Análisis del equipo de PIA Global Eurasia Tercera guerra mundial

La sombra de Occidente tras el asesinato del teniente general Ígor Kirílov

Escrito Por Tadeo Casteglione

Por Tadeo Casteglione* En una muestra más del carácter terrorista y mafioso del Occidente colectivo, el régimen de Kiev, con el apoyo de los servicios secretos occidentales, ha perpetrado un cobarde atentado en contra del teniente general Ígor Kirílov, jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia.

El ataque, que también cobró la vida de su asistente, tuvo lugar en Moscú la mañana del 17 de diciembre, cuando un artefacto explosivo colocado en un scooter detonó frente a un edificio residencial.

Las primeras indagaciones del Comité de Investigación de Rusia confirman que se trató de un atentado terrorista, poniendo al descubierto una vez más las intenciones de Occidente de intensificar el conflicto y atentar directamente contra Rusia.

Un crimen con motivaciones evidentes

El asesinato del teniente general Kirílov no fue casualidad. Durante años, Kirílov expuso con pruebas contundentes las actividades ilegales de biolaboratorios financiados y operados por el Pentágono en Ucrania y en otros países cercanos a las fronteras rusas.

En septiembre de 2022, denunció que Estados Unidos controla más de 336 laboratorios biológicos en el mundo, de los cuales más de 50 están ubicados en la periferia de Rusia. Estos laboratorios, según Kirílov, desarrollan patógenos peligrosos y enfermedades infecciosas atípicas, con el claro objetivo de usarlas como armas biológicas contra la población rusa.

La denuncia de Kirílov también puso en el centro de la controversia a la familia Biden, que —mediante acuerdos mafiosos— financió y supervisó estos biolaboratorios en Ucrania. Las pruebas presentadas revelaron que estos centros no solo violan la Convención sobre Armas Biológicas, sino que también constituyen una amenaza directa para la seguridad global y la salud pública.

En septiembre de 2023, señaló que la red de laboratorios biológicos operados por Estados Unidos representaba una seria amenaza, destacando el descubrimiento de un laboratorio clandestino en California que contenía patógenos peligrosos como el COVID-19, el VIH y la hepatitis. Acusó reiteradamente a Estados Unidos y Ucrania de infringir la Convención sobre Armas Biológicas.

En enero de 2024, responsabilizó a altos funcionarios estadounidenses, incluyendo a Gina Haspel, Alex Azar y Anthony Fauci, de entorpecer las investigaciones sobre el origen del COVID-19, dejando las puertas abiertas a lo que muchos expertos en geo.

Kirílov también afirmó que Ucrania había empleado de manera encubierta munición química DM-105, disfrazada como proyectiles de humo, durante un ataque en Sudzha, dentro de la región rusa de Kursk, en agosto. Además, advirtió que Kiev podría estar planificando un ataque de falsa bandera con una bomba sucia, entrenando personal para fabricar y detonar este tipo de artefactos en áreas urbanas.

Asimismo, reveló que las fuerzas rusas lograron frustrar un intento de Ucrania para tomar el control de la central nuclear de Zaporozhie en octubre de 2024.

No es coincidencia que Kirílov, quien desmanteló estas operaciones con información verificada, fuera considerado un enemigo público número uno por la administración Biden y sus aliados occidentales.

Ígor Kirílov, Una voz valiente

El teniente general Kirílov, al frente de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica desde 2017, trabajó incansablemente para desenmascarar los crímenes del eje anglosajón. La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, destacó su valentía y dedicación al exponer las provocaciones de la OTAN en Siria con armas químicas, las manipulaciones británicas en Salisbury y Amesbury, y la actividad de los biolaboratorios estadounidenses en Ucrania.

“Trabajaba sin miedo. No se escondía detrás de otros. Iba a cara descubierta. Por la Patria, por la verdad”, afirmó Zajárova, subrayando el papel crucial de Kirílov como defensor de la soberanía rusa y como voz de denuncia contra las agresiones imperiales de Occidente.

En febrero de este año, Kirílov también denunció que las tropas ucranianas, bajo las órdenes del régimen de Kiev y con el respaldo directo de Estados Unidos, habían utilizado armas químicas contra las posiciones rusas en violación de la Convención sobre Armas Químicas. Estas acusaciones, respaldadas con pruebas irrefutables, colocaron a Kirílov en el blanco de los enemigos de Rusia, especialmente de aquellos que buscan perpetuar un modelo de dominación basado en la destrucción y el caos.

Occidente: Terrorismo y desesperación

El asesinato del teniente general Ígor Kirílov no solo es un acto de terrorismo cobarde, sino también una confirmación de que el Occidente colectivo, liderado por Estados Unidos y sus servicios de inteligencia, está dispuesto a intensificar el conflicto en su desesperación por frenar el avance de Rusia y el mundo multipolar.

La participación del régimen de Kiev como brazo ejecutor de estos crímenes refleja la naturaleza servil de Ucrania, que actúa como una herramienta de guerra híbrida y terrorismo contra Rusia.

La familia Biden, conocida por sus prácticas mafiosas y su papel en la financiación de biolaboratorios en Ucrania, ha demostrado una vez más su compromiso con la guerra y el sabotaje. Kirílov fue un obstáculo para sus planes oscuros, y su asesinato revela la verdadera cara del imperialismo estadounidense: una estructura que no duda en eliminar a quienes se atreven a desafiarla con pruebas y verdades contundentes.

La muerte de Ígor Kirílov es una enorme pérdida para Rusia y para todos aquellos que luchan por la verdad en un mundo asediado por la desinformación y la guerra híbrida. Su legado, sin embargo, queda intacto. Las denuncias de Kirílov contra los biolaboratorios y las provocaciones occidentales han expuesto al mundo la naturaleza criminal de quienes buscan perpetuar el conflicto.

El asesinato terrorista del teniente general Ígor Kirílov representa una escalada peligrosa en el conflicto, pero también un punto de inflexión. Occidente ha mostrado su verdadera cara: la del terrorismo, la mafia y el caos. Sin embargo, el sacrificio de Kirílov servirá para fortalecer la determinación de Rusia de defender su soberanía y desenmascarar a quienes, desde las sombras, intentan doblegar al mundo. El futuro permanece incierto, pero lo que sí es seguro es que la verdad siempre prevalecerá.

Una Vida Dedicada al Servicio

Ígor Kirílov nació en Rusia y dedicó su vida al servicio de las Fuerzas Armadas, ascendiendo al rango de teniente general. En abril de 2017, asumió el mando de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas de Rusia, destacándose como un líder estratégico en la defensa de la soberanía rusa frente a amenazas químicas y biológicas. Fue condecorado con el título de Héroe del Trabajo de la Federación de Rusia y recibió numerosos premios estatales y departamentales.

Kirílov se convirtió en una figura clave al revelar la existencia y actividades de laboratorios biológicos financiados por el Pentágono en Ucrania, cuyas operaciones constituían una amenaza directa para Rusia y el mundo.

Biolaboratorios en Ucrania:
Documentos obtenidos durante la operación militar especial demostraron que estos laboratorios desarrollaban armas biológicas utilizando murciélagos, aves y poblaciones locales. También se identificaron envíos de muestras biológicas a Estados Unidos con fines ofensivos.

Orígenes del COVID-19:
En 2024, Kirílov acusó a altos funcionarios estadounidenses, como Gina Haspel, Alex Azar y Anthony Fauci, de obstaculizar las investigaciones sobre el origen del COVID-19, vinculando el desarrollo del virus a biolaboratorios controlados por Estados Unidos.

Uso de Armas Químicas por Kiev:
Denunció repetidamente el uso de munición química DM-105 por parte de las fuerzas ucranianas, camufladas como proyectiles de humo. Estos actos violaban la Convención sobre Armas Biológicas.

Prevención de Ataques Estratégicos:
Jugó un papel crucial al frustrar el intento del régimen de Kiev de apoderarse de la central nuclear de Zaporozhie, evitando así un desastre de proporciones catastróficas.

Advertencias sobre Ataques de Falsa Bandera:
Alertó sobre la posible preparación de bombas sucias por parte de Ucrania, destinadas a ser detonadas en áreas pobladas para culpar a Rusia.

Foto: Ekaterina Shtukina / TASS

El escenario futuro

El asesinato del jefe de las Tropas de Defensa Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas rusas, Ígor Kirílov, marcó un nuevo hito en la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania.

Las declaraciones de altos funcionarios rusos, incluyendo a Dmitri Medvédev, reflejan la indignación del Kremlin ante lo que consideran un acto de “agonía del régimen de Bandera”. Medvédev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, describió a Kirílov como un “authéntico patriota de Rusia” y aseguró que los líderes de Kiev enfrentarán un castigo implacable.

“A los nazis de Bandera, incluida la cúpula militar y política del país que desaparece, les espera un castigo inminente”, advirtió. Estas palabras contundentes no solo subrayan la determinación de Moscú de responder de manera contundente, sino que también anticipan una intensificación del conflicto en un escenario ya de por sí explosivo.

En este contexto, la postura rusa se endurece, especialmente ante cualquier intento de mediación o negociación que implique concesiones territoriales o políticas. Como afirmó Vasili Nevenzia, representante de Rusia ante la ONU, “no hay posibilidad de un congelamiento del conflicto a corto plazo”.

La lógica de esta afirmación es clara: cualquier tregua o negociación que no satisfaga completamente los objetivos estratégicos de Moscú sería percibida como una derrota. La narrativa oficial se ha centrado en reforzar la idea de que Rusia no está luchando solo contra Ucrania, sino contra un bloque liderado por la OTAN y Estados Unidos, que buscan debilitarla y fragmentarla.

El ministro de Defensa ruso, Andrei Belousov, fue aún más directo al señalar que la OTAN se está preparando para una guerra a gran escala contra Rusia. Según Belousov, las continuas maniobras militares, el envío masivo de armas y el despliegue de sistemas avanzados en Europa del Este son indicativos de esta estrategia.

Para Moscú, estas acciones no son meramente defensivas, sino provocaciones diseñadas para perpetuar la confrontación y aumentar la presión sobre Rusia. En este marco, cualquier intento de negociación sería visto como una señal de debilidad por parte del Kremlin, lo que refuerza la postura de endurecimiento.

El análisis ruso de la situación también incluye una valoración crítica del papel de Estados Unidos y sus aliados europeos. Las palabras de Dmitri Medvédev son especialmente ilustrativas: según él, el régimen ucraniano busca desesperadamente justificar su existencia ante sus aliados occidentales, prolongando la guerra a través de “ataques cobardes y despreciables en ciudades pacíficas”.

Por otro lado, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos no promete cambios significativos en el escenario bélico. Aunque Trump ha manifestado en el pasado su intención de distanciarse de los conflictos en el extranjero y su deseo de negociar con Rusia, la dinámica actual hace improbable un giro radical en la política estadounidense hacia Ucrania.

La presión del complejo militar-industrial, la influencia de los halcones en Washington, el estado profundo liderado por Vanguard y Blackrock y el compromiso de Estados Unidos con sus aliados europeos seguirán alimentando el conflicto. Además, la retórica anti-rusa de sectores clave del gobierno estadounidense y de la OTAN dificulta cualquier posibilidad de diálogo genuino.

Desde el punto de vista ruso, la continuidad de las provocaciones por parte de la OTAN, la Unión Europea y Estados Unidos solo exacerba la situación. La reciente expansión de la alianza militar hacia territorios cercanos a las fronteras rusas, así como el suministro constante de armamento avanzado a Ucrania, refuerzan no tan solo la percepción de una amenaza existencial para Moscú sino que ya es tangible tras los ataques contra Rusia con los sistemas ATACMS.

En este contexto, cualquier nuevo intento de negociación por parte de Rusia con quienes han jurado destruirla, que implique concesiones sería visto no solo como una derrota militar, sino como una traición a los principios fundamentales de su política de seguridad y en otras palabras la derrota total de Rusia como estado nación moderno tras el enorme sacrificio que ha hecho el pueblo ruso por mantener su soberanía nacional y su autodeterminación, una negociación en el actual esquema es una derrota de Rusia y del mundo multipolar.

Las palabras de Medvédev y otros altos funcionarios rusos dejan claro que Moscú no tiene intención de ceder. La narrativa oficial sostiene que los objetivos de la mision especial de desmilitarización y desnazificación de Ucrania es inevitable y que cualquier intento de prolongar el conflicto solo aumentará el sufrimiento y las pérdidas para Kiev. Sin embargo, esta postura también refleja la determinación de Rusia de no permitir que el conflicto se congele en un punto muerto, lo que podría dar tiempo a Ucrania y sus aliados para reorganizarse y fortalecer su posición.

En este marco, las advertencias de Belousov sobre la preparación de la OTAN para una guerra a gran escala adquieren un tono particularmente alarmante. Según el ministro de Defensa ruso, el aumento en los ejercicios militares conjuntos, el despliegue de tropas adicionales y la instalación de sistemas de defensa avanzados en Europa del Este no son acciones aisladas, sino parte de un plan sistemático más amplio para aislar y presionar a Rusia.

El escenario bélico, por tanto, parece destinado a intensificarse. Las continuas provocaciones de Occidente, combinadas con la determinación rusa de no retroceder, crean un ciclo de escalada difícil de romper. Las palabras de Vasili Nevenzia y Andrei Belousov subrayan la imposibilidad de un congelamiento del conflicto, mientras que las declaraciones de Medvédev dejan claro que Moscú considera que está en juego no solo su seguridad, sino su existencia misma como potencia global.

Con esto presente, las perspectivas de una resolución pacífica parecen cada vez más remotas. La dinámica actual sugiere que tanto Rusia como Occidente están atrapados en un juego de suma cero, donde cualquier avance de una parte es percibido como una pérdida para la otra. La llegada de Trump, aunque inicialmente podría generar expectativas de cambio, difícilmente alterará esta dinámica profundamente arraigada.

Así, el conflicto ucraniano sigue su curso, alimentado por intereses estratégicos, políticos y económicos que trascienden las fronteras de ambos países. Las palabras de Dmitri Medvédev, junto con las de otros altos funcionarios rusos, reflejan una realidad inquietante: la guerra no solo continúa, sino que está en camino de intensificarse, con pocas esperanzas de un alto el fuego o una solución negociada en el horizonte cercano.

Tadeo Casteglione*. Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales, Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Miembro del equipo de PIA Global.

*Foto portada: AFP 2024 / NATALIA KOLESNIKOVA

Acerca del autor

Tadeo Casteglione

Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales.

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