El cambio de rumbo del nuevo Gobierno federal alemán hacia Marruecos y el Sáhara Occidental ocupado ya se perfilaba a principios de año.
Para reconducir las relaciones diplomáticas con el reino autocrático después de las desavenencias, se adoptó una «fase de muestras de afecto”. Marruecos había retirado su embajador de Berlín porque el gobierno de Merkel no respondía a los intentos de chantaje y se interponía en la cuestión del reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
Berlín siempre se había remitido a las resoluciones de las Naciones Unidas y mostraba su preocupación por la situación de los derechos humanos en los territorios ocupados. Entonces llegó el cambio de gobierno.
No es casualidad que el ministerio de Baerbock (Verdes) emprenda una “fase de muestras de afecto” hacia Marruecos. Mientras tanto, el nuevo rumbo está cada vez más claro, por ejemplo, en las respuestas a una pequeña interpelación de la diputada Sevim Dagdelen y del grupo parlamentario de La Izquierda, a las que ha tenido acceso Telepolis. La interpelación trataba de la ocupación ilegal del Sáhara Occidental por parte de Marruecos en 1975, incluyendo también la perspectiva de los recursos y la energía.
De las respuestas se puede concluir que Berlín también está avanzando hacia un reconocimiento de facto de la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental y está dispuesto a sacrificar el derecho de autodeterminación de los saharauis por intereses económicos y geoestratégicos.
La «última colonia» de África y el abastecimiento energético europeo
Poco antes de su nada gloriosa partida, el ex presidente estadounidense Donald Trump ya reconoció rápidamente la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental en contra de todas las resoluciones tanto de las Naciones Unidas como del Consejo de Seguridad. De este modo, ha alimentado aún más la guerra que ha vuelto a estallar tras casi 30 años de provocaciones marroquíes.
Los socialdemócratas (PSOE) del Reino de España han seguido recientemente su ejemplo, agravando aún más los problemas de suministro de gas de Europa. Hace tiempo que fluye menos gas de Argelia a España. Recientemente, el país protector de los saharauis amenazó con cerrar completamente la llave del gas a España porque Argelia, por su parte, quiere utilizar un gasoducto para abastecer a su adversario Marruecos.
La ONU prevé una descolonización de la región, considerada «la última colonia de África», pero desde el acuerdo de alto el fuego de 1991 entre Marruecos y el frente de liberación «Frente Polisario», la comunidad internacional y la misión de la ONU para hacer el seguimiento de un referéndum de independencia (Minurso) no han conseguido llevarlo a cabo.
Marruecos ha frustrado siempre sistemáticamente el referéndum. Así, a finales de año, llamó la atención el hecho que también el Ministerio de Asuntos Exteriores de Baerbock declarara de repente en su información básica sobre Marruecos, que su «plan de autonomía» representaba una «importante contribución». El ministerio ha confirmado a Telepolis que el plan «puede servir como una importante contribución para acercarse a una solución».
El Plan de Autonomía y el problema de la «autodeterminación
En las respuestas a la pequeña interpelación, ya no se menciona «puede». Se habla aún más positivamente del «Plan de Autonomía» como una «importante contribución» «para avanzar en la cuestión del Sáhara Occidental». Por supuesto, se endosa aquí otra vez la frase vacía de contenido: «Alemania apoya la búsqueda de una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable por todas las partes en el marco de las Naciones Unidas», aunque hace tiempo que se ha tomado un rumbo completamente distinto.
Marruecos presentó el plan en 2007. Pero ya no prevé un referéndum sobre la independencia: El ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui debe ser anulado. Marruecos también ha ratificado el Pacto Social de la ONU. Este define el derecho a la autodeterminación como un derecho fundamental. El artículo 1 establece:
“Todos los pueblos tienen derecho a la autodeterminación. En virtud de este derecho, deciden libremente su estatus político y configuran libremente su desarrollo económico, social y cultural.” Pacto Social de la ONU
Para Marruecos lo que ponga en el papel puede esperar, y lo mismo sirve para el gobierno alemán. Pues mientras Berlín se refiere al plan de autonomía en un lenguaje cada vez más claro, el gobierno alemán trata con desprecio la insistencia del Polisario ante el derecho de autodeterminación y el referéndum de independencia.
El hecho de que el Polisario volviera a poner el referéndum en el orden del día en 2007 apenas se valora por el gobierno alemán en sus respuestas. Se limita a responder escuetamente: «El contenido de la propuesta presentada por el Polisario está disponible públicamente en https://digitallibrary.un.org/record/597426″.
El Consejo de Seguridad ha «tomado nota» de la propuesta. Se sortea la pregunta de si el gobierno alemán también ve una «contribución importante» en la propuesta del Polisario: «El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha tomado nota de la propuesta presentada por el Polisario en 2007».
También elude responder si «Marruecos ha anexionado y ocupado la parte del Sáhara Occidental que está bajo su control». Dice sucintamente: «El estatus definitivo del Sáhara Occidental bajo el derecho internacional es incierto».
Con ello se olvida que hace tiempo que el derecho internacional ha aclarado que el Sáhara Occidental es una ocupación ilegal por parte de Marruecos y una violación de la prohibición del uso de la fuerza.
Así, no es de extrañar que la respuesta a la pregunta de si la ocupación ilegal tiene una importancia decisiva para la cooperación entre Alemania y Marruecos sea, de hecho, no: «En opinión del Gobierno Federal, a ambas partes les interesa seguir reavivando y profundizando las históricamente estrechas y buenas relaciones bilaterales.
¿Política exterior basada en los derechos humanos?
El contraste con la política hacia Ucrania está más que claro. Allí, la defensa del derecho de autodeterminación es apoyada por el gobierno alemán incluso con entregas de armas y la política exterior se verbaliza en base a los derechos humanos. Por ello, Sevim Dagdelen, presidenta de La Izquierda en la Comisión de Asuntos Exteriores, explica a Telepolis:
“La ignorancia de facto del gobierno alemán frente a la actual ocupación marroquí del Sáhara Occidental es una burla a su autodeclarada política exterior basada en los derechos humanos.”
De hecho, el gobierno del semáforo está haciendo un verdadero flaco servicio a la legalidad internacional «cuando corteja a la potencia ocupante, Marruecos, con acuerdos económicos y una asociación privilegiada en detrimento de los saharauis, haciendo así honor al bloqueo del referéndum de la ONU acordado hace mucho tiempo sobre el futuro del Sahara Occidental».
Un territorio ocupado violando el derecho internacional
Pero ante todo resulta especialmente llamativo cómo la página web de «Germany Trade & Invest» (GTAI) se refiere ya a la colonia ilegalmente ocupada. El proyectado «puerto atlántico de Dakhla está considerado como el proyecto de prestigio de Marruecos para el desarrollo de las provincias del sur», escribe la Empresa de la República Federal para el Comercio Exterior y Marketing.
No se encuentra referencia alguna al hecho de que se trata de un territorio ocupado en violación del derecho internacional. Y a la vista de esta actitud, no es de extrañar que el Gobierno alemán también haya respaldado el recurso contra la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TPI).
Este había declarado nulo un tratado bilateral entre Marruecos y la UE el pasado mes de noviembre porque no se había obtenido el «consentimiento del pueblo del Sáhara Occidental» sobre la explotación de los recursos.
El Polisario también fue reconocido «como persona jurídica» y como representante de los saharauis con derecho a demandar. Al parecer, el gobierno alemán ya no se opone a la explotación del Sáhara Occidental por parte de Marruecos. Para Dagdelen está claro:
«Es una gran hipocresía cuando Baerbock proclama una política exterior basada en valores, pero al mismo tiempo el ministro se niega a nombrar claramente la anexión y ocupación del Sáhara Occidental por parte de Marruecos como una ocupación ilegal, así como una violación de la prohibición del uso de la fuerza».
Alto potencial para las «energías renovables”
Las respuestas sobre la transición energética también son interesantes. En este sentido, el gobierno alemán admite que el Sáhara Occidental tiene un potencial especialmente alto para «las energías renovables, por ejemplo para la producción de hidrógeno».
Entre otras cosas, se destacan las enormes capacidades eólicas: «Según la información del Centro Aeroespacial Alemán y la estrategia marroquí para el hidrógeno verde, que se publicó en la página web del Ministerio marroquí de Transición Energética y Desarrollo Sostenible el 28 de noviembre de 2021, las velocidades del viento en la zona del Sáhara Occidental se clasifican como muy altas.»
Pero Marruecos también tiene potencial sin el Sáhara Occidental, se añade.
Para Dagdelen, de las respuestas se desprende con claridad que, para el cambio energético en Alemania, hay que barrer bajo la alfombra la realidad de la ocupación. «Aquí, los principios del derecho internacional y los derechos de los saharauis a la autodeterminación se venden a bajo precio por el hidrógeno verde», explica Dagdelen. Hay que tener en cuenta que también están en juego los ricos caladeros y, sobre todo, los grandes yacimientos de fosfatos del Sáhara Occidental.
Para imponer un aprovechamiento energético por medios coloniales que hasta ahora no estaba nada claro, Europa está cabreando a Argelia, un importante socio en la cuestión del gas natural. Como también ha informado Telepolis, Argelia se está acercando cada vez más a Rusia, por razones históricas y porque critica el doble rasero de la UE y Estados Unidos.
En otoño, se realizará una maniobra militar conjunta en la frontera con Marruecos. La guerra por el Sáhara Occidental, que ha vuelto a estallar, tiene desde hace tiempo todos los visos de convertirse también en una guerra regional.
*Ralf Streck es un periodista que escribe habitualmente en ‘Telepolis’
Artículo publicado en Telepolis, editado por el equipo de PIA Global