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La UE prepara una normativa para detener el flujo de gas a través de TurkStream

Por Yunus Soner* –
Bruselas apunta al último gasoducto operativo que queda entre Rusia y Europa. Turquía, país de tránsito, se muestra cautelosa, mientras que Grecia se muestra eufórica.

Un reglamento de la UE que se está elaborando en el marco del «Reglamento REPowerEU» menciona ahora explícitamente TurkStream. TurkStream, que conecta Rusia con Turquía a través de dos gasoductos, abastece tanto al mercado nacional turco de gas como a las reexportaciones a Europa.

Tras la expiración del acuerdo de tránsito entre Rusia y Ucrania el 1 de enero de 2025, TurkStream se convirtió en la única ruta importante de gasoductos para el gas ruso hacia Europa.

El 15 de octubre, los ministros de Energía de la UE acordaron un texto para limitar las reexportaciones. El documento establece:

«Por lo tanto, el Reglamento debe presumir que el gas natural importado a la Unión (…) que llega a través de TurkStream (…) tiene su origen en la Federación de Rusia o se exporta, directa o indirectamente, desde ella, sustituyendo así el requisito de presentar pruebas del país de producción. En caso de que se alegue que el gas natural que llega a estas fronteras, interconexiones o puntos de interconexión se encuentra en régimen de «tránsito» a través de la Federación de Rusia, se aplicarán controles estrictos».

El artículo 11 del proyecto exige la «prohibición total» de estas reexportaciones a partir del 7 de junio de 2026. En determinadas condiciones, como que el Estado miembro de la UE receptor sea un país sin litoral, como Hungría o Eslovaquia, y que los contratos existieran antes de junio de 2025, la entrada en vigor se retrasa hasta el 1 de enero de 2028.

Es evidente que el reglamento tiene por objeto impedir que se eludan las prohibiciones o restricciones al gas ruso mediante su transporte a través de Turquía.

La supuesta cláusula de origen ruso significa que los países que importan gas a través de Turquía se enfrentarán a mayores cargas reglamentarias y documentales; podría dar lugar a disputas legales o contractuales si el gas se reetiqueta o se transporta de forma indirecta.

Algunos Estados miembros de la UE (por ejemplo, Hungría y Serbia) han declarado públicamente su intención de «garantizar la seguridad» de la ruta TurkStream, lo que demuestra el peso geopolítico del gasoducto.

Primeras reacciones turcas

Además de poner en peligro la seguridad energética en varios países de los Balcanes, la normativa también perjudicaría la ambición de Turquía de convertirse en un centro regional de gas.

El flujo de gas a través de TurkStream hacia los países de la UE ha aumentado en los últimos meses, a pesar del objetivo general de la UE de reducir la dependencia de la energía rusa.

En octubre de 2025, el ministro de Energía, Alparslan Bayraktar, afirmó que Turquía se ha convertido en «el salvavidas del gas europeo» gracias a gasoductos como TurkStream y TANAP, y destacó que Ankara es un «puente entre productores y consumidores».

Hizo un llamamiento a los países europeos para que amplíen la capacidad de interconexión de gas y describió la política energética de Turquía como «pragmática y flexible», centrada en la diversificación y la seguridad del suministro.

Mientras tanto, Turquía persigue un cambio hacia la diversificación sin renunciar al gas ruso. Un artículo de Reuters del 8 de octubre de 2025 describía la nueva estrategia energética de Ankara: para 2028, Turquía pretende cubrir más de la mitad de su demanda de gas con producción nacional y GNL estadounidense, reduciendo su dependencia de Rusia e Irán.

Bayraktar afirmó: «Debemos abastecernos de gas de todos los proveedores disponibles, incluidos Rusia, Irán y Azerbaiyán». El 3 de octubre de 2025, Bayraktar declaró a los periodistas que Turquía seguirá comprando gas natural ruso a pesar de las presiones externas:

«Tenemos acuerdos con Rusia… Se acerca la temporada de invierno. No podemos decir a nuestros ciudadanos que no hay gas». Hizo hincapié en la política equilibrada de Turquía de importar de Rusia, Azerbaiyán y Turkmenistán.

Los datos del regulador energético de Turquía (enero-julio de 2025) muestran que las entregas de gas ruso por gasoducto a Turquía aumentaron un 26 % interanual hasta alcanzar los 12 700 millones de m³, en gran parte a través de TurkStream y Blue Stream.

Grecia aplaude la normativa

Al otro lado del mar Egeo, la prensa griega celebra la normativa propuesta. Greek City Times informa de que la normativa fue propuesta por el ministro de Energía griego con el objetivo de «posicionar a Grecia como actor fundamental en el eje energético euroamericano y reforzar su ambición de convertirse en un centro energético regional».

Los días 6 y 7 de noviembre, Atenas acogerá la 6.ª Conferencia Ministerial P-TEC, coorganizada por Papastavrou y el secretario de Energía de EE. UU., Chris Wright.

La propuesta se presentará al Parlamento Europeo. Dada la tendencia general a endurecer el régimen de sanciones, es probable que se apruebe. Esto no solo planteará nuevos problemas a los países de Europa del Este en lo que respecta al suministro de energía seguro y asequible, sino que también pondrá en peligro las ambiciones de Turquía de convertirse en un centro internacional para el transporte y el comercio de gas, al menos en parte.

Al sustituir las reexportaciones rusas, es probable que Estados Unidos, además de otros exportadores de gas, obtenga ventajas. Detener las operaciones de TurkStream era el objetivo a largo plazo de Washington, y el entonces secretario de Estado Pompeo firmó un acuerdo al respecto con sus homólogos ucranianos.

*Yunus Soner ,politólogo turco. 

Artículo publicado originalmente en United World International (UWI).

Foto de portada: UWI.

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