Asia Central-Pacífico Europa

Las «garantías de seguridad» occidentales para Armenia serían una receta para el desastre regional

Por Andrew Korybko* –
La única razón por la que Armenia quiere este tipo de «garantías de seguridad» de la OTAN es porque no espera que Rusia la proteja en caso de conflicto existencial.

Varios miembros de la OTAN ya han acordado proporcionar a Ucrania las denominadas «garantías de seguridad», por las que se comprometen a proporcionarle armas, inteligencia, logística y otras formas de apoyo en caso de que estalle otro conflicto con Rusia. En esencia, estos pactos formalizaban el apoyo que ya prestaban a Ucrania y no son nada nuevo, aunque Kiev los haya presentado como supuestos avances militares y estratégicos que cambiarían las reglas del juego.

Sin embargo, la situación de Armenia es muy diferente a la de Ucrania, ya que no está implicada en un conflicto activo con ninguno de sus vecinos. Además, el país sigue formando parte formalmente de la OTSC dirigida por Rusia a pesar de haber suspendido extraoficialmente su participación en este bloque, aunque Moscú ha reafirmado que sigue teniendo obligaciones de defensa mutua con Ereván si su existencia se ve amenazada en algún momento. La geografía sin salida al mar de Armenia también dificulta la capacidad de la OTAN para prestar un apoyo similar al de Ucrania, incluso en el peor de los casos.

Además, Armenia considera a Turquía, miembro de la OTAN, como una posible amenaza para su existencia, y no es realista que el segundo mayor ejército del bloque permita a sus miembros utilizar su territorio para enviar armas a Armenia y utilizarlas contra sus propias tropas en caso de que ambos países entren en guerra. La única vía realista es que abastezcan a Armenia a través del Mar Negro y Georgia, lo que podría ocurrir en tiempos de paz y complementarse acumulando arsenales en esos dos países con antelación.

La única razón por la que Armenia quiere este tipo de «garantías de seguridad» de la OTAN es porque no espera que Rusia la proteja en caso de conflicto existencial. Es probable que este díscolo miembro de la OTSC también esté tramando retirarse de ese bloque y solicitar su ingreso en la OTAN, a pesar de las negativas oficiales. No hay nada más convincente que explique por qué Armenia se está preparando ahora mismo para otra guerra tras perder la última contra Azerbaiyán y no tener ninguna reclamación territorial formal frente a sus vecinos (ni ellos frente a ella).

Así las cosas, estas «garantías de seguridad» estarían probablemente destinadas a suavizar la transición de Armenia de la OTSC a la OTAN, a la que sólo podría incorporarse de facto siguiendo el ejemplo de la situación actual de Ucrania. Aun así, a diferencia de Ucrania, que se encuentra actualmente en un conflicto candente con Rusia, Armenia está actualmente en paz con todos sus vecinos, lo que plantea interrogantes sobre por qué ella y la OTAN se están preparando ya para otra guerra cuando no existe ningún pretexto formal, ya que nadie tiene reclamaciones a nadie más.

Por lo tanto, este movimiento es muy sospechoso, ya que sugiere que Armenia y la OTAN podrían tener planes para librar una guerra contra Azerbaiyán que podría iniciarse con un ataque furtivo destinado a reconquistar Karabaj. Podría fabricarse artificialmente un pretexto de «autodefensa» mediante futuras provocaciones armenias que provoquen una respuesta azerí en legítima defensa, pero que la OTAN haga pasar por un supuesto «acto de agresión no provocada en violación del derecho internacional» para justificar falsamente la agresión armenia planeada de antemano.

Azerbaiyán es consciente de este escenario y por eso quiere delimitar la frontera con Armenia lo antes posible para resolver todas las posibles disputas territoriales antes de que su vecino se envalentone con las «garantías de seguridad» de la OTAN para provocar un falso pretexto para librar otra guerra. No obstante, la OTAN podría presionar a Armenia para que actúe antes de que esté preparada si considera que la oportunidad se está cerrando rápidamente, pero eso supondría un riesgo de suicidio nacional y una revuelta de los verdaderos patriotas armenios que quieren salvar a su país.

*Andrew Korybko, analista geopolítico internacional.

Artículo publicado originalmente en korybko.substack.com

Foto de portada: extraída de korybko.substack.com

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