Cuando Francia conmemoraba el 65º aniversario de la Constitución de la V República, el presidente Emmanuel Macron presentó ante el Consejo Constitucional las grandes líneas de la reforma constitucional que desea proponer en los próximos meses, en una inteligente declaración diseñada para ganarse el apoyo tanto de la derecha como de la izquierda.
Desde hace muchos meses, la cuestión de una posible reforma de la Constitución agita el mundo político francés. Jean-Luc Mélenchon, líder izquierdista de La France Insoumise, lleva años haciendo campaña a favor de un cambio radical hacia una Sexta República, con un sistema que le gustaría más parlamentario y menos presidencialista. En la derecha, el Rassemblement National es partidario de una reforma más limitada de la Constitución, que permitiría, por ejemplo, incorporar algunos puntos concretos como la precedencia nacional o celebrar un referéndum sobre la inmigración.
En su discurso del miércoles 4 de octubre, Emmanuel Macron elogió la estabilidad de la Constitución actual -el segundo régimen más longevo desde la Revolución Francesa- y propuso una serie de ideas que van en varias direcciones y que probablemente satisfagan las expectativas de los partidos de todo el espectro político.
Se pronuncia a favor de ampliar el ámbito de los referendos, lo que debería complacer a la Asamblea Nacional. En el estado actual de la Constitución de la V República, establecida en 1958, sólo un número limitado de cuestiones políticas pueden ser objeto de referéndum. La idea sería ampliar el abanico de temas cubiertos por este método de votación. Otro tema, reclamado con frecuencia tanto por la derecha como por la izquierda -fue una de las principales reivindicaciones del movimiento de los Chalecos Amarillos-, es simplificar el uso del proceso de referéndum de iniciativa compartida, que permite a los ciudadanos de a pie proponer una cuestión para referéndum sobre la base de la movilización popular. El procedimiento actual es extremadamente complejo y Emmanuel Macron se plantea simplificarlo, aunque no ha dado ninguna indicación sobre las nuevas modalidades previstas.
También abordó otros dos temas más controvertidos. El primero fue la descentralización, un tema especialmente controvertido en la vida política francesa, tradicionalmente jacobina y centralizadora. Fue precisamente este tema el que llevó al General De Gaulle a dimitir en 1969, tras ganar por mayoría el «no» en un referéndum destinado a validar su gran proyecto de descentralización. Hoy, el Presidente francés tiene en mente las cuestiones de Caledonia y Córcega, dos territorios a los que desea dar mayor autonomía sin llegar a la independencia.
Macron también está considerando la posibilidad de incorporar a la Constitución una referencia al derecho al aborto. Esta idea se planteó por primera vez hace unos meses, cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos puso fin a la sentencia Roe contra Wade y devolvió a los Estados el derecho a decidir sobre el aborto. El debate subsiguiente llevó la cuestión de la defensa del «derecho» al aborto al primer plano de la política francesa, en una apuesta inspirada en la izquierda estadounidense. Varios franceses han pedido que este derecho, supuestamente amenazado, se consagre en la Constitución.
Emmanuel Macron es partidario de ello. Los diputados de izquierda que acaban de presentar proyectos de ley al respecto abogan por una reforma constitucional específica que consagre el derecho, en lugar de ahogarlo en una disposición más general. Pero la habilidad política de Emmanuel Macron reside precisamente en que pretende integrar el derecho al aborto en los demás ámbitos de la reforma. Esta es una manera conveniente para él de atrapar a sus oponentes políticos, que pueden estar de acuerdo con una u otra de las medidas, pero no necesariamente con todas ellas, pero que se verán presionados a aceptar la reforma constitucional en su totalidad para no renunciar a puntos a los que están vinculados.
Ésta suele ser la trampa que se tiende a la Agrupación Nacional con un señuelo como la ampliación del alcance de los referendos o la simplificación del referendo de iniciativa compartida que apoya. La cuestión del derecho al aborto en la Constitución no es objeto de consenso en el seno de la Agrupación Nacional. En debates anteriores, el partido se dividió en tres partes: un tercio se abstuvo, un tercio apoyó y un tercio se opuso. En vísperas de un debate constitucional, es posible que la RN vote a favor de la reforma constitucional en su totalidad, incluido el aborto.
Por el momento, el Presidente de la República sólo ha lanzado una serie de propuestas. Espera que los debates continúen en los próximos meses, tanto en la Asamblea Nacional como en el Senado, antes de llegar a un texto global de reforma constitucional que se someterá al voto de las dos cámaras reunidas en Congreso en Versalles.
*Hélène de Lauzun estudió en la École Normale Supérieure de París. Enseñó literatura y civilización francesas en Harvard y se doctoró en Historia en la Sorbona. Es autora de Histoire de l’Autriche (Perrin, 2021).
Artículo publicado originalmente en European Conservative.
Foto de portada: extraída de European Conservative.