El indicador clave de la inflación en Japón se elevó aún más por encima del nivel objetivo del Banco de Japón del 2%, un resultado que probablemente mantendrá la especulación sobre posibles ajustes de la política del banco central, a pesar del compromiso continuo del gobernador Haruhiko Kuroda con los tipos ultrabajos.
Según los datos del Ministerio del Interior publicados el viernes, los precios al consumo, excluyendo los alimentos frescos, aumentaron en junio un 2,2% con respecto al año anterior, siendo los costes de la energía, amplificados por la debilidad del yen, y el aumento de los precios de los alimentos procesados los que más contribuyeron.
El resultado coincidió con las estimaciones de los economistas y habría sido más fuerte sin el impacto de las medidas gubernamentales reforzadas para limitar el aumento de los precios de los combustibles.
A pesar de las continuas subidas de precios, es poco probable que el Banco de Japón abandone su posición de excepción entre los bancos centrales del mundo a corto plazo. Incluso mientras la Reserva Federal lleva a cabo grandes subidas de tipos para hacer frente a la inflación y el Banco Central Europeo se une a la ola de endurecimiento de la política mundial con su primera subida de tipos en más de una década, el Banco de Japón sigue sin estar convencido de que la inflación local sea sostenible.
Aun así, las continuas subidas por encima del objetivo de precios suponen un reto de comunicación para el Banco de Japón. La persistente relajación del banco central ha sido objeto de críticas, ya que ha contribuido a que el yen caiga a su nivel más bajo en 24 años frente al dólar, amplificando los crecientes costes de importación de alimentos y energía para los hogares.
“Lo que está ocurriendo en Japón sigue siendo una inflación impulsada por los costes, y no la inflación sostenible que busca el Banco de Japón, respaldada por el aumento de los salarios”, dijo Taro Saito, jefe de investigación económica del Instituto de Investigación NLI. “Los precios de los servicios siguen sin subir mucho. Así que los datos de hoy no harán que el BOJ se replantee su opinión”.
Los detalles de los datos de inflación de junio ofrecen cierto apoyo al argumento del BOJ de que la inflación actual se basa en gran medida en la presión de los costes. Los costes de la energía siguieron siendo el principal motor alcista, con un aumento del 16,5% respecto al año anterior. Los alimentos procesados contribuyeron con tres cuartos de punto porcentual a la inflación general, ayudando a elevar la cifra en junio.
Foto de portada: elceo.com