En estos últimos tiempos el soft power de Corea del Sur resultó suficiente para crear un prejuicio sobre el vecino del norte, el Pop y las novelas surcoreanas (Kpop y Kdramas respectivamente) han hecho más que todos los años de diplomacia juntos.
Sin embargo, es interesante poder entender cuál es el proceso por el que ambas naciones llegan a la actualidad. La península fue ocupada por el imperio japonés entre 1910 y 1945 Con el fin de la Segunda Guerra Mundial el territorio se vio atravesado por la Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS. A partir de ahí se dividieron la península en dos: norte y sur, siendo la primera un Estado socialista y la segunda un país capitalista.
El gobierno norteamericano de Harry Truman presionó al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que autorizara el uso de fuerza para ayudar a Corea del Sur en 1950. Truman se comprometió a enviar efectivos a la causa sin la aprobación del Congreso, que tiene el poder de declarar la guerra. Estados Unidos entraba así en un conflicto militar extranjero sin una declaración oficial de guerra.
El conflicto bélico duró tres años, desde 1950 a 1953. Nunca se firmó la paz, sino un alto el fuego que se sostiene hasta la actualidad. El 27 de julio de 1953, Corea del Norte, China y Estados Unidos firmaron el armisticio. Sin embargo, Corea del Sur se opuso a la división de la península y no accedió al armisticio ni a la firma de un tratado de paz formal. Desde el gobierno norcoreano afirman que la guerra no fue con el vecino del sur sino con Estados Unidos, que es el verdadero responsable de la división de Corea.
La doble vara
La guerra no terminó y la península sigue siendo un territorio tenso, si bien se dividen por un espacio desmilitarizado que mide alrededor de 4 kilómetros de largo (el paralelo 38), lo cierto es que hay soldados a cada lado de la división. De un lado los militares norcoreanos y del otro alrededor de 30 mil soldados estadounidenses. Una de las razones válidas para entender por qué los norcoreanos hablan de que la guerra fue con el gobierno norteamericano.
En este sentido, la estrategia de Corea del Norte se abocó a profundizar una política nuclear como política de defensa. En estos últimos años, la idea de los Huche fue profundizar dicha producción para eso realizan pruebas en los mares aledaños a la península. Esto se vio incentivado por la estrategia que está llevando a cabo Estados Unidos con organismos como el AUKUS, o mismo los ejercicios militares junto al ejército de Corea del Sur y otros países de la región. El gobierno norcoreano insiste que su sistema nuclear es defensivo a la estrategia del “indo-pacífico” propuesta por los estadounidenses.
Por parte de Corea del Sur, que este año cambió de presidente, la nueva gestión apuesta al despliegue del sistema antimisiles, una política contra Corea del Norte. Además de continuar con la relación de seguridad estrecha con Estados Unidos que sostienen desde la participación en la guerra de Corea. Como respuesta a uno de los lanzamientos de prueba de Corea del Norte, el mandatario surcoreano Yoon Suk-Yeol sostuvo en su cuenta de Facebook: “Le advierto con severidad a Corea del Norte; no hay nada que pueda ganar con provocaciones”. En esa publicación agregó además que en caso de un ataque, se comprometería a “responder con contundencia mediante la colaboración con la comunidad internacional, basada en la cooperación cercana entre Corea del Sur y EE.UU”.
Además de proponer una estrategia política más agresiva hacia el norte, Yoon está concretando la idea de estimular la producción de energía nuclear a diferencia del presidente anterior, Moon Jae-in. Según la agencia de noticias Yonhap, el gobierno de Yoon anunció una inversión de 130 mil millones de wones (97 mil millones de dólares) para las compañías de la industria de energía nuclear, incluida la construcción de los reactores nucleares programada para comenzar en 2024.
Sin embargo, Corea del Sur no tiene armas nucleares propias, cuenta con la protección del «paraguas nuclear»: un acuerdo según el cual, Estados Unidos usaría sus armas nucleares para defender a Seúl si fuera necesario. Otro de los elementos para tener en cuenta la teoría norcoreana sobre la guerra.
Aunque desde Pyongyang no emitan declaraciones gubernamentales, sí cuentan con enviados especiales como Alejandro Cao de Benos, delegado internacional de Corea del Norte, quien explicó en una entrevista en el diario español La Razón, que el sistema de misiles nucleares se trata de “un sistema de disuasión que permite a Corea seguir existiendo y no acabar como Afganistán, Libia o Irak”.
“Clinton ya amenazó con destruir a Corea mediante un ´ataque preventivo´ y Trump hizo lo mismo con su ´Fuego y Furia”. Ambos se vieron forzados a cambiar su posición y tratar a la República Popular Democrática de Corea (RPDC) como un igual gracias al arsenal nuclear”, expresó. Cao de Benos, manifestó además que gracias a su hermetismo “la RPDC ha aprendido a desarrollarse basada en la autosuficiencia y, aunque pudiera tener aliados, no quiere depender de otras grandes potencias como China o Rusia. Otros países, como España, no se acercan a ella por orden directa de su jefe, los EEUU”.
Ningún país de Asia es leído desde la línea occidental con la historia completa, para entender la actualidad de la península (en eterno estado de tensión) es necesario saber cuál es el rol de las potencias cercanas al territorio y sobre todo el lugar que ha ocupado Estados Unidos para Corea del Sur. Los norteamericanos se ponen en el lugar de salvadores, una vez más. Por eso no es correcto caer en un análisis simplista para apuntar a un lado bueno y uno malo, eso es sólo para los cuentos.
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