Europa Multipolaridad

La UE revela los temores de un nuevo orden mundial

Por Alexey Viryasov* –
Pekín y Moscú son potencias revisionistas, afirma el máximo diplomático de la UE.

Rusia y China son dos potencias “revisionistas” que intentan cambiar el actual orden mundial, ha afirmado el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, tres semanas después de que Moscú y Pekín hicieran una declaración conjunta en la que denunciaban muchos aspectos de la política exterior de Washington y pedían el fin de la “injerencia en los asuntos internos de Estados soberanos”.

En su intervención del domingo en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Josep Borell advirtió que el actual orden mundial multilateral liberal está en peligro, porque la amistad entre los gobiernos “autoritarios” de Rusia y China está desafiando las normas de la arquitectura global existente.

“30 años después del final de la Guerra Fría, nos enfrentamos a un esfuerzo decidido por redefinir el orden multilateral”, declaró el responsable de la política exterior de la UE. “Esta declaración es la culminación de una larga campaña. Es un acto de desafío. Es un manifiesto revisionista, un manifiesto para revisar el orden mundial”.

El 4 de febrero, tras una reunión de tres horas en Pekín, el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, firmaron una declaración conjunta en la que ambos líderes expresaban su acuerdo sobre múltiples cuestiones de desarrollo sostenible global y relaciones internacionales.

Entre otras cosas, Putin y Xi acordaron oponerse al “abuso de los valores democráticos y a la injerencia en los asuntos internos de Estados soberanos con el pretexto de proteger la democracia y los derechos humanos, así como a cualquier intento de incitar a la división y al enfrentamiento en el mundo”. También hicieron un llamamiento a la comunidad internacional “para que respete la diversidad cultural y de civilizaciones” y “los derechos de los pueblos de diferentes países a la autodeterminación”.

Pekín también apoyó la demanda rusa de detener la expansión hacia el este del bloque de la OTAN liderado por Estados Unidos, mientras que Moscú reiteró su postura sobre la indivisibilidad de China, negando las pretensiones independentistas de Taiwán.

Según Borrell, la declaración conjunta contraviene la definición de derechos humanos y democracia de la Carta de la ONU.

El funcionario afirmó que el acuerdo de Pekín y Moscú para oponerse a las “revoluciones de color” es ilegal, porque violaría el derecho de los individuos a la autodeterminación. También criticó el eslogan chino de la “democracia que funciona”, al cuestionar la pretensión del país de tener una “cultura e historia milenaria de democracia”.

Anteriormente, el embajador de Rusia en Washington, Anatoly Antonov, declaró que la relación de Rusia con China ha florecido gracias al desafiante entorno internacional. Sin embargo, negó que la alianza ruso-china persiga objetivos geopolíticos.

Por Alexey Viryasov, periodista.

Artículo publicado en RT.

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