ministerio. A pesar de que Italia no reconoce formalmente a Taiwán, los vínculos entre ambos actores continúan avanzando con reuniones de este tipo y con la apertura de una segunda oficina de representación en Italia, en Milán, la capital económica del país, la primera se encuentra en Roma.

En marzo, Meloni viajó a India para celebrar, junto al primer ministro indio, Narendra Modi, el 75 aniversario de las relaciones Italia-India y, en especial para reactivar y reforzar los vínculos afectados por las tensiones en el 2012. Meloni también fue invitada de honor para el Diálogo Raisina, la conferencia geopolítica anual de la India, organizada conjuntamente por el Ministerio de Exteriores y el observatorio Observer Research Foundation.

Durante el encuentro se abordaron temáticas de los ámbitos político, comercial y económico, de defensa, ciencia y tecnología, energía, salud, consular y cultural, según informó el portavoz del Ministerio de Exteriores indio, Arindam Bagchi. India es uno de los principales socios comerciales de Italia en el Indo-Pacífico.

Respecto al Indo-Pacífico, la Marina Militare Italiana participó en julio, con su patrullero multipropósito “Francesco Morosini”, de un adiestramiento combinado con el destructor Wang Geon DDH-97 de la Armada de la República de Corea del Sur, con el objetivo de estrechar lazos e incrementar la interacción con naciones de la región del Indo-Pacífico, de acuerdo al portal especializado Zona Militar.

En junio, Meloni se reunió por primera vez con el presidente francés, Emmanuel Macron, luego de meses de altas tensiones diplomáticas entre Francia e Italia marcados principalmente por la crisis y gestión migratoria, por ejemplo cuando Italia se opuso al desembarco del barco humanitario “Ocean Viking”, que al final atracó en el puerto francés de Tolón este año. 

En 2018, tras un incidente igual sobre migrantes viajando, en este caso en el barco Aquarius, despertó la ira de Macron quien acusó al gobierno italiano de cínico e irresponsable. Meloni, quien en 2018 no ocupaba ningún cargo público, cruzó a Macron y le respondió contundentemente:

“Los irresponsables, Emmanuel Macron, son aquellos que bombardean Libia porque les daba fastidio que Italia tuviera una relación de privilegio en campo energético con Gaddafi dejándonos frente al caos de la inmigración ilegal que estamos enfrentando ahora. Los cínicos, Emmanuel Macron, son los franceses que envían a la gendarmería para devolver a cualquier inmigrante que intente cruzar la frontera en Ventimiglia. Pero sobre todo, porque las cosas tienen que ser contadas como se debe, vomitivo es quien, como Francia, continúa explotando África imprimiendo dinero para 14 países africanos, sobre los que aplica el señoreaje (impuesto sobre la fabricación) forzando a trabajar a niños en las minas extrayendo materias primas, como sucede en Níger, donde Francia extrae el 30% del uranio que precisa para operar sus reactores nucleares mientras que el 90% de la población de Níger vive sin electricidad. No nos venga a dar lecciones de moral, Macron, porque los africanos están abandonando su continente por culpa de ustedes. Y la solución no es transferir africanos para Europa, sino liberar África de algunos europeos. No aceptaremos sus lecciones de moral. ¿Está claro?».   

No obstante, parece que las relaciones entre Meloni y Macron parecen reencaminar enfocándose en los intereses en común, esto incluye también la militarización de las fronteras frente al flujo migratorio. “Nuestros intereses son múltiples y estrechos” dijo la mandataria italiana tras la reunión de junio. De acuerdo al politólogo francés Christophe Bouillaud en una entrevista para Le Figaro, Macron y Meloni comparten puntos de vista sobre “la guerra de Ucrania”, una política industrial europea “que no esté dominada por la industria alemana” y sobre unas reglas presupuestarias de la UE menos ortodoxas que las reivindicadas por Alemania y otros países del norte del continente. 

No obstante, el más reciente “gesto” de Meloni hacia Macron fue a partir del golpe de Estado en Níger mientras Francia barajaba la posibilidad de intervención en el país saheliano. El ministro de Asuntos Exteriores italiano calificó cualquier iniciativa militar occidental de «nueva colonización» y negó cualquier papel ruso en los acontecimientos, según detalla el analista geopolítico Andrew Korybko. “Giorgia Meloni llegó al poder en parte por su promesa de reducir drásticamente la inmigración ilegal a Italia, lo que sería muy difícil de hacer si estalla una gran guerra en África Occidental y da lugar a un número insondable de personas desesperadas que huyen a través del Mediterráneo hacia su país como refugiados”, explica el analista. Además, el sahel es una región de interés geoestratégico para la proyección italiana sobre el Mediterráneo y de convertirse en un hub energético.

En julio, la Unión Europea y Túnez firmaron un memorando de entendimiento sobre migración y cooperación económica, incluso cuando las mismas instituciones comunitarias se han encargado de denunciar al gobierno tunecino de reprimir la libertad de expresión, la independencia judicial y la sociedad civil. Del encuentro participaron el presidente de Túnez, Kais Saied, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, y Meloni.

El acuerdo prevé una ayuda europea de 150 millones de euros destinada a estabilizar la situación económica del país del magreb africano y así evitar más desplazados que crucen a Europa. Unos 105 millones de euros serán destinados para combatir las operaciones de lucha contra el contrabando, reforzar la gestión de las fronteras y acelerar el retorno de los solicitantes de asilo cuyas solicitudes sean denegadas.

“Además, el memorándum prevé 307,6 millones de euros para el desarrollo de ELMED, una línea de transmisión entre Túnez e Italia para comercializar electricidad renovable de bajo coste, y hasta 150 millones de euros para la construcción de Medusa, un cable submarino que utilizará tecnología de fibra óptica para conectar 11 países mediterráneos. Estos proyectos combinarán subvenciones del presupuesto de la UE y préstamos del Banco Europeo de Inversiones (BEI), lo que significa que habrá que devolver algunas cantidades”, explican desde Euronews.

Días más tarde, Meloni decidió convocar en Roma a dirigentes de países mediterráneos para una conferencia internacional destinada a ampliar el modelo de acuerdo firmado por la Unión Europea con Túnez con el objetivo de frenar la llegada de migrantes a Europa. En el encuentro se hicieron presentes dirigentes de la región, Túnez, Emiratos Árabes Unidos, Mauritania, de la Unión Europea, de ACNUR y de instituciones financieras internacionales. También participaron los jefes de gobierno de Malta, Egipto, Libia, Etiopía, Jordania, Argelia, Níger, Líbano. Grecia, Turquía, Kuwait y Arabia Saudita enviaron ministros. Ni España ni Francia mandaron representantes. 

Durante la reunión, Meloni anunció la creación de un fondo de donación del cual Emiratos Árabes Unidos ya ha aportado 100 millones de euros. Aunque no se avanzó mucho más en el encuentro, esta iniciativa de Meloni posiciona a Roma a la cabeza de la “lucha contra la migración ilegal”.

Puntos claves en la política exterior italiana

Este año, Italia ha publicado dos informes donde se desglosan los principales puntos desde dónde se para el país, hacia dónde mira, los peligros, los retos, las oportunidades y las ventajas.

Uno de ellos se titula “Geoeconomía y seguridad: implicaciones y opciones para Italia” elaborado por Aspen Institute Italia, Cespi (Centro de Estudios Políticos Internacionales), Ecfr (Consejo Europeo de Relaciones Exteriores), Iai (Istituto Affari Internazionali) y Ispi (Instituto de Estudios Políticos Internacionales) dentro del proyecto de “Comunidad Italiana de Política Exterior”, promovido por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional y llevado a cabo por los principales centros de estudios italianos sobre temas relacionados con cuestiones políticas exteriores específicas.

En una primera instancia, en el informe se desarrolla y detalla la lectura sobre un contexto internacional “lleno de incertidumbres y difíciles equilibrios” ubicando a Italia y Europa frente a ese escenario. Tres aspectos que se destacan son “un contexto geoeconómico mundial en transformación, con elementos de fuerte volatilidad; el peso sistémico del «factor China», que, sin embargo, está a su vez condicionado por los datos estructurales de la economía mundial y por las dinámicas estratégicas puestas en marcha por las opciones internacionales de sus actuales dirigentes; y la acción de Estados Unidos, que pretende orientar una fase diferente de la globalización en su propio beneficio”.  

Los principales puntos que se destacan en el informe acerca de la lectura de contexto son:

El contexto mundial ha cambiado con un “nuevo nivel de complejidad, que se manifiesta sobre todo en la relación entre economía y seguridad, entre la cooperación intergubernamental (hasta formas de verdadera integración) y la protección de los intereses estrictamente nacionales”. La principal conclusión que se desprende de esta lectura es que “la «policrisis» ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades asociadas a la interdependencia”.

En este sentido, se explica que “la interdependencia crea vulnerabilidad cuando se convierte en sobredependencia, por lo tanto, diversificar las fuentes y acortar las cadenas de valor son respuestas lógicas, pero sin socavar la importancia del comercio mundial como fuente de crecimiento”.

En el informe se explica que entienden que “ninguno de los intentos de construir instituciones y coaliciones alternativas desde los BRICS a la OCS (Organización de Cooperación de Shanghái) pasando por el RCEP asiático (Acuerdo Integral de Asociación Económica Regional), desde el uso del renmimbi como moneda de cambio (pero aún no de reserva) hasta el lanzamiento por China del CIPS (Sistema de Pagos Interbancarios Transfronterizos) ha resultado hasta ahora creíble en el sentido de convencer a los principales actores de que abandonen sus estrechas relaciones con Estados Unidos y los países de la OCDE”. De hecho, la lectura sobre el “Sur Global” implica que estos países intentan “mantener vivos los «alineamientos múltiples» y no la voluntad de ponerse del lado de quienes se presentan como alternativa a Occidente”. 

La reorganización de la política de abastecimiento energético, del desplazamiento del Este al Sur a partir de la guerra en Ucrania, que implica también “el hundimiento sustancial de la antigua opción «euroasiática» cultivada por Alemania y, en parte, por Italia”.

Las últimas dos crisis causaron el aumento del “grado de ‘americanización’ de Europa, que, además, ha perdido globalmente competitividad frente a Estados Unidos”. Esto incluye el debilitamiento de “las tesis sobre la llamada «autonomía estratégica» de la UE, sobre todo en las versiones macronianas”.

China

China es un factor de importancia sistémica en el reajuste parcial de la globalización y su retroceso en algunas áreas”. En este sentido el informe explica que China depende mucho de los mercados mundiales para las exportaciones, lo que limita a Pekin. “ El gobierno chino hace un amplio uso de la «militarización de la interdependencia» frente a sus homólogos comerciales, y la competencia tecnológica entre EE.UU. y China condiciona las opciones de Europa, que parece avanzar hacia la desregulación, pero tiene interés en no perder el acceso al mercado chino”.

En el informe consideran que el “aumento de la asertividad y el activismo (sobre todo militar) de China, han provocado que Estados Unidos y sus principales aliados adopten una acción de contención en todo el cuadrante Indo-Pacífico”. También argumentan que “Pekín intenta (hasta ahora sin éxito) poner la globalización a su favor, pero no puede dirigirla totalmente porque domina algunos de sus flujos pero no controla su infraestructura”.

Un nuevo consenso de Washington y Europa

“Al mismo tiempo, sigue siendo decisivo el papel de Estados Unidos, que parece buscar un nuevo Consenso de Washington y una visión de conjunto que vincule las opciones económicas y de política exterior”.

El peligro para la UE, e inevitablemente también para Italia, es doble: por un lado, el de encontrarse en una posición reactiva y defensiva respecto a las iniciativas americanas, a lo sumo con una posibilidad de coordinación a posteriori (como tras el IRA); por otro, el de sufrir represalias chinas en caso de seguir demasiado de cerca la línea americana”.

“Frente al primer riesgo, Europa tiene interés en evitar una deslocalización industrial masiva de sus empresas hacia Estados Unidos, probable sobre todo en los sectores más intensivos en energía; para ello, habrá que relanzar la posibilidad de un acuerdo transatlántico actualizado al nuevo contexto de seguridad internacional. Al mismo tiempo, Europa tendrá que invertir en su competitividad y clarificar los contornos del de-risking, definiendo una estrategia de seguridad económica que tenga en cuenta el interés por mantener las posiciones europeas en el mercado chino, pero también por limitar los peligros de una dependencia excesiva en sectores específicos. El problema es que, al menos por ahora, no existe una política europea unificada hacia China”. 


En el informe se mencionan dos discursos oficiales pronunciados en Washington DC, uno por el Asistente de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, quien expuso las prioridades de la administración Biden con respecto a la economía mundial en términos de política industrial. El otro discurso lo dió la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dedicado específicamente a las relaciones con China, “que puede leerse «conjuntamente» con el discurso de Sullivan”. Estos discursos se mencionan porque los consideran un mensaje contundente respecto al enfoque estadounidense para contener a China y mantener el papel de liderazgo: un nuevo consenso de Washington.

“En lugar de basarse en la profunda liberalización comercial de los años noventa como receta necesaria y suficiente, la atención se centra ahora en una mejor calidad del crecimiento económico (un crecimiento «integrador») que beneficie sobre todo a la clase media, como pilar de toda sociedad liberal-democrática. La idea es que la antigua globalización, a falta de una verdadera reciprocidad por parte china, ha penalizado sobre todo a las sociedades democráticas. Las inversiones públicas masivas -se piensa en la Ley de Reducción de la Inflación, pero no sólo- son parte integrante de la nueva receta, tanto para aumentar la competitividad del sistema estadounidense y reindustrializarlo en parte, como para hacer frente al desafío estratégico que plantea en particular China a la seguridad internacional (y, por supuesto, al papel de liderazgo de Estados Unidos). En algunos sectores críticos, desde los semiconductores a las tecnologías de energías renovables, la intervención gubernamental -como ya se ha mencionado- ha crecido y tendrá que seguir siendo importante”. 

“El planteamiento de Washington, si bien parte de una renovación de las políticas industriales nacionales, no se atrinchera en la mera persecución de intereses nacionales, ni es autárquico: Sullivan habló de los aliados y socios de EE.UU. como factores cruciales de una estrategia más amplia. En primer lugar, la UE, Canadá y los aliados asiáticos, pero también un socio como la India, son indispensables para aprovechar al máximo una vasta red comercial que impulse la productividad y acelere la innovación. Esto requiere nuevos acuerdos económicos internacionales, basados en prioridades en parte diferentes de las del pasado, es decir, la globalización de los años noventa”.

“En términos de políticas y escenarios, el reto para Europa es que a menudo está expuesta, en comparación con las opciones parciales de «reindustrialización» de Estados Unidos, a un proceso de coordinación sólo a posteriori; el objetivo debería ser una coordinación previa y preventiva. De lo contrario, los gobiernos y las empresas europeas se encontrarán apretujados entre las opciones estadounidenses y la presión china”. “El reto para la UE es disponer de políticas adecuadas, pero también de capital para participar en esa competencia industrial y tecnológica”.

“Los mercados de capitales europeos, desde las inversiones a escala hasta la bolsa, son demasiado pequeños; por lo tanto, la continuación y el refuerzo de los proyectos de unión de los mercados de capitales son decisivos para un proyecto de soberanía tecnológica, como el crecimiento de una nueva conciencia por parte de los inversores institucionales”. “Si en lugar de instrumentos comunes y una (difícil) coordinación sobre su uso adecuado, se procede a un mero abandono de las normas sobre ayudas de Estado, sólo se puede favorecer -como ya hemos visto- a quienes tienen más disponibilidad fiscal, generando riesgos políticos y de cohesión al respecto”.

“Se tratará de definir una estrategia de seguridad económica que tenga en cuenta el interés por mantener las posiciones europeas en el mercado chino, pero también por limitar los peligros de una dependencia excesiva en sectores específicos. El problema es que, al menos por ahora, no existe una política europea unificada hacia China. Al mercantilismo que sigue prevaleciendo en el lado alemán se suma la ambición francesa de ver a Europa como una especie de «tercera fuerza» respecto a la competencia entre Estados Unidos y China: una posición que un país como Italia, con su fuerte inclinación atlántica, no puede compartir”.

“Mientras que París y Berlín han formulado al menos sus políticas sobre China, aun con sus considerables limitaciones, en Europa faltan otras voces, lo que limita gravemente la comparación e impide precisamente la formación de una visión comunitaria”.

“Italia puede defender una visión más amplia de las políticas presupuestarias que incorpore plenamente la necesidad de una política industrial/tecnológica europea integral basada en un fondo común (que incluya formas europeas comunes de subvenciones e incentivos). Por supuesto, esto requiere la cooperación activa de los principales socios y tendrá que superar obstáculos tanto políticos como técnicos. Las condiciones generales para un salto de calidad por parte de la UE están dadas, pero hay que construir y cultivar el consenso para la adopción de medidas políticas reales”.

Convertir a Italia en un verdadero polo energético euromediterráneo”

(Y no sólo en una terminal) de gas natural, ampliando al mismo tiempo la mirada hacia las fuentes renovables (con las correspondientes redes) y, geográficamente, hacia todo el continente africano”. “El hub es un punto de llegada y (re)salida, de clasificación, diseñado para satisfacer las necesidades de una comunidad más amplia que la local”.

“La bisagra de Italia en el Mediterráneo central y el desplazamiento de su baricentro geopolítico y energético hacia el sur representan una oportunidad para que Italia recupere también una mayor centralidad geoeconómica y política en Europa”. 

“Se trata de un proyecto que puede permitir nuevas asociaciones y, potencialmente, un papel más proactivo del país hacia regiones que, en cualquier caso, son cruciales para los intereses nacionales -y, de hecho, para los intereses europeos comunes, incluso con los persistentes obstáculos en el camino hacia una cooperación más estrecha para aprovechar plenamente el peso negociador de la UE”.

Ejercer una influencia directa en el Mediterráneo «alargado» (la cuenca mediterránea y el continente africano para incluir al menos el Sahel) y la Unión Europea. El sector energético es obviamente decisivo, y se puede partir de él para articular una visión de conjunto que luego se extienda a otros sectores”.

“Italia está geográficamente a caballo entre Europa, África y Oriente Medio. El gobierno de Meloni, con su plan para convertir a Italia en un centro energético euromediterráneo, pretende traducir esta posición de la península italiana en un recurso geoeconómico y geopolítico tangible”.  

Fuente: El Orden Mundial.

“Italia ya era una terminal energética en el sector del gas natural, con infraestructuras con capacidad suficiente para recibir los volúmenes de gas y electricidad importados necesarios para las necesidades de Italia y transportarlos por todo el país”.  

Rutas del gas:   

La red de transporte de Snam hasta la fecha, con el «cuello de botella» de Sulmona.
Fuente: Snam, planes decenales 2022-2031 para el desarrollo de la red de transporte de gas.

“Los proveedores sustitutos inmediatos de Rusia son Argelia, Azerbaiyán, Qatar y Noruega, que suministran a Italia cantidades adicionales a través de los gasoductos existentes y/o en forma de GNL. Para 2025, a estos proveedores se unirán la República del Congo, Angola, Egipto, Nigeria, Mozambique e Indonesia, cuyos suministros llegarán a Italia en forma de GNL”. 

“Esto significa que los suministros rusos serán sustituidos en gran medida por suministros procedentes del Sur, en parte en forma de GNL, con el consiguiente desplazamiento del centro de gravedad energético y geopolítico hacia el Mediterráneo e Italia en particular”. 

Esta apuesta significa para Italia la posibilidad de “ tener un superávit de infraestructuras de más de 50 BCM ya en 2025. Esto se justificaría no sólo por la necesidad de seguridad, consistente en la posibilidad de diversificar los proveedores para el consumo nacional en caso de perturbaciones geopolíticas o del mercado, sino también por la oportunidad de elevar a Italia al papel de centro energético euromediterráneo”. 

“Este papel -el de hub energético- configuraría a la Península no sólo como consumidora de recursos, sino también como intermediaria y minorista a través de la importación de volúmenes superiores a las necesidades nacionales. Viajando por la ruta sur-norte de Italia, estos volúmenes procederían principalmente de países africanos y de Oriente Medio ricos en recursos y se desviarían después hacia los mercados del norte de Europa. Esto impone la necesidad de invertir en infraestructuras para manejar estos volúmenes adicionales, en particular para aumentar la capacidad de recibirlos, procesarlos, almacenarlos y transportarlos”. 

En el informe se detallan algunas ventajas de ser un hub energético para Italia: ganancias y beneficios económicos derivados de la gestión de la red de transporte, de convertirse en exportador neto y de promover las bolsas italianas de gas y electricidad como alternativas a la bolsa de gas de Amsterdam y a las bolsas de electricidad alemana, británica o escandinava. 

Una gran ventaja para Italia es poseer un “mayor peso geoeconómico y geopolítico obtenido gracias a la disponibilidad de los recursos energéticos necesarios para los países vecinos”, como la posición turca o española y que “ Italia actúe como polo logístico de atracción para los Estados africanos y de Oriente Medio y para los operadores que deseen vender sus recursos energéticos en los mercados europeos”.

Este proyecto, “incluye la mejora del gasoducto Transmed entre Argelia e Italia y el proyecto italiano de interés común del hidrógeno para el transporte de mezclas de gas natural e hidrógeno verde producido a partir de energía solar en el país norteafricano. Este proyecto de adaptación forma parte del proyecto más amplio del Corredor SoutH2”.

“Las perspectivas que se acaban de describir en el sector energético, aunque afectadas por considerables incertidumbres, se inscriben en un contexto más amplio de intensificación del comercio regional, que ya aumenta la centralidad de la cuenca mediterránea: ésta une tres continentes -Europa, Asia y África- con el Canal de Suez como punto de tránsito”. 

“La creciente regionalización del comercio está generando una mayor actividad en las rutas marítimas cortas, denominadas Short Sea Shipping (SSS). La cuenca mediterránea es la región europea con mayor actividad de TMCD, con más de 587 millones de toneladas transportadas (32% del total)”. 

“En este contexto, Italia ha consolidado su posición de liderazgo entre los países de la UE en el segmento del TMCD mediterráneo, con 225 millones de toneladas en 2020 o una cuota de mercado del 38%. Italia también está reforzando su liderazgo con su flota de transbordadores, que es la mayor del mundo en términos de tamaño, empleo, número de líneas atendidas, pasajeros y carga”.

Seguridad y defensa 

El otro informe mencionado se titula “La seguridad europea ante las crisis multidimensionales perspectivas de futuro y posición de Italia” y se detalla el contexto en el que se encuentran Europa e Italia, marcado entre otros por el enfrentamiento entre grandes potencias; el desplazamiento y refuerzo de la postura de la Alianza Atlántica hacia el flanco oriental; el interés primordial italiano por la zona mediterránea ampliada y; la evolución de la política de seguridad y defensa de la UE.

En una próxima entrega desglosaremos los principales puntos de la política exterior italiana en materia de seguridad y defensa y concluiremos un análisis más integral sobre los principales puntos de la política exterior italiana por la que Meloni apuesta para posicionar a Italia como protagonista de Europa.

Esto incluye también la disputa y necesaria consolidación del Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) en las próximas elecciones en el Parlamento Europeo ya que de esta manera podría servir como tracción para posicionar a Italia como actor de peso en el escenario europeo a partir de su posición geopolítica y geoestratégica sobre el mediterráneo en un contexto de hundimiento del eje franco-alemán; de necesidad energética europea; de cara a las elecciones en EEUU el año que viene y un posible cambio de rumbo en la política norteramericana sobre Europa; de crisis y reordenamiento de las relaciones internacionales “caracterizado por la interdependencia y la diversificación”.

*Micaela Constantini, periodista y parte del equipo de PIA Global.

Foto de portada: Giorgia Meloni. (EFE/Claudio Peri)

Acerca del autor

Micaela Constantini

Comunicadora Social, periodista. Miembro del equipo de investigación de PIA Global. Investigando cibergeopolítica y virtualidad. Feminista, antiimperialista y autodidacta. Nuestra americana Trabajo con redes sociales, edición de video y comunicación digital.

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