Los países occidentales, léase EE.UU, Europa y el conjunto de los Estados satélites que se subyugan a las políticas económico-financieras de los organismos de crédito internacional temen que el surgimiento de un mundo multipolar, liderado por los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), ponga fin a su hegemonía económica.
El BRICS inició sus actividades formalmente en 2006, actualmente agrupa al 40% de la población mundial, y representa un tercio de la economía global. Sus países miembros lo consideran además como una plataforma para conformar un “rebalanceo” del orden global, con menor control por parte de los países d liderados por EE.UU. En la reunión de Ministros de Asuntos Exteriores de Ciudad del Cabo, los asistentes se refirieron a que el objetivo del bloque sea establecer “un liderazgo global en un mundo fracturado por tensión geopolítica, desigualdad e inseguridad global”.
Las reuniones en Sudáfrica, previas a la cumbre de presidentes de los países BRICS (agosto 2023), van dibujando el panorama venidero, los primeros trazos de esta nueva edición de la Cumbre que nuclea a, al menos, tres de las potencias económicas emergentes del nuevo orden mundial, Rusia, China y la India, son vistos como un avance hacia un cambio en el paradigma actual. Las políticas que se vienen desarrollando desde el bloque preocupan a EE.UU y sus “socios”, porque desafían el orden establecido, incluso ya se habla de la caída del “patrón dólar” como medida y valor a la hora de realizar acuerdos financieros entre estos países. África no se mantiene al margen.
La guerra y las sanciones a Rusia
A más de un año de comenzada la operación especial militar rusa en territorio ucraniano, en respuesta a un avance de la OTAN sobre la frontera de la Federación Rusa, rompiendo los acuerdos preexistentes firmados una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, podemos afirmar que diplomáticamente, la guerra en Ucrania parece haber trazado una marcada línea divisoria entre una Rusia respaldada por el Este y los países que responden a occidente, en consecuencia, a algunos políticos europeos y estadounidenses les preocupa que los BRICS se conviertan en el bloque económico de potencias emergentes que busquen influir en el crecimiento y el desarrollo global.
De hecho, desde el comienzo de la guerra, los países BRICS solo se han distanciado más del llamado Occidente. Ni India, Brasil, Sudáfrica o China participan en las sanciones contra Rusia. Esto se ha vuelto cada vez más claro con niveles casi históricos de comercio entre India y Rusia, o con la dependencia de Brasil de los fertilizantes rusos. O en los acuerdos firmados entre chinos y rusos para realizar las exportaciones de crudo. Hoy muchas refinerías europeas son alimentadas por petróleo ruso que exporta China o Turkiye.
Es por esto que la preocupación entre los estados imperialistas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sobre los temas relacionados con la guerra de poder de Estados Unidos en Ucrania y la posibilidad de la asistencia del presidente Vladimir Putin a la Cumbre BRICS fortalezca aún más la influencia del bloque a nivel mundial. El desafío de Sudáfrica a la CPI, marca el camino de un cambio en la diplomacia que surge de la fortaleza colectiva y del respaldo en bloque de esa decisión soberana que ha tomado el gobierno de Ramaphosa. La ministra sudafricana de Relaciones Internacionales y Cooperación, Naledi Pandor, confirmó la medida implementada por el gobierno del Congreso Nacional Africano (ANC) que otorga inmunidad diplomática a todos los jefes de estado que visitan el país, he hizo especial hincapié en que “Sudáfrica era un estado soberano que toma sus propias decisiones en lo que respecta a los visitantes”. De esta manera se puede observar en como un país como Sudáfrica, que no rompe las relaciones comerciales y diplomáticas que lo ligan a EE.UU, pero que tampoco deja que esas relaciones se interpongan en las decisiones que tome como estado, sobretodo siendo el anfitrión de una cumbre BRICS que puede marcar un antes y un después en la política mundial.
«El gran temor de Europa y EEUU es que si los BRICS se emancipan, si surge un mundo multipolar con otras potencias independientes, significará el fin no solo del reinado militar, sino también del reinado financiero de Estados Unidos. Porque la supremacía del dólar significa básicamente obtener una renta gratuita sin pagar el precio», afirmó Guy Mettan, que es miembro del Gran Consejo de Ginebra. Vemos que la preocupación de occidente es real y que su lucha por socavar el poder el bloque BRICS se podrá dar en varios frentes, el económico-financiero quizás sea el más importante, la dependencia económica, de casi todo el mudo, con el FMI o el Banco Mundial, puede caer ante el surgimiento de un nuevo Banco BRICS, donde el yuan sea la moneda fuerte desplazado así al gran negocio de la hegemonía del dólar.
La sigla BRICS puede sumar otras letras
El bloque BRICS crece y contrabalancea a otros bloques, como el G-7 o el G-20. Si bien aún no podemos asegurar que esta tendencia incline finalmente la balanza hacia la multipolaridad que termine con la hegemonía unipolar pos caída del muro de Berlin, si podemos afirmar que el camino es sostenido y que la próxima reunión, en agosto de este año, pueda significar una ampliación de la sigla.
Más de 20 países ya se mostraron con la intención de integrarse a los BRICS y han solicitado formalmente unirse, lo que indica la importancia que va adquiriendo el grupo. Ahora lo que habrá que poner en discusión no es solo la expansión de los Brics, sino bajo que modalidad se llevará a cabo esa ampliación. Cabe recordar que dicha discusión empezó el año pasado cuando China presidió el encuentro. En la próxima reunión de presidentes y gobiernos de agosto será uno de los principales temas de la agenda en Johannesburgo.
Los países que quieren unirse a los Brics hasta ahora son: Arabia Saudita, Argelia, Argentina, Afganistán, Bangladés, Bahréin, Bielorrusia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irán, Indonesia, Kazajstán, México, Nicaragua, Nigeria, Pakistán, Senegal, Siria, Sudán, Tailandia, Túnez, Türkiye, Uruguay, Venezuela, y Zimbabue.
Los Brics representan cerca de la mitad de la población mundial y el PIB anual de sus actuales miembros es de más de 24 mil millones de euros al año. Actualmente superan al G7 en influencia económica y se proyecta como un contrapeso del FMI.
En este orden y durante la reunión de Ministros de Exterior, el ministro ruso Serguéi Lavrov, enfatizó que «el mundo está cambiando» y «está tomando forma un orden internacional más justo y policéntrico». «Los países de Latinoamérica, Asia y África están fortaleciendo sus posiciones y están mostrando su disposición a mantener sus intereses nacionales y jugar un papel igualitario en los procesos globales», apuntó Lavrov.
Según Lavrov, «el orden mundial que estaba orientado a generar beneficios para un país o para un grupo de países es un tema del pasado». El ministro ruso agregó que: «Occidente se está involucrando en el chantaje y las sanciones tratando de influir en la elección de modelos económicos», denunció el canciller ruso, al confiar en que «los BRICS jugarán un papel cada vez mayor en los asuntos globales, especialmente porque esta unión es un verdadero ejemplo de multilateralismo, inclusión y no discriminación».
El tema de mayor complejidad operativa de un BRICS extendido, será quizá el establecimiento de un sistema financiero que no utilice el dólar como base para sus transacciones internacionales. Actualmente, el dólar estadounidense es la principal moneda de reserva y referencia a nivel global, seguida por el euro, y juntas representan al menos el 80% de las reservas en el mundo. Por lo tanto, el grupo BRICS tendría que crear una alternativa, que tomaría considerable tiempo implementar, remplazar, y convertir en estándar.
Finalmente, la conformación del BRICS extendido, aunado a un sistema financiero independiente del dólar, les facilitaría evadir futuras sanciones potenciales económicas y comerciales, que en la actualidad los países del G7 deciden e implementan. Esto último les representaría un mayor grado de autonomía en sus decisiones de defensa y acciones militares, y la posibilidad de reducir su vulnerabilidad económica.
Si el BRICS logra una influencia global considerable, se creará un nuevo polo de poder económico, geopolítico y militar, que incrementará la competencia y negociación multipolar con el G7.
Un Nuevo Orden Mundial multipolar puede estar naciendo ante la muerte del mundo unipolar en el que estamos cada vez menos sumergidos. La moneda ya está en el aire los BRICS pueden influenciar en su caída.
*Beto Cremonte es docente, profesor de Comunicación Social y Periodismo, egresado de la UNLP, Licenciado en Comunicación Social, UNLP, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política, FPyCS UNLP.
Foto de portada: banderas de los paises BRICS