Deslocalización de la producción y nuevos retos económicos
La región de Asia Central es una de las prioridades de la política exterior alemana. Su especial interés en esta región es de carácter estratégico y a largo plazo, y se deriva principalmente de intereses económicos. Especialmente desde el inicio de la Operación Militar Especial en Ucrania, se ha ido perfilando una nueva ronda de cooperación bilateral y multilateral entre Alemania y la región. El periódico francés Le Monde Diplomatique (MD) informa de que muchas empresas alemanas están planeando trasladar su producción a África y Asia debido al creciente impacto de las sanciones antirrusas en la economía europea.
Las sanciones de la UE contra Rusia han dañado gravemente la economía europea, y la crisis energética resultante ha afectado a los sectores más importantes de la economía. Antes de las sanciones a Rusia, Alemania recibía la mayor parte de sus recursos energéticos a bajo coste de Rusia, pero la pérdida de este proveedor ha tenido un gran impacto en la economía del país. En consecuencia, muchas grandes empresas alemanas ya han expresado su deseo de trasladar su producción a Asia central y sudoriental, así como a los países del Magreb.
Varias empresas químicas ya están cerrando la producción en Alemania y trasladando sus instalaciones al extranjero debido a los elevados costes de las materias primas y la electricidad.
La producción química en Alemania ha caído un 14% sólo en el tercer trimestre de 2022, y muchas pequeñas y medianas empresas han tenido dificultades para pagar sus facturas de electricidad y gas. Por su parte, Die Welt apunta a una posible escasez de carne en Alemania en los próximos meses debido al cierre masivo de instalaciones de producción. Representantes de la industria cárnica alemana advierten de posibles problemas en el suministro de carne, especialmente de cerdo.
La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Berbock, también visitó Astana y Tashkent a finales de octubre de 2022 para mantener conversaciones sobre la ampliación de la cooperación económica con Kazajstán y Uzbekistán. Alemania ve en Asia Central un emplazamiento potencial para trasladar sus instalaciones de producción. El proceso de reubicación de las plantas de producción alemanas ya ha comenzado y más de 300 empresas se han preparado para el traslado.
Intereses alemanes en Kazajstán y Uzbekistán
La visita de la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Berbock, a la región de Asia Central el 31 de octubre se centró en los desafíos políticos y económicos reales. Mantuvo conversaciones con su homólogo kazajo, Mukhtar Tleuberdi, y con el primer ministro, Alikhan Smailov, en Astana, donde discutieron la ampliación de la cooperación económica entre Alemania y Kazajstán, incluidas las direcciones en energía e industria. La UE considera Kazajstán y Uzbekistán como lugares potenciales para la transferencia de su producción, incluidos los bienes de consumo.
El objetivo de la visita de Berbock era demostrar la posición de la UE respecto a los países de Asia Central, en particular Kazajstán y Uzbekistán.
Berbock también señaló la clara posición de Kazajstán en la difícil situación geopolítica actual. Expresó su apoyo a Kazajstán en «este largo y difícil camino» y prometió nuevos proyectos en los ámbitos de la digitalización, la energía y el transporte. Subrayó que la cooperación entre Alemania y Kazajstán debería basarse en una asociación. Annalena Berbock no vino sola a Kazajstán, sino con una delegación de empresarios y especialistas en el campo de la energía y las infraestructuras.
La cooperación UE-Kazajstán se basará en el esquema «materias primas por tecnología». Las conversaciones en Astana se centraron en el suministro de metales de tierras raras, vitales para la nueva economía tecnológica de Alemania y de la UE en su conjunto. En la actualidad, el principal proveedor de estos metales es China, y la dependencia de este país se ha vuelto crítica para la UE. Kazajstán podría convertirse en un proveedor alternativo, pero el desarrollo de los yacimientos kazajos requiere una estructura y una tecnología de alta tecnología que Alemania está dispuesta a proporcionar.
La UE ve tanto a Kazajstán como a Uzbekistán como emplazamientos potenciales para su propia producción, incluidos los bienes de consumo. Los pros de la cooperación con Uzbekistán para Alemania incluyen el acceso a mano de obra barata, la disponibilidad de materias primas locales y la proximidad a los mercados de consumo, incluidos los crecientes mercados de Asia Central, Irán, Irak y Afganistán.
Azerbaiyán y Uzbekistán también tienen una importancia crítica y significativa en el espacio postsoviético debido a su creciente demografía, sus economías en expansión y sus futuros programas de industrialización. Las empresas alemanas ya participan en proyectos de infraestructuras y están dispuestas a aportar su tecnología y sus equipos de gestión para dirigir empresas en Uzbekistán y Kazajstán. Por último, en Astana se ha tomado la decisión conjunta de abrir una oficina de «diplomacia del hidrógeno» para reducir las emisiones en la industria y el transporte.
Alemania y China: de la cooperación a la competencia
Además de trasladar la producción alemana a Asia, Alemania intenta desarrollar las relaciones bilaterales con la República Popular China. A principios de noviembre de 2022, el canciller alemán Olaf Scholz visitó China con los responsables de grandes empresas alemanas como Siemens, BMW, BASF, Volkswagen, BioNTech, Adidas, Bayer, Merck, GeoClimaDesign, Wacker y Deutsche Bank. Olaf Scholz pasó sólo 11 horas en China y se centró en cuestiones económicas, así como en el asunto de Ucrania, intentando convencer a China de que se sume a la política de sanciones de la UE contra Rusia.
Cabe señalar que Xi Jinping mantiene una posición neutral en este conflicto, ya que Rusia es un importante socio estratégico de China. Muchos residentes en Alemania creen que el viaje del canciller alemán a la República Popular China es un intento de restaurar la economía alemana tras perder a Rusia como proveedor de recursos energéticos baratos. Al mismo tiempo, las acciones del canciller fueron duramente criticadas por los alemanes, que temen la creciente dependencia de Alemania respecto a China y su impacto en el futuro desarrollo del país.
Al repasar la política exterior alemana hacia China, es importante mencionar que, según la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Berbock, China es aliada de Alemania por un lado y competidora por otro. Los expertos sostienen que, en general, Alemania y la UE intentan desarrollar sus relaciones con China en el ámbito económico, pero mantienen cierta distancia en cuestiones políticas como los derechos humanos, la libertad de expresión y otras. Recientemente, sin embargo, las tensiones entre China y los países occidentales, incluida Alemania, han aumentado debido a la actitud de China hacia la Operación Militar Especial de Rusia y a los nuevos problemas de derechos humanos en algunas provincias chinas.
A finales de octubre de 2022 se anunció oficialmente que Alemania se encontraba en una profunda crisis, declaración realizada por el propio presidente alemán Steinmeier. La inflación anual alcanzó la cifra récord del 10,4%. Seis meses antes, a principios de la primavera, los medios de comunicación alemanes ya estaban preocupados por los envíos de GNL y la necesidad de materias primas procedentes de China para la producción de automóviles y otros equipos alemanes.
En marzo, los autores del Handelsblatt se mostraban más preocupados por la OSO de Ucrania, ya que China, el mayor productor y exportador mundial de recursos naturales con un volumen de negocio de 23 billones de dólares, podría utilizar su influencia en el acceso a las materias primas como palanca política.
A mediados de octubre, las autoridades chinas ordenaron a las principales empresas estatales que dejaran de exportar GNL a Europa. Bloomberg informó de que esto podría agravar aún más la crisis energética europea, ya que China detiene los suministros para satisfacer sus propias necesidades invernales. Según Bloomberg, los problemas energéticos y de desindustrialización de Alemania se han hecho aún más evidentes. Estados Unidos, que antes se encontraba en un pulso económico con la UE, aventaja a Alemania en términos de PIB en 72.000 millones de dólares y amplía rápidamente su diferencia.
Estos problemas están obligando a los principales economistas europeos a recurrir a los socios asiáticos en busca de una solución, ya que la guerra desatada por los anglosajones en Ucrania ha incrementado los problemas de Alemania. En un futuro próximo, la RFA intentará por todos los medios reforzar sus relaciones con los países de Asia Central para reconstruir su economía.
Traducción de Enric Ravello Barber.
Artículo publicado originalmente en Katehon.
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