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La profecía de Biden: Rusia será arrojada quince años atrás…

Por Mijaíl Sheinkman*
Quizás Joe Biden quiso decir 50, pero se confundió. Esto le ha pasado antes con esas fechas. Son muy consonantes en inglés: fifteen y fifty .

Después de todo, devolvernos a los años 70 está más en línea con sus planes de hacernos retroceder hasta 2008.

¡Qué rápido crecimos ante sus ojos! En marzo, en su famoso discurso en la Polonia de la Rech Pozpolita, la antigua ensoñación imperial de Varsovia nos envió sin discutir al siglo XIX y nos auguró una paridad de 200 rublos por dólar. Pero en apenas dos semanas, según sus estimaciones, hemos superado más de cien años en nuestro desarrollo (el dólar volvió hoy a los 75 rublos, HK). ¿Estará seguro de que las sanciones nos perjudican? Aunque después de la introducción de la habitual tanda, dijo que gracias a esa presión, en un año la economía rusa retrocedería 15 años. Maestro de residuos. ¿Cómo puede uno no creerle?

Antes de eso, él mismo parecía haber perdido seis o siete años. La aparición de Barack Obama en un acto público en la Casa Blanca volvió a poner a Joe Biden allí, a la sombra del gran hombre negro. Sin saberlo, era posible no entender a quién tienen ahora como presidente de los Estados Unidos. Solitario, perdido y abandonado en el momento en que todos rodeaban al 44, el 46 se parecía, más bien, al Firs chejoviano[1], a quien sólo le quedaba llegar hasta el final «Olvidaron de mí… Nada… Me sentaré aquí…». Por lo tanto, después de que Obama se fue, era importante para él, por supuesto, mostrar quién era el amo en la casa y que el tiempo no tenía poder sobre él, sino a la inversa.

Bueno, ¿a quién más puede mostrarle esto, si no es a Rusia? En los Estados Unidos ya se sabe todo sobre él. Es cierto, son pocos los que, probablemente, asumieron que además él era un oráculo. Y qué asombroso detalle. No abstractos 20 o 25 años, que, al parecer, sonarían más impresionantes y habituales cuando se trata de datos tomados de la nada. En cambio 15… Algo que no parece ni blanco ni negro pero, según el plan, esto debería enfatizar la verosimilitud y el cálculo del pronóstico. Es lo que es. Sin embargo, es posible que Biden haya querido decir 50, pero nuevamente se confundió. Esto le ha pasado antes con esas fechas. Son muy consonantes en inglés: fifteen y fifty.

Después de todo, devolvernos a los años 70 está más en línea con sus planes que retroceder a 2008 con la salvación de Osetia del Sur y Abjasia, después de lo cual, como se piensa, volvimos a creer en nosotros mismos y en nuestra fuerza. Pero entonces, en los 70, todavía con la Unión Soviética, el estancamiento final ya estaba cerca y en algún lugar más adelante se vislumbraba irreversiblemente la desintegración del país. Están pugnando por esto, por una mayor analogía, tratando de convertir a Ucrania en un segundo Afganistán. Otra cosa es que ahora a Briezhnev (expresidente soviético de esa época que ordenó la invasión a Afganistán, HK)   lo tienen ellos. Aun cuando al lado de Obama se sintiera un poco más joven, esto no niega el hecho de que él está con Alzheimer y nosotros con hipersónicos (misiles rusos de nueva generación, HK) .

Sea cual fuere el año al que nos envíe, ni él ni nosotros podemos desconocer esto. Aunque Joe tiene razón, como en cualquier guerra (también en la económica), la pérfida agresión total obliga a retirarse. Pero, en primer lugar, desde aquí es de donde comienza el despegue, sin el cual es imposible tomar una nueva altura. En segundo lugar, es mejor volver que estar en él. Los Estados Unidos, ellos mismos retrotraídos al año 82 por una inflación récord, acaban de llegar. Así que Biden puede sentirse halagado cuando llaman a sus pronósticos «cuentos de la cripta». En cuanto a nuestra antigüedad de 15 años, el dólar a 25 rublos, como estaba entonces, nos vendría perfecto.

Notas:

*Columnista de Sputnik Radio

Referencias:

1 Firs es el viejo lacayo (87 años) que Chejov describió en “El jardín de los cerezos” como el lacayo de los dueños de la residencia, que no entienden los nuevos tiempos y, una vez vendida la propiedad, se olvidan de él en ella y allí muere.

Fuente: Radio “Sputnik”/traducción Hernando Kleimans


 

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