Fundada en 2001, la OCS agrupa a nueve países miembros: China, Rusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Uzbekistán, India, Pakistán e Irán. Además, cuenta con cuatro países observadores y seis socios de diálogo, lo que refleja su capacidad de atracción y su potencial expansivo
La OCS nació con el objetivo principal de consolidar la seguridad regional y fomentar la cooperación multilateral en áreas clave como la política, la economía y la cultura. Inicialmente, su propósito principal era combatir las amenazas transnacionales, como el terrorismo, el separatismo y el extremismo, conocidos colectivamente como las «tres fuerzas malignas». Sin embargo, su ámbito de actuación se ha expandido significativamente con el tiempo.
Su predecesora, los «Cinco de Shanghai», fue formada para manejar asuntos de seguridad fronteriza luego del fin de la Guerra Fría. El terrorismo, el separatismo y el extremismo, han afectado durante décadas a Asia Central y se han vuelto cada vez más graves tras el colapso de la Unión Soviética, la invasión estadounidense de Afganistán y la llamada Primavera Árabe, todos estos acontecimientos fueron un gran caldo de cultivo para sectores terroristas que se vieron beneficiados por las políticas de Washington.
Una respuesta a Occidente.
En la actualidad la OCS se presenta como una respuesta firme y cohesionada a los intentos globalistas anglosajones de socavar las soberanías nacionales en Asia. Liderada por potencias regionales como Rusia y China, se ha convertido en un baluarte contra la hegemonía occidental que busca destruir cualquier contrapeso global, ya sea Moscú o Beijing.
Los esfuerzos globalistas, particularmente los impulsados por Estados Unidos y sus aliados anglosajones, han sido percibidos como intentos de imponer un orden mundial unipolar. Este enfoque ha llevado a intervenciones en diversos países bajo el pretexto de promover la democracia y los derechos humanos, pero a menudo con el objetivo ulterior de desestabilizar gobiernos y regiones que no se alinean con los intereses occidentales.
En este contexto, la OCS surge como una plataforma crucial para defender la soberanía de sus miembros promoviendo un orden mundial multipolar, usando como base una organización que ha demostrado en gran manera su eficacia al obtener buenos resultados y respetando la voz de cada uno de los países que la integran marcando así una gran diferencia con otras organizaciones que cumplen un rol similar.
La inclusión de Irán como miembro pleno de la OCS en el año 2023 potencia significativamente la capacidad de la organización para responder a las presiones occidentales y fortalecer las posiciones soberanas en Asia Central. Irán, una potencia regional con una rica historia y recursos estratégicos considerables, aporta un nuevo nivel de dinamismo y resistencia a la OCS. Esta inclusión no solo amplió la influencia geopolítica de la organización, sino que también envió un mensaje claro de solidaridad y cohesión frente a la hegemonía occidental.
Importancia Geoestratégica:
- Estabilidad y Seguridad Regional:
La OCS ha desempeñado un papel crucial en la estabilización de Asia Central, una región históricamente volátil. A través de ejercicios militares conjuntos y la coordinación en la lucha contra el terrorismo, la organización ha contribuido a mitigar amenazas a la seguridad que podrían desestabilizar no solo a sus miembros, sino a toda la región. La estabilidad en Asia Central es vital para el flujo seguro de recursos energéticos y el comercio internacional.
- Alternativa a la Influencia Occidental:
Uno de los aspectos más significativos de la OCS es su función como contrapeso a la influencia occidental, en particular a la hegemonía estadounidense. Con China y Rusia a la cabeza, la OCS ofrece una plataforma para la cooperación multilateral independiente de las estructuras dominadas por Occidente, como la OTAN o la Unión Europea. Esto permite a sus miembros formular políticas que reflejen sus propios intereses y contextos regionales, reduciendo la dependencia de los mecanismos de seguridad y económicos occidentales.
- Conectividad y Desarrollo Económico:
La OCS también ha priorizado la cooperación económica y la conectividad. La Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (BRI), que atraviesa gran parte del territorio de los miembros de la OCS, se ha integrado con los objetivos de la organización. Esto facilita inversiones en infraestructura, comercio y conectividad, promoviendo el desarrollo económico regional. Además, la cooperación económica dentro de la OCS puede ayudar a los países miembros a diversificar sus economías y reducir su vulnerabilidad a las fluctuaciones económicas globales.
- Dinámica Política Global:
La inclusión de India y Pakistán como miembros plenos en 2017 amplió significativamente el alcance geoestratégico de la OCS. La presencia de estas dos potencias nucleares añade peso a la organización y complica aún más la dinámica política global. Además, la OCS actúa como un foro donde estos dos países, a menudo en desacuerdo, pueden interactuar en un entorno multilateral, lo que podría contribuir a la reducción de tensiones bilaterales.
Unificación Contra el Separatismo Financiado por Occidente:
Un aspecto clave del desafío que enfrenta la OCS es el auge de movimientos separatistas en varias regiones de Asia. Desde Xinjiang en China hasta el Cáucaso en Rusia, los movimientos separatistas han sido una preocupación constante.
Muchos de estos movimientos son financiados y apoyados por actores occidentales bajo la clásica estrategia de «divide y vencerás». Esta política occidental busca fragmentar a las naciones para debilitarlas, permitiendo una mayor influencia y control sobre ellas.
La OCS ha jugado un papel crucial en la unificación de posiciones contra estos movimientos separatistas. A través de la cooperación en inteligencia, operaciones antiterroristas conjuntas y el intercambio de mejores prácticas, los miembros de la OCS han logrado desarticular redes separatistas y reducir su capacidad operativa. Este esfuerzo coordinado demuestra la determinación de la OCS de mantener la estabilidad y la unidad de sus miembros frente a las amenazas externas.
Retos y Futuro:
A pesar de sus logros, la OCS enfrenta desafíos significativos. Las rivalidades internas, como las tensiones entre India y Pakistán, y las diferencias en los intereses estratégicos a largo plazo que pueden darse entre China y Rusia, pueden complicar la cohesión y la eficacia de la organización. Además, la capacidad de la OCS para abordar problemas transnacionales, como el narcotráfico y la seguridad cibernética, sigue siendo una prueba constante de su relevancia y efectividad.
Mencionamos a continuación algunos retos y proyecciones dadas respecto al futuro de la OCS.
Retos:
- Rivalidades Internas y Divergencias Políticas: A pesar de la cooperación general, las tensiones entre algunos miembros de la OCS, como India y Pakistán, pueden obstaculizar la cohesión de la organización. Las diferencias en intereses estratégicos y económicos entre China y Rusia también pueden surgir como desafíos. Es crucial que la OCS mantenga un equilibrio y fomente el diálogo para resolver conflictos internos y evitar que estas rivalidades debiliten la unidad y eficacia de la organización, sabiendo que estas situaciones pueden ser usadas como cuña por occidente para sembrar discordias internas.
- Presión y Hostilidad de Occidente: La OCS enfrenta una creciente presión de Estados Unidos y sus aliados, quienes ven a la organización como una amenaza a su hegemonía global. Las sanciones económicas, la propaganda mediática y los intentos de socavar la estabilidad interna de los países miembros son tácticas comunes utilizadas por Occidente. La OCS debe desarrollar estrategias eficaces para contrarrestar estas presiones y proteger a sus miembros de la injerencia externa.
- Amenazas Transnacionales y Seguridad Regional: Las amenazas como el terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado siguen siendo preocupaciones importantes. La OCS necesita fortalecer sus mecanismos de cooperación en seguridad y desarrollar capacidades para abordar eficazmente estas amenazas. La coordinación en inteligencia y operaciones conjuntas es esencial para mitigar riesgos y garantizar la seguridad regional.
- Desigualdad Económica y Desafíos de Desarrollo: Los miembros de la OCS tienen niveles de desarrollo económico muy variados. Para mantener la cohesión, es necesario fomentar la cooperación económica y el desarrollo equilibrado. La Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (BRI) ofrece oportunidades significativas, pero también requiere una gestión cuidadosa para asegurar que todos los miembros se beneficien de manera equitativa y sostenible.
Futuro:
- Fortalecimiento de la Cooperación Multilateral: La OCS debe continuar consolidando su cooperación multilateral en áreas clave como la seguridad, la economía y la cultura. La creación de nuevos mecanismos de coordinación y la profundización de las alianzas existentes permitirán a la organización responder de manera más eficaz a los desafíos globales y regionales. La inclusión de nuevos miembros y la ampliación de su red de socios también puede fortalecer su influencia y capacidad de acción.
- Desarrollo de Capacidades Tecnológicas y Científicas:La innovación tecnológica y el desarrollo científico son áreas cruciales para el futuro de la OCS. La cooperación en estos campos puede impulsar el crecimiento económico y mejorar la seguridad. Proyectos conjuntos en tecnología avanzada, ciberseguridad y exploración espacial pueden posicionar a la OCS como un líder en innovación y desarrollo sostenible.
- Promoción del Comercio y la Integración Económica: La OCS debe trabajar para facilitar el comercio y la integración económica entre sus miembros. La eliminación de barreras comerciales, la mejora de la infraestructura y la creación de zonas económicas especiales pueden fomentar el crecimiento y la cooperación económica. La OCS también puede explorar acuerdos comerciales con otras organizaciones regionales e internacionales para expandir su red económica.
- Afirmación del Orden Mundial Multipolar: La OCS tiene un papel crucial en la promoción de un orden mundial multipolar basado en el respeto mutuo y la cooperación pacífica. Al fortalecer sus alianzas y abogar por la reforma de las instituciones internacionales, la OCS puede contribuir a la creación de un sistema global más equilibrado y justo. La defensa de la soberanía nacional y la no injerencia en los asuntos internos deben seguir siendo principios fundamentales de su enfoque.
Mas allá de una simple organización.
La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) es la única organización mundial de esta magnitud que lleva el nombre de una ciudad de China, esto ha consolidado indudablemente el rol que lleva el gobierno de Beijing en esta organización, que bajo la influencia de líderes como el presidente chino Xi Jinping ha demostrado su compromiso con la paz y el desarrollo.
En la Cumbre de la OCS de 2022 en Samarcanda, Xi Jinping citó un proverbio uzbeko el cual encarna en gran manera cual es la visión china de esta organización: «Con paz, un país disfruta de prosperidad, al igual que con lluvia la tierra puede florecer». Estas palabras encapsulan la visión de la OCS sobre la relación intrínseca entre seguridad y desarrollo.
Xi Jinping en este aspecto prometió «cero tolerancia» hacia las «tres fuerzas malignas» – el terrorismo, el separatismo y el extremismo – y subrayó la importancia de los esfuerzos conjuntos para erradicarlas.
Algo sumamente llamativo pero que no es casualidad es que Xi Jinping ha enfatizado la cooperación en seguridad en todas las cumbres y ha mencionado el término «seguridad» en más de 120 ocasiones en sus 11 discursos en la OCS. Claramente esto refleja que dentro de la política china hacia el exterior para lograr sus objetivos regionales la seguridad es la base del desarrollo, mientras que la estabilidad es un requisito para la prosperidad.
El tema Afganistán.
Asimismo, siguiendo la política diplomática que ha venido llevando el gobierno chino, se ha instado en a los miembros de la OCS a apoyar a Afganistán en su camino hacia la paz interna y a fortalecer la cooperación en la lucha contra el narcotráfico, el crimen organizado y las amenazas en sectores de seguridad no tradicionales, como el ciberespacio y el espacio exterior.
Todo indica que el tema Afganistán continua siendo un objetivo primordial de agenda desde los ultimos años, teniendo una gran presencia y un énfasis remarcado en la Declaración de Nueva Dehli del año 2023 en la cual los países de la Organización de Cooperación de Shanghái se manifiestan a favor de que Afganistán se desarrolle como un Estado independiente sin ningún tipo de injerencia externa como parte esencial para la estabilización regional.
Gracias al impulso consistente de la OCS, la organización ha llevado a cabo numerosos ejercicios conjuntos y ha implementado medidas enérgicas contra el narcotráfico, reduciendo así el financiamiento del terrorismo.
Estos esfuerzos han dado frutos tangibles: entre 2013 y 2017, los Estados miembros de la OCS frustraron más de 600 crímenes de terrorismo, capturaron alrededor de 2.000 terroristas y destruyeron más de 500 campos de entrenamiento de terroristas. Además, los mecanismos de seguridad han sido mejorados y los ejercicios conjuntos se han extendido al ciberespacio.
Una apuesta de múltiple nivel china.
La OCS, con su enfoque en la defensa de la soberanía nacional y la promoción de un orden mundial multipolar, está bien posicionada para enfrentar los desafíos del futuro. Al fortalecer su cooperación interna, desarrollar capacidades tecnológicas y económicas, y promover la paz y la seguridad regional, la OCS puede asegurar un futuro próspero y seguro para sus miembros.
La visión de la OCS es clara: con paz y seguridad, la prosperidad y el desarrollo florecerán, beneficiando a todas las naciones involucradas y contribuyendo significativamente a la estabilidad global.
La Organización de Cooperación de Shanghái representa a todo nivel una apuesta internacional estratégica del gobierno chino en su área de influencia en materia de seguridad. Este organismo, va junto de la mano con la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), formando el núcleo de la política exterior del presidente Xi Jinping.
Ambas iniciativas están intrínsecamente vinculadas, ya que la estabilidad y seguridad proporcionadas por la OCS son esenciales para el éxito del BRI, facilitando, asegurando el comercio y el desarrollo económico en toda Eurasia. Esta combinación refuerza la posición de China como líder regional y potencia global, promoviendo un orden mundial multipolar basado en la cooperación y el respeto mutuo.
Tadeo Casteglione* Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales, Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Miembro del equipo de PIA Global
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