El viraje diplomático internacional frente al desastre humanitario en Gaza se materializa esta semana con reconocimientos estatales, una cumbre de la ONU y crecientes denuncias por genocidio. Francia y Arabia Saudita organizaron una reunión de alto nivel sobre la solución de dos Estados, que precederá a la apertura de la 80ª Asamblea General de Naciones Unidas, impulsado por una ola de países que reconocieron formalmente al Estado palestino.
Gran Bretaña, Canadá, Australia y Portugal reconocieron a Palestina, y se sumaron a los más de 140 países que ya lo hicieron. Francia podría formalizar su postura por la resolución de los dos Estados durante la cumbre, mientras Bélgica y otros gobiernos europeos estudian seguir el mismo camino.
Israel con el apoyo de su aliado, Estados Unidos, respondió con furia, calificando el reconocimiento como un “premio al terrorismo” y considerando tomar represalias diplomáticas, incluso la anexión parcial del territorio de Cisjordania. El primer ministro Benjamin Netanyahu prometió que el establecimiento de un Estado palestino “no sucederá” y agregó que la respuesta de Israel a las medidas se produciría después de que regresara a Israel de su visita a Estados Unidos.
La cumbre de este lunes en Nueva York intentará dar contenido a la “Declaración de Nueva York”, aprobada recientemente en la Asamblea General de la ONU, que reclama pasos concretos hacia la creación de un Estado palestino, incluyendo un alto al fuego inmediato y acceso humanitario sin restricciones. El reconocimiento por parte de estas potencias refuerza la presión sobre Israel, erosiona su legitimidad diplomática y abre el camino a demandas legales en tribunales internacionales.
Mientras tanto, sobre el terreno, Gaza continúa siendo arrasada. Tanques y aviones israelíes mantienen una ofensiva de gran escala con bombardeos sobre viviendas, hospitales y campamentos de refugiados. El colapso sanitario es total, miles de familias son desplazadas bajo fuego constante y los cortes de comunicaciones dificultan registrar la magnitud de la catástrofe. Así, aunque la comunidad internacional hable, reconozca y convoque, la población gazatí sigue siendo víctima de una destrucción sistemática
Foto de portada: Al Jazeera