“Si no gana, no contará con nosotros”, le dijo Donald Trump a Javier Milei mientras estaban sentados en torno a una gran mesa en la Sala del Gabinete de la Casa Blanca y en la previa a las elecciones legislativas 2025 de Argentina.
Donald Trump reiteró cuatro horas después, a través de su plataforma Truth Social, que hizo referencia a las “elecciones intermedias”, pese a que el gobierno de Javier Milei intentó establecer que el presidente estadounidense hablaba de las presidenciales del 2027.
Javier Milei habló solo durante los dos minutos previos al monólogo de Donald Trump. En especial, obedeció el intento de la Casa Blanca de volver a impulsar la imagen de Donald Trump como un pacificador mundial una vez realizado el genocidio en Gaza a manos de Israel, el punto de pivot de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Oriente Medio.
La delegación de Javier Milei estuvo conformada por la secretaria general de la Presidencia Karina Milei, el ministro de Economía Luis Caputo, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, el presidente del Banco Central Santiago Bausili, el canciller Gerardo Werthein y el embajador en Washington Alec Oxenford.
Al mismo tiempo el gabinete de Donald Trump estuvo integrado por el vicepresidente J. D. Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario del Tesoro Scott Bessent.
Apenas terminó la reunión la Bolsa de Comercio de Buenos Aires cayó cerca del 3%, con el descenso de acciones y bonos y el aumento del dólar oficial y blue, y de los dólares financieros.
Este panorama representa el proceso simultáneo marcado por la creciente intervención de Estados Unidos en Argentina y la respectiva subordinación del gobierno de Javier Milei a Washington, la crisis acelerada del proyecto libertario encarnada en el agotamiento del modelo económico y los movimientos cambiantes de los grupos del capital financiero transnacional.

La creciente intervención de Estados Unidos en Argentina
Estados Unidos lleva adelante una estrategia de redespliegue de su poderío a nivel mundial como respuesta a la propia declinación de su hegemonía frente a la emergencia de nuevos polos de poder en la reconfiguración del orden mundial.
La estrategia es aplicada en América Latina a través del regreso de la Doctrina Monroe, la política exterior de Estados Unidos inaugurada en 1823 y aplicada como base ideológica de las intervenciones en la región, en especial contra los gobiernos populares durante el siglo XX.
Cuando Argentina ponderó a China como su principal socio comercial y estuvo a punto de integrar el bloque de países BRICS, polo de poder alternativo al orden establecido desde 1990, el proyecto libertario afín a los intereses de Estados Unidos y el capital financiero transnacional aprovechó el fracaso del Frente de Todos.
El Comando Sur, órgano militar de Estados Unidos en la región, dirige la ofensiva en Argentina. Su entonces jefa, Laura Richardson, estuvo junto a Javier Milei en el Comando del Área Naval Austral de Ushuaia la medianoche del 4 de abril de 2024. La reunión fue una explicitación de tres lineamientos: la valorización del Atlántico Sur como un espacio geopolítico estratégico, el rechazo a la relación con China y el afianzamiento de una relación de subordinación próxima al tutelaje.
Debido a ese encuentro no resultó una sorpresa la primera condición de Washington para el rescate del proyecto libertario: la autorización del ingreso de tropas de Estados Unidos al territorio de Argentina. En primera instancia, será para ejercicios militares en Mar del Plata, Puerto Belgrano y Ushuaia, desde el 20 de octubre hasta el 15 de noviembre. La maniobra está gestada desde hace al menos un año y medio
Al mismo tiempo Sam Altman, jefe de Open AI, anunció el proyecto “Stargate Argentina” para instalar un centro de datos de inteligencia artificial en la Patagonia, posiblemente en Neuquén. La empresa tiene un vínculo de estrategia con el Pentágono de Estados Unidos y proporciona sus herramientas para el uso “tanto en el ámbito bélico como en el empresarial”. Argentina no obtiene nada a cambio y cede su soberanía y la explotación y saqueo de sus recursos naturales en manos de una potencia extranjera en declive.

La subordinación del gobierno de Javier Milei a Washington
El gobierno de Javier Milei mantiene una posición subordinada a Estados Unidos para solventar un modelo económico basado en tres pilares: la implementación de un tipo de cambio artificial y frágil, la reprimarización de los sectores productivos y los recortes contra los sectores populares y vulnerables de la población.
A una década del estancamiento del ciclo de expansión económica, Argentina presenta una creciente y excesiva dependencia del ingreso de dólares. El problema puede ser mitigado, en menor medida, a través de las exportaciones. En cambio, la vía principal tomada primero por Mauricio Macri y después por Javier Milei es el endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y ahora con el propio tesoro de Estados Unidos
Ante el aumento desmedido de las importaciones y el respectivo desbalance del frente externo el gobierno de Javier Milei aplicó una devaluación mensual sobre el tipo de cambio oficial, una política similar a la tablita de José Alfredo Martínez de Hoz, ministro de Economía de la última dictadura.
Los grupos financieros presionaron la liberación parcial del cepo por parte del Banco Central. No había suficientes reservas para mantener el tipo de cambio artificial, condición para la bicicleta financiera y la fuga de capitales, cuestión que derivó en una permanente sangría de dólares seguida de nuevos desembolsos del FMI.
Agotada la instancia del principal organismo multilateral de crédito, el gobierno de Javier Milei terminó en las puertas del Tesoro de Estados Unidos para afrontar las elecciones legislativas del 26 de octubre sin una devaluación que agrave la pérdida de poder adquisitivo de la mayoría de la población y provoque una derrota.
En ese marco, el rescate de Estados Unidos al proyecto libertario funciona como un catalizador para que el capital financiero mantenga sus posiciones en el mercado bursátil de Argentina y no provoque una desestabilización.
Por otro lado, si uno de los métodos de la estrategia de Estados Unidos en América Latina es la aplicación del caos sobre el existente malestar de la población a través de la ingeniería social y el aparato discursivo, también puede lograr el efecto contrario en países de gobiernos afines a sus intereses.
El malestar social de la población de Argentina está en aumento y responde a tres causas principales. En primer lugar, el ajuste contra los sectores populares y vulnerables. En segundo lugar, los escándalos del gobierno de Javier Milei que van desde la corrupción hasta los vínculos con el narcotráfico. Como telón de fondo está la falta de representación política, traducida en la falta de consolidación de un proyecto alternativo al libertario.
La reprimarización de los sectores productivos, además del endeudamiento externo, es uno de los instrumentos para impedir el desarrollo de Argentina. Las continuas rendiciones de Javier Milei a la etapa de finales de siglo XIX no es otra cosa que el establecimiento del modelo agroexportador caracterizado por la dependencia de potencias extranjeras y la existencia de una masa de mano de obra barata.

La crisis del proyecto libertario
La crisis del proyecto libertario está expresada en la fragilidad financiera y el creciente malestar social. El punto de inflexión, de todas formas, quedó evidenciado en los resultados de las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires: Fuerza Patria, la coalición política peronista, triunfó con el 47,28% de los votos frente al 33,71% de La Libertad Avanza.
Una derrota de la magnitud de 14 puntos porcentuales provocó el alejamiento relativo de sus principales aliados políticos en el plano interno, factor esencial para la segunda fase del plan de ajuste con la reforma laboral regresiva como eje.
Al mismo tiempo, demostró que no bastaba con la aplicación de un aparato de comunicación destinado a fortalecer su ideología en el imaginario social. Como a lo largo de la historia, el poder adquisitivo de la mayoría de la población fue decisivo.
El modelo libertario entró en crisis en el momento en que el ajuste vendido otra vez como un “sacrificio necesario” afectó a la clase media. Este segmento de la población se mantuvo a flote durante al menos el primer año del gobierno de Javier Milei. Una vez la baja de la inflación no fue traducida en una mejora del poder adquisitivo, la “espera” se volvió agotamiento.
Al mismo tiempo, casi en la mitad de la gestión libertaria, la destrucción del Estado tomó la forma de la ruptura de los tejidos sociales. La consecuencia inmediata es la caída al “vacío” de múltiples sectores sociales.
Mientras tanto, emergió la figura de Axel Kicillof como una de las principales figuras opositoras al gobierno de Javier Milei. Las disputas al interior del peronismo y la lejanía de las elecciones presidenciales del 2027 derivan en la falta de síntesis del proyecto peronista.
Los vaivenes del capital financiero
El ministro de Economía Luis Caputo y el presidente del Banco Central Santiago Bausili son dos personas clave del proyecto libertario. Ambos tuvieron cargos importantes en el JP Morgan, uno de los ejes del capital financiero con sede en Nueva York.
Hasta antes del pacto de Acassuso entre Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Javier Milei, en octubre de 2023, Luis Caputo y Santiago Bausili no figuraban en el radar de La Libertad Avanza.
Esta relación de cercanía y tensión queda en evidencia en cada discurso de Javier Milei: ni siquiera dirige el mensaje a sus votantes, sino que le habla directamente al mercado en busca de señales.
El frente financiero mantuvo una estabilidad relativa hasta el primer trimestre de este año. Los informes del JP Morgan funcionan a modo de eje para el capital financiero: el banco indica cuándo armar y desarmar posiciones.
El vínculo tiene anclaje además en las señales del Gobierno de Estados Unidos. La intervención del Tesoro de Scott Bessent en el mercado argentino: Santander, Citigroup y el mismo JP Morgan operaron en la venta de dólares.
La última noticia es que, sin la participación del gobierno de Javier Milei, cuatro bancos negocian con el Tesoro de Estados Unidos para ampliar el rescate del proyecto libertario en préstamos de hasta 20 mil millones de dólares: son el JP Morgan, Bank Of America, Goldman Sachs y Citigroup.
Lo cierto es que, bajo la lógica imperante, las palabras de Donald Trump se traducirían también en un abandono del sector financiero al proyecto libertario ante una eventual derrota en las elecciones legislativas.
Una nueva etapa se abriría si Fuerza Patria consigue un triunfo el 26 de octubre. La falta de un proyecto de consenso en el peronismo, sumado a la crisis de representación, dificulta trazar un panorama.
El proceso de caos y subordinación al que Argentina está sometido permite que la defensa de la soberanía funcione como un aglutinador para la construcción de un proyecto alternativo al libertario.
Tomas Merani* Miembro del grupo editorial de PIA Global
Foto de portada: Milei y Trump en la Casa Blanca, 14 de octubre. Publicada por la Oficina del Presidente de la República Argentina

