Luego de pasar 580 días preso en la sede de la Policía Federal en Curitiba, este viernes 8 de noviembre fue liberado el ex presidente Luiz Inácio Lula Da Silva. El pedido de libertad fue firmado por el juez Camilo Pereira Junior con base en la decisión del Supremo Tribunal Federal de considerar inconstitucional la prisión preventiva para condenados en segunda instancia.
La noticia comenzó a circular en la noche del jueves, cuando el presidente de la Corte Ministro Antonio Días Toffoli desempató la decisión a favor de que se agoten todas las instancias antes de decretar la prisión. Eso derivó en el pedido de la defensa del ex presidente a la jueza responsable para la inmediata excarcelación que se produjo finalmente a las 17:34 hs del viernes, ante la multitud que lo acompaña desde el primer día en Curitiba.
En un breve discurso, agradeció principalmente a la militancia que lo acompañó durante 19 meses que pasó encerrado: “Ustedes no tienen noción de lo que significaron para mi. Estoy más fortalecido, con más coraje” dijo Lula rodeado por quienes habían comenzado a organizarse desde temprano. “Mi corazón no tiene espacio para el odio, sólo para el amor. Ustedes eran el alimento de democracia que yo precisaba para resistir los abusos del lado podrido del Estado brasilero que hizo esto conmigo y con la sociedad brasilera”.
Si bien en un principio había circulado que Lula podría dormir en el campamento montado frente a la sede de la Policía Federal, enseguida se supo que el ex presidente pasaría la noche en Curitiba para dirigirse a San Bernardo do Campo este sábado por la mañana. Allí se esperaba una multitud frente al Sindicato de los Metalúrgicos, donde Lula comenzó su militancia política y desde donde discursó antes de ser preso el 7 de abril de 2018.
Al igual que el día anterior, tanto la militancia como los líderes de los partidos PCdoB, PSOL y PT se convocaron en San Bernardo para darle la bienvenida. Un carro de sonido ubicado frente a la entrada del sindicato y alrededor del cual se aglomeraron las miles de personas autoconvocadas fue el escenario de un discurso encendido contra la familia presidencial, contra el ex juez Sergio Moro y contra la red O Globo de televisión, que transmitió en vivo desde San Bernardo.
Al respecto de los Bolsonaro, Lula los calificó como milicianos y aseguró que “este país no merece el gobierno que tiene, un gobierno que manda a sus hijos a contar mentiras todos los días a través de fake news”. También volvió a hacer referencia al proyecto económico vigente que “está empobreciendo cada vez más a la población. Cuando fui preso pensé que mi prisión iba a permitir recuperar Brasil. Pero el pueblo tiene menos autos, menos trabajo”. Según los datos del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística (IBGE) la pobreza extrema alcanza a 13,5 millones de personas, el mayor nivel de los últimos siete años.
Lula también apuntó contra la idea de repartir armas planteada por Bolsonaro y defendió la distribución de libros “contra la distribución de armas de Bolsonaro. Si las personas tienen trabajo, salario, dónde estudiar y acceso a la cultura, la violencia va a caer”. También dedicó unas palabras al ex juez y actual Ministro de Justicia Sergio Moro y al fiscal Deltan Dallagnol: “Dudo que Moro pueda dormir con la conciencia tranquila. Dudo que Dallagnol y Bolsonaro duerman con la conciencia tranquila como duermo yo. Dudo que el destructor del empleo Paulo Guedes duerma con la conciencia tranquila. Yo digo: estoy de vuelta”.
Al lado de Marcelo Freixo y Guilherme Boulos, líderes del PSOL, Lula recordó el asesinato de Marielle Franco y Anderson Gomes y afirmó: “Bolsonaro fue electo para gobernar para el pueblo brasilero y no para los milicianos de Rio de Janeiro. No es la grabación de su hijo que vale (al respecto de la declaración del portero del condominio, quien afirmó que el día del asesinato de la concejala, uno de los sospechosos pidió ingresar a la casa del actual presidente). Es preciso que haya una pericia seria para que podamos saber quien mató a Marielle” sentenció.
A su vez aprovechó la presencia del helicóptero de la Red O Globo presente en la cobertura del acto y manifestó que “están acá para decir mierda sobre Lula, sobre nosotros”. Al final de la transmisión, la emisora publicó un descargo sobre los dichos del presidente afirmando que hace un periodismo serio y continuará haciéndolo, presentando como prueba de seriedad la transmisión en directo del acto protagonizado por el ex presidente.
Sobre el final Lula señaló que comenzará una nueva caravana en los próximos días y prometió un nuevo pronunciamiento en breve. También dejó en claro que el próximo paso es conseguir que la justicia anule los procesos contra él, lo cual podría definirse antes de fin de año a partir de un pedido de la defensa para suspender al ex juez Sergio Moro debido a la parcialidad demostrada en las revelaciones hechas por el sitio The Intercept.
El escenario político brasilero presenta un nuevo panorama y promete más emociones antes del 2020. Con la libertad de Lula se espera un reagrupamiento de la izquierda liderado por el ex presidente y una respuesta aún más radicalizada de la derecha que gobierna que, si bien se encuentra en un momento donde su popularidad continua cayendo en picada, aparece como el adversario difícil de enfrentar por sus mecanismos violentos y su vínculo con el crimen organizado.