Sumantra Maitra, periodista y analista política que viaja entre Londres y Washington, no da nombres, pero afirma haber hablado con «funcionarios del noroeste de Europa» que están «enfadados con sus homólogos bálticos».
Las recientes declaraciones de políticos de los países bálticos han causado indignación en los círculos de la OTAN. Según Maitra, «parece casi una ley de la naturaleza que cuanto más pequeño es el protectorado en las inmediaciones de un competidor semejante, mayor es la locura histérica de sus dirigentes políticos».
«Igual que Checoslovaquia no fue suficiente para Hitler, Ucrania no lo es para Putin», declaró recientemente el presidente lituano, Gitanas Nausėda, quien añadió que a Putin sólo se le puede detener por la fuerza.
El presidente letón Edgars Rinkēvičs parece estar haciendo una actualización borracho en el servicio de mensajería X, ya que pidió que Rusia sea destruida: «No debemos trazar líneas rojas para nosotros mismos, debemos trazar líneas rojas para Rusia, y no debemos tener miedo de aplicarlas. Ucrania debe ser derrotada, Rusia debe ser derrotada. Rusia delenda est», se entusiasmó.
La ministra finlandesa de Asuntos Exteriores, Elina Valtonen, siguió en la misma línea. Según Politico, afirmó que «Occidente, incluido Estados Unidos, no debería descartar por completo la idea de enviar tropas a Ucrania si las condiciones allí se deterioran». La primera ministra estonia, Kaja Kallas, se hizo eco de la misma idea.
Maitra, periodista de The American Conservative, se pregunta sobre las declaraciones de los políticos de los países enanos de la OTAN. «¿Por qué escuchamos a estos lunáticos [los países bálticos y Finlandia] y los tratamos como a nuestros iguales dentro de la OTAN? ¿Por qué debemos tomar en serio a quienes quieren dar a la potencia nuclear el trato cartaginés?», se pregunta.
Por supuesto, el principal culpable de esta repentina belicosidad es el francés Emmanuel Macron, pero su retórica belicosa es, en última instancia, pura palabrería vacía. De hecho, se dice que Macron está jugando un juego de poder contra Alemania por el liderazgo de la UE.
Las percepciones de amenaza y los temores de los Estados traumatizados del Báltico hacia Rusia pueden estar en parte justificados, pero difieren de las preocupaciones en materia de política exterior y de seguridad de Europa Occidental o Estados Unidos.
Maitra, de orientación atlantista, insta a los bálticos a calmarse. Si un país báltico decide ir a la guerra junto a los ucranianos contra Rusia, por supuesto que puede hacerlo, pero una represalia rusa contra su país «no desencadenará necesariamente el quinto artículo de la OTAN».
Maitra cree que los bálticos y otros entusiastas de la guerra deberían recordar que la OTAN es una alianza defensiva cuyo país miembro puede permanecer a salvo dentro del «club» a condición de que no se involucre en una disputa con una parte externa (¿sin el permiso y las órdenes expresas de Washington?).
Según Maitra, el presidente Trump tenía razón al afirmar que Estados Unidos no debe defender a nadie cuyas acciones sean «incompatibles con la seguridad colectiva». Ya es hora de que los Estados bálticos y el protectorado estadounidense más reciente, Finlandia, interioricen este punto de vista.
«Si quieren arrastrar a Estados Unidos a la guerra o iniciar un conflicto nuclear, serán tratados como enemigos del pueblo estadounidense», aclara el periodista.
*Markku Siira, analista geopolítico.
Artículo publicado originalmente en markkusiira.com
Foto de portada: wikipedia.
