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La oposición de Venezuela sigue buscando una intervención extranjera en el aniversario de las elecciones

Por Ana Mosquera*. –
El 28 de julio se cumplirá un año desde las elecciones de Venezuela y, para conmemorarlo, la oposición ha dejado caer que están preparando una intervención (armada) en esa fecha. De hecho, en los últimos meses ya fueron incautados varios cargamentos de armas que pretendían introducir en el país, a través de mercenarios colombianos.

Pocos también algún de la letanía del robo electoral. Casi nadie llegó a conocer el recorrido jurídico del asunto, pero en la calle son muchos más los que quedaron con la idea de que Maduro no es un presidente legítimo que “no entregó las actas”. ¿Qué actas? ¿A quién había que entregarlas? Hemos recapitular e resumir este último año de Venezuela.

Durante el mes de julio de 2024 tuvo lugar la campaña electoral. La líder opositora, María Corina Machado, no se pudo presentar al estar inhabilitada para ostentar el cargo de presidenta de Venezuela. La razón era haber participado en organismos internacionales en representación de Panamá, el cual constituye un impedimento jurídico, tanto en Venezuela, como en muchos otros estados. Además, Machado ostentaba esta representación con la finalidad de pedir más sanciones sobre la economía venezolana.

Al no poder presentarse, y después de valorar varias alternativas, Machado decidió apoyar a Edmundo González Urrutia, un hombre mayor y enfermo a lo que esperaba suceder una vez pasadas las elecciones. González Urrutia fue funcionario consular venezolano en el Salvador, en un momento, años ochenta, en lo que, según testigos directas de varias víctimas, parte de las torturas del régimen tenían lugar en la embajada de Venezuela, por parte de los escuadrones de la muerte y en presencia algunas veces del propio embajador Leopoldo Castillo, a quienes identificaron varias de estas víctimas.

Campaña mediática para preparar un golpe

La campaña de la oposición se hizo en buena parte desde Miami, con bombardeo de encuestas de consultoras como OCR, cuyo director Oswaldo Ramírez, tiene asesorado el opositor Leopoldo López y a otros políticos latinoamericanos, todos ellos con buena relación con los EEUU.

Influencers y medios mayoritariamente con residencia en Miami, pagados por la USAID, dato que en muchos casos ellos mismos confirmaron cuando Elon Musk decidió desfinanciar este organismo, venían anunciando que Maduro es impedir las elecciones ante los pésimos resultados que le daban las encuestas. Hablaron también de que el Gobierno de Venezuela era cortar a Internet y la luz para suspender el proceso electoral.

Según esta intensa campaña, el resultado para González Urrutia estaba por encima del 60% y una victoria de Maduro no sería creíble.

El radicalismo de la oposición asustó sus potenciales votantes

Poco dijo la oposición respecto al programa de Gobierno, más allá de su esperanza de acabar con el chavismo (y con los chavistas). En Venezuela pudimos comprobar cómo ese afán de la oposición de acabar con todos los logros del chavismo acabó por perjudicar la oposición. Gente descontenta con Maduro no votó por Edmundo González o incluso acabó votando a favor de Maduro, por miedo las medidas radicales que podía tomar la oposición en el caso de ganar.

Entre las cosas que corrían riesgo de desaparición, con la llegada de la oposición al poder, estaban los títulos obtenidos en las nuevas universidades creadas durante los últimos años. De hecho, es frecuente oírle decir a algunos opositores que los médicos no valen para nada y que las nuevas titulaciones no tienen validez. Todo apunta a que este tipo de amenazas acabó movilizando a una parte de los menos convencidos a favor del gobierno.

Esto indicaría que hay gente que quiere cambiar el Gobierno, pero no el sistema público, mientras que la oposición liderada por Machado busca volver a un estado de cosas anterior que no es compartido por la mayoría de los venezolanos.

Boicoteo a los resultados y estudios de proyección de votos no tan académicos

En la víspera de las elecciones, tuvieron lugar dos sucesos importantes. Por un lado, fueron detenidas varias personas que preparaban un ataque al sistema eléctrico, además apareció de la nada una página web, Altavista PVT, que anunciaba para el día siguiente la publicación de una proyección de voto, con resultados tomados de mesas representativas que adoptan ser bastante concordantes con los resultados reales. La misma empresa informó de que precisaban fotos certificables de los recibos (actas firmadas por todos) de 1500 mesas ya escogidas. Sin embargo, el día de las elecciones publicaron el resultado de solo 997 mesas, dejando fuera un tercio de la muestra y poniendo así en duda su representatividad. Estos datos están disponibles en internet, a través de medios tanto europeos como norteamericanos. Está además disponible un vídeo de Samuel Moncada, embajador de Venezuela ante la ONU, en el que se comparten todos los enlaces de datos proporcionados por la empresa.

La noche electoral, y mientras Altavista publicaba los resultados incompletos de su muestra, el Centro Nacional Electoral (CNE) se vía obligado a retrasar la publicación de los datos a causa de un hackeo masivo de los servidores. Voces del gobierno indicaron que se había tratado de un intento de desacreditar las elecciones e incluso de crear las condiciones para que hubiera un golpe de estado.

En los días siguientes, la oposición ha sido colgando algunos de los recibos o actas que imprime la máquina de votación. Muchas de esas actas publicadas, que pudimos ver, estaban sin firmar, otras correspondían a elecciones diferentes y algunas eran actas cero (a que se imprime al comenzar el proceso para verificar que las máquinas no tienen introducido ningún voto) manipuladas. Puedo constatar que me extrañó mucho el interés que

Ya durante la mañana electoral, observadores internacionales pudimos comprobar cómo los interventores de la oposición mostraban gran interés en contar con actas cero, correctamente firmadas con sus propios bolígrafos, lo que puede dar idea de que había alguna instrucción al respecto.

Intentado volver a las guarimbas

A la noche, mientras Maduro salió a dar el discurso desde Miraflores, comenzaron las primeras guarimbas (disturbios). En Catia, barrio humilde de Caracas, dos líderes chavistas se controlaron como fueron acorraladas en un centro de salud que fue incendiado por opositores. Otras dos lideres chavistas, en el interior del país, tuvieron menos suerte y fueron asesinadas. Se han producido en total 29 víctimas mortales durante ese día. Sorprendieron los ataques a escuelas, centros de salud o mujeres responsables de repartir la CLAP (cesta de alimentos básicos gratuito).

Ya a la tarde del día siguiente, fue tiroteada la carpa del CNE, en la quedaban unos sesenta veedores internacionales, otros fueron interceptados y apedreados camino del aeropuerto. El periodista Javier Couso grabó desde su hotel como grupos opositores quemaban la moto de un policía. Desde el hotel en el que estaba el mejor grupo de observadores se ofrecen los disparos y se veían grupos de motos circulando por las autopistas en sentido contrario.

Por la madrugada, ya estaba casi todo bajo control del Gobierno. El mismo salió hacia el aeropuerto en cuanto se liberó la autopista y pocas horas después la normalidad era casi total en Caracas.

Venezuela tenía aprendida la lección de ocasiones anteriores. Por un lado, vecinos opositores de los barrios más ricos bajaron a parar las guarimbas de sus calles. Llevaban el año 2017, cuando ellos mismo quedaran bloqueados en sus propios barrios. Ahora tentaban llevar los disturbios los barrios más humildes, pero no les resultó fácil. La organización bolivariana en los barrios populares es fuerte, de modo que pudieron recuperar la tranquilidad en pocas horas.

Según el presidente Nicolás Maduro, hay cinco millones de personas que pertenecen, en alguna de sus formas, a la milicia bolivariana, una cifra que parece demasiado elevada. Pero, en todo caso, sí que se ha demostrado que el chavismo cuenta con una importante organización de base, con capacidad de actuar en situaciones críticas. En menos de 24 horas esta base movilizó una gran marcha por las principales avenidas de Caracas.

¿Pero qué ocurrió finalmente con las actas?

El presidente Maduro decidió presentar un recurso de Amparo Electoral para resolver el problema de las actas. La oposición hablaba de fraude, pero no acudía a los tribunales con las actas que supuestamente tenía en su poder. Finalmente, el Tribunal Supremo ha dictado una sentencia declarando los resultados dados por el CNE como válidos. Esta sentencia no fue impugnada, ni en Venezuela, ni en instancias internacionales.

Para llegar a ella el tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ha pedido las actas a los miembros del Plan República (observadores militares de las mesas) y a todos los partidos que tuvieran testigos para hacer un recuento judicial, citando a tal efecto los líderes políticos para que hayan presentado sus declaraciones y sus recibos/actas de las máquinas.

Uno de los citados fue el candidato Edmundo González. Antes de solicitar amparo internacional, el lógico era que Edmundo González tuviera agotado las vías jurídicas en Venezuela. Pero ante la advertencia de desacato por no presentarse, en reiteradas ocasiones ante el Tribunal, prefirió pactar su retirada con la vicepresidenta Delcy Rodríguez en la embajada de los Países Bajos, desde donde partió para Madrid. Ya en la capital española incumplió los acuerdos firmados con el gobierno de Venezuela, afirmando que lo obligaran a firmar, algo que se desmiente tanto por el lugar en el que firmaron, como por las fotografías que existen de la firma y que se filtraron a la prensa venezolana. La oposición no las desmintió.

Desde su base en Madrid, Edmundo González principió una gira internacional con poco apoyo. Todos los que habían financiado en su momento a Juan Guaidó, quien al día de hoy está siendo investigado en los EEUU por malversación, dudaban ahora de la eficacia de la nueva aventura.

María Corina Machado sigue pidiendo una invasión

Desde Venezuela, la principal protagonista opositora, María Corina Machado, continuó durante todo el último año anunciando “actuaciones” definitivas, y afirmando que “ya queda poco”.

La primera vez fue apenas transcurrido un mes de las elecciones. Unas de las manifestaciones que organizó, y que pudieron presenciar, reunió unas dos mil personas. Machado acudió montada sobre el remolque de un camión, a modo de palco móvil, afirmando que estaba a ser perseguida. Esto ocurría en un lugar público en el que se había anunciado su presencia con dos días de antelación.

Un pseudo crowfunding para financiar la invasión privada

En algún momento, entre el día de las elecciones y la juramentación de Maduro, apareció otra página web “ya casi Venezuela”. Consistía en un reloj con una cuenta atrás y un número de cuenta para hacer donaciones al ejército privado de Erick Prince quien debía “liberar” Venezuela militarmente. El reloj llegó a cero, Erick Prince no apareció y el dinero tampoco.

Otro golpe de efecto tuvo lugar en la propia víspera de la juramentación de Maduro. María Corina Machado apareció en un acto público. Abandonó el lugar, montada de paquete en una moto y a los pocos minutos se extendió, a través de las redes sociales, saltando a los medios de todo el mundo, la “noticia” de que fuera víctima de un secuestro. La policía, que la tuvo todo el tiempo, localizada por cuestiones de seguridad, parara la moto en la que viajaba para comprobar si estaba todo bien, momento que apareció grabado en vídeo y gracias al que se abortaron de raíz posibles consecuencias violentas.

Al día siguiente se hizo pública la noticia de que el motorista que trasladara a María Corina estaba desaparecido o en prisión. Pocos días después fue localizado en un hotel. La entrada de la policía en su cuarto fue también grabada.

La llegada de Marcos Rubio, al gobierno de Washington, subió el tono de las declaraciones opositores, desde donde se afirmaba que faltaba poco para acabar con el chavismo. En varias ocasiones, fueron interceptados mercenarios armados, vinculados al narcotráfico y procedentes de Colombia, en las fronteras de Venezuela.

Más recientemente, durante los ataques de Israel a Irán, la líder opositora reapareció, en sus redes sociales, asegurando que Venezuela tenía drones de tecnología iraní que podían llegar con facilidad a Miami, por lo cual pedía, de forma casi explícita, que bombardearan Venezuela, al igual que estaban a hacer con Irán

El factor común de la oposición de Venezuela es que se muestra siempre tan dependiente de los EEUU que no intenta nunca ganar unas elecciones de verdad, esperando siempre que vengan los EEUU a devolverles “la finca”.

Detrás de esto está, por supuesto, el petróleo del país que dos empresas americanas disputan para su explotación.

La petrolera EXXON, a la que se acusa de tener vínculos económicos con Marco Rubio, está interesada en explotar los yacimientos de la Guayana Esquiva, territorio en disputa entre el estado de Guyana y Venezuela desde hace más de cien años. Esta explotación precisa que la oposición alcance el poder y que María Corina Machado renuncie, como ya habían hecho sus antepasados, a los derechos de Venezuela en la Guayana Esquiva, a cambio de apoyo económico y político.

Por otra parte, la petrolera Chevrom, que opera en Venezuela con la nacional PDVSA sigue en el país, pese a que cada mes Donald Trump anuncia que le retirará los permisos especiales que necesita.

“Los amos del valle”

La oposición que no gusta del oxígeno que al país le da la venta de petróleo a través de Chevrom, trata de desestabilizar y vencer por agotamiento: golpes al sistema eléctrico, al sistema informático (el año pasado tuvieron hackeado el sistema de matrículas universitarias a principio del curso) y desestabilización cambiaria a través del dólar paralelo.

Trimestralmente, María Corina Machado anuncia: intervención mercenaria, sublevación del ejército o sublevación de la población. Van ya veintiséis años sin asumir que existe un nuevo Estado, con una nueva arquitectura que la oposición sigue rechazando. Bota de menos volver a ser “los amos del valle”, como les llamaba el escritor Francisco Herrera Luque a las familias que tuvieron en sus manos, durante décadas, el manejo del petróleo en Venezuela.

Ana Mosquera* es abogada y presidenta de la Asociación Gallego Bolivariana Hugo Chávez (Agabo).

Este artículo ha sido publicado originalmente en el portal nosdiario.gal

Foto de portada: Europa Press

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