Imperialismo Multipolaridad Norte América Nuestra América

La vara de Biden y el juego bipolar en la Cumbre por la Democracia

Escrito Por Beto Cremonte

Por Beto Cremonte*-

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, preside la primera Cumbre por la Democracia, en la que presiona a los líderes de 110 países a revertir la actual «recesión» de libertades en un momento de creciente autoritarismo en todo el mundo y a colaborar en la lucha contra la corrupción y la promoción del respeto por los derechos humanos.

Joseph Robinette Biden, (Joe para sus amigos) cumpliendo una promesa hecha en la campaña que lo convirtió en el 46° presidente de los EE.UU, oficia de anfitrión virtual de la Cumbre por la Democracia 2021. La Cumbre agrupa a líderes mundiales de 110 países, entre los que se destacan algunas presencias, pero que sobre todo llama la atención por las ausencias. La geopolítica futura se está jugando.

Se sabe que el reaseguro de una buena fiesta, en gran parte, se debe a la lista de invitados que se elijan. Esto parece saberlo muy bien el dueño de casa ya que ha confeccionado una lista de “amigos”, que a la vez y paralelamente se relaciona directamente con una lista de “enemigos”. Cabe aclarar que el binarismo “amigo/enemigo” responde a los términos democráticos según el propio modelo imperial y occidental que se propone desde los EE.UU y que fundamentaron esta reunión. Los “buenos” y los “malos” otra vez en el juego de la democracia liberal.

Ahora bien, hoy (y siempre) es discutible la altura ética y moral de los EE.UU, autoproclamada como la “democracia ejemplar” y el país en el que la libertad es verdadera e indiscutible. Sin embargo un reporte divulgado en noviembre por el Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral, por primera vez Estados Unidos fue señalado como una “democracia en retroceso”. Una encuesta de la Universidad de Harvard también hace hincapié en esto y refleja que   el 52% de los jóvenes encuestados cree que la democracia en el país está “en problemas” o “ha fracasado”. Solo el 7% respondió que el estado de la democracia es “saludable”.

Objetivos, metas e invitados

El evento virtual tiene como objetivo trazar una agenda afirmativa para la renovación de la democracia y abordar las mayores amenazas que enfrentan las democracias actualmente por medio de una acción colectiva, según emana de los documentos previos de la Cumbre. La idea de fortalecer la democracia en todo el mundo en un momento de auge de gobiernos autócratas gira alrededor de Washington.

Las metas de la cumbre son fortalecer la democracia contra el autoritarismo, abordar la corrupción y promover los derechos humanos. Está claro que estas metas son medidas con la vara (telescópica) que utiliza Washington, según sean sus interese geopolíticos y estratégicos para los fines que se propongan. En este caso parece ser una cumbre hecha a medida contra Rusia y China, que por diferentes motivos no ocupan un lugar en la lista de amigos invitados.

Estos dos gigantes no son los únicos ausentes (no invitados), la lista la engrosan países tales como Bolivia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y Venezuela por Latinoamérica. Por la Unión Europea, Hungría es el único país no invitado, un dato que además condiciona la participación del resto de los países que pertenecen al bloque comunitario, ya que el gobierno húngaro en manos del Primer ministro Orbán, ha vetado la participación de la UE en la cumbre, lo que condiciona al bloque a no tomar compromisos ni decidir en conjunto. La exclusión de Hungría obedece claramente a la estrecha relación que mantiene con el Kremlin.

La participación de Taiwán en la Cumbre tensa aún más las relaciones con el gigante asiático. Es una provocación más a la China de Xi Jinping, que afianza sus lazos geopolíticos y geoestratégicos ligados a la multipolaridad y el multilateralismo en contraposición al intervencionismo y unilateralismo que propone EE.UU. El damero global también se despliega en esta cumbre.

Por parte de Oriente Próximo, la representación es escasa al haber invitado solo a Israel e Irak, aliados estratégicos de todas las administraciones norteamericanas más allá de su origen demócrata o republicano. El mundo árabe tampoco no está incluido en la lista de invitados.

Solo un puñado de países de la Unión Africana  participan del mitin. República Democrática del Congo, Kenia, Sudáfrica, Nigeria y Níger Zambia, Senegal, Angola y Malaui se incluyen en la lista por parte de África. El continente africano es tierra donde la democracia pensada desde occidente se choca con una realidad muy alejada de los ideales democráticos que se intenta imponer desde Washington. Los gobiernos autocráticos y un nuevo auge de dictaduras en África los aleja de la lista de “amigos” invitados, aunque las relaciones que muchos países mantienen con Rusia y/o China también son motivo más que suficiente para que Biden haya decidido no cursar invitaciones por ejemplo a Sudán, Etiopia, Eritrea, Egipto o Libia.

Nuestramérica y la democracia

No resultan llamativas las ausencias de algunos países de nuestramerica en la lista de Biden como así tampoco la presencia de otros. El Brasil de Bolsonaro, el Chile de Piñera o el Uruguay de Lacalle Pou se encuentran dentro de la lista de buenos amigos de la Casa Blanca y por supuesto que están invitados.

Ahora si hablamos de ausencias, no llama la atención que figuren Venezuela, Nicaragua, Bolivia u Honduras, aunque estos países hayan dado en el ultimísimo tiempo demostración cabal del fortalecimiento de sus democracias a pesar de ser atacadas permanentemente. El caso de Venezuela puede resultar llamativo ya que en estos días y luego de un proceso electoral exitoso (el número 27 que se lleva a cabo en el país) y del que han participado observadores internacionales que avalaron dicho proceso, la ONU reconoció al gobierno de Nicolás Maduro como legítimo, pero sin embargo los EE.UU siguen reconociendo la figura de Juan Guaidó como representante gubernamental de Venezuela incluyéndolo dentro de los invitados.

Los procesos electorales en Honduras, Bolivia y Nicaragua parecen no alcanzar los estándares democráticos imperiales, pero sí son motivo suficiente para volcar en ellos todo el poderío intervencionista a través de bloqueos económicos, ayuda exterior a golpistas u opositores socios de EE.UU. La respuesta en algunos casos no tarda en llegar. En estas horas, a la par de la Cumbre por la Democracia, Nicaragua y la República Popular China restablecen relaciones diplomáticas a través de un comunicado conjunto, firmado en Tianjin, donde ambos países se comprometen mutuamente a estrechar lazos de amistad y respeto. A la vez que Nicaragua rompe relaciones diplomáticas con Taiwán, reconociendo a la República Popular China como único gobierno legítimo y representativo de toda China.

Habrá que esperar los resultados finales y la firma de los acuerdos a los que Washington invitará cordial y democráticamente a firmar con el solo objetivo de fortalecer los lazos que le permitan mantener su hegemonía global, hoy cada vez más en declive y puesta en discusión. Pero lo que sí está claro es que esta Cumbre solo representa los ideales democráticos impuestos por el poder imperial norteamericano que ciñe a un puñado de países a sucumbir ante sus pedidos y reclamos intervencionistas.

*Beto Cremonte es periodista, Comunicador Social y docente en la Facultad de Comunicación Social de La Plata (U.N.L.P), estudiante avanzado de la Tecnicatura Universitaria en Comunicación Pública y Política de la Universidad Nacional de La Plata (U.N.L.P)

Acerca del autor

Beto Cremonte

Docente, profesor de Comunicación social y periodismo, egresado de la Unlp, Licenciado en Comunicación social, Unlp, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política. FPyCS Unlp