Este domingo el Zócalo de Ciudad de México fue el escenario de la segunda marcha de la oposición al gobierno de Andrés Manuel López Obrador para protestar contra la reforma electoral. Esta ha sido la segunda concentración opositora en menos de cinco meses contra dicha reforma. Previamente, los manifestantes pedían que el Congreso frechazara la propuesta. En esta oportunidad y después de la aprobación del paquete legislativo esta misma semana, la marcha apuntó a los 11 ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
La manifestación se concentró precisamente en el peso de la Constitución. Frente la sede del Supremo el ministro en retiro José Ramón Cossío habló de la Carta Magna como el mayor argumento para defender la democracia. “Quienes estamos aquí no solo hemos querido llenar el Zócalo. Venimos a ocupar, respetuosa y temporalmente, la Plaza de la Constitución”, dijo al tomar el micrófono.
Las modificaciones a las leyes electorales serán objeto de análisis minucioso en la Corte después de que los partidos de oposición presentaran acciones de inconstitucionalidad. Cossío defendió a los ministros del Supremo, a quienes el presidente López Obrador ha criticado duramente, y ha señalado la importancia del papel que jugarán en el futuro de la democracia de México. “[En la Constitución] están los frenos y contrapesos para quienes ocupan temporalmente el Gobierno”, mencionó.
Las imágenes con miles de personas vestidas de rosa han inundado las redes sociales y medios de comunicación opositores al gobierno mexicano. Los organizadores se mostraron satisfechos con la alta presencia de manifestantes en esta convocatoria, considerada la más numerosa de la oposición desde que comenzó el Gobierno de López Obrador en 2018, a pesar de que sus partidos políticos viven sus horas más bajas.
Como respuesta, el presidente convocó una concentración para el próximo 18 de marzo en el mismo sitio en apoyo a su Gobierno. A su vez, la manifestación tendrá como tema la conmemoración del 85 aniversario de la expropiación petrolera.
Durante la convocatoria, la atención de los manifestantes se dirigió pocas veces hacia el presidente: Cossío le mencionó por cargo y Beatriz Pagés, otras de las oradoras, hizo referencias veladas hacia él. Los lemas se concentraron en el organismo electoral: “el INE nos se toca”, “nuestro voto no se roba”, “estoy aquí por el INE”. Pagés señaló que pese a que el Gobierno argumenta que la reforma electoral se debe a un tema de gasto presupuestal, este no representa un coste mayor al de las obras insignia de López Obrador. La mención al Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería de Dos Bocas atrajeron los abucheos de la multitud.
El “plan B” de la reforma electoral se aprobó definitivamente el pasado miércoles en el Senado y solo está pendiente de su promulgación. Los cambios en las leyes secundarias acotan el papel del INE comenzando por un recorte de 300 juntas distritales en los 32 Estados del país. Morena, el partido en el Gobierno, argumenta que los cambios a las leyes conseguirán un ahorro de 3.500 millones de pesos. La reforma también flexibiliza las reglas para el uso de la propaganda política entre funcionarios públicos, una medida que según la oposición puede inclinar la balanza en favor de quienes se encuentren ocupando un cargo público y tengan acceso a los presupuestos.
La concentración duró poco más de una hora y se cerró con el canto del Himno Nacional. Los organizadores pedían a los asistentes que resistieran bajo el sol para dejar una imagen potente de la concentración. El turno para decidir el futuro electoral de México es ahora de los 11 ministros con despacho en la calle Pino Suárez.
FOTO DE PORTADA: Fernando Llano / Associated Press.