Análisis del equipo de PIA Global Nuestra América

La división dentro del MAS expone a Bolivia a una victoria imperialista

Escrito Por Fernando Esteche

Por Fernando Esteche*. –
Cuando los movimientos sociales construyeron la herramienta política MAS-IPSP (Movimiento al Socialismo – Instrumento Político de la Soberanía del Pueblo), quedó claro que la soberanía política recaía en un conglomerado de movimientos u organizaciones que tenían su propia lógica de construcción de representación.

Sin temor a resultar aventurados podemos decir que en Bolivia como en ningún otro lugar del mundo en la historia, los movimientos sociales dieron el salto a lo político e incluso se hicieron del gobierno del Estado con el presidente Evo Morales a la cabeza.

Algunos analistas, con buenas intenciones, señalarán que los disensos cada vez más indisimulables en el seno del propio MAS son productos del alineamiento de las bases en dos amplios sectores que llamarán, sin justicia, a uno como “radical” y al otro como “reformista”. Y que se trata de una disputa por el control del aparato estatal.

Muchos creen que la naturaleza de la candente disputa que ha llevado al MAS a un abismo inminente como expresión política, es producto de que distintos sectores del arco de los movimientos sociales disputan su lugar preferencial de interlocución con el gobierno a partir del cual alimentan su propia existencia. Mas procaces serán quienes directamente sostengan que se trata de una disputa por las prebendas de cada organización en relación con el gobierno. Los que van detrás de Arce ostentando hoy ese lugar, con los que vienen detrás de Evo intentando recuperar lo que tuvieron antes.

Lo que resultará evidente para muchos es un corrimiento en protagonismo del polo de movimientos sociales de los campesinos cocaleros a los suburbanos, de Cochabamba al Alto.

Por “radical” refieren al sector que ya está en franca oposición y esgrimiendo alevosas imputaciones contra el gobierno y contra el sector llamado “reformista” que se expresa más públicamente en Arce.

Ni unos son radicales en el sentido ideológico, ni los otros resultan reformistas en el sentido político.

La convocatoria a dos congresos del MAS, e incluso la duplicación de las representaciones y de las direcciones de los movimientos sociales más emblemáticos, expone la gravedad del cisma.

El analista boliviano García Yapur dirá que se trata de “un cambio en la estructura en el poder; ahora lideran los sectores urbanos como los de El Alto y las organizaciones aimaras que han desplazado a las organizaciones interculturales encabezadas por las Seis Federaciones del Trópico y liderados por Morales”.

La división del MAS se consolidó luego de intentos infructuosos de gestiones internacionales para que esto no suceda. El Foro de San Pablo, que nuclea grupos reformistas, intentó intermediar sin suerte; en tanto el Grupo Puebla, más institucionalista y socialdemócrata, concretó gestiones reservadas pero que no avanzaron más allá de las buenas intenciones, inmediatamente frustradas por la acción de enfrentamiento de los protagonistas del cisma.

El 5 de mayo se celebró el Congreso del MAS en El Alto, que convocaron unilateralmente los sectores en torno de Arce y Choquehuanca.

El 10 de junio los sectores en torno de Evo Morales celebrarán su propio congreso en el trópico cochabambino donde ratificarán autoridades, o elegirán propias, desconociendo de plano el congreso anterior, lo cual expondrá a la “membresía” MAS a su desaparición.

Nótese el lugar donde se celebra cada uno de los congresos da cuenta de la fortaleza en la zona de cada uno de los sectores.

Con la consigna inocultable de “terminó la era Evo”, que además evidencia la verdadera naturaleza e intención del congreso; se resolvió la nueva presidencia de Grover García en reemplazo de Evo Morales. En su primera intervención, el nuevo presidente lo primero que dijo fue que se había “recuperado” el instrumento para las organizaciones sociales.

Una manifestación del presidente Arce que habla sobre la “inhabilitación” para la candidatura presidencial de Evo Morales es la llave, o la excusa, a partir de la cual unos y otros se acusan mutuamente de políticas disolventes y sabotajes mutuos.

Evo exige la rectificación de Arce sobre el punto para poder ejercer la candidatura presidencial del MAS. Del mismo modo Morales dirá que las decenas de miles de participantes del congreso de mayo son funcionarios del gobierno amenazados con perder sus empleos y que el presidente maneja discrecionalmente el Tribunal Superior Electoral, a pesar de lo cual este organismo aún no convalidó el congreso de mayo.

Semejante punto de no reconciliación se disparó cuando el año pasado (2023) los sectores de Evo Morales concretaron un congreso partidario donde lo proclamaron candidato presidencial único y líder absoluto del Instrumento. En ese momento el Tribunal Superior Electoral que regula la vida interna de los partidos políticos en Bolivia no convalidó dicho congreso.

Alevosas acusaciones desde el gobierno a sectores del Evismo sobre daño económico al estado contra ex ministros y funcionarios que redundaron en suicidios, prisiones y persecuciones. Del lado de Evo acusan directamente al hijo del presidente de negociar haciendo uso de tráfico de influencias con empresas extranjeras sobre el litio.

Cualquier lector lego puede advertir que se trate de Arce o de Evo quien esté al frente del gobierno de Bolivia, si está además apoyado por los movimientos sociales, hará una gestión de recuperación y construcción de soberanía. Cualquiera podrá advertir que sea cual sea el sector hegemónico en el MAS, ambos sectores molestan mucho al imperialismo y su plan de redespliegue en la región, sobre todo de asalto al litio como amenaza recurrentemente la Gral Richardson jefa del Comando Sur, será confrontado.

Del mismo modo los comportamientos frente al golpe de Estado de Áñez  y durante el gobierno de la misma, provocan también acusaciones duras entre los viejos compañeros de ruta que supieron alumbrar una esperanza originaria nuestroamericana y antimperialista.

Sería de una miopía geopolítica grande no ver la acción del imperialismo a través de quinta-columnas e infiltrados influyendo y azuzando estas divisiones que no deben reducirse a problemas de egos ni ambiciones personales. Pero es evidente que sumergidos en la dinámica internista los cuadros más preclaros del MAS no logran distinguir esto y mucho menos entonces articular una política para evitarlo.

Es una obviedad establecer que de concretarse la división del MAS el gran ganador será el Imperialismo norteamericano que reaparecerá en el país de la mano de cualquiera de las versiones de la oposición entreguista y antinacional que hay en Bolivia.

Dr. Fernando Esteche* Dirigente político, profesor universitario y director general de PIA Global

Este artículo fue elaborado especialmente para ser publicado en ingles en el portal UWI Data

Foto de portada:UWI Data

Acerca del autor

Fernando Esteche

Doctor en Comunicación Social (UNLP)
Profesor titular de Relaciones Internaciones (FPyCS - UNLP)
Profesor de Historia Contemporánea de America Latina (FPyCS - UNLP)

Dejar Comentario