Hace dos meses el Canciller alemán se reunió con Xi Jinping en China, para destacar la importancia del comercio con Beijing, debido a que la economía alemana sufre la sanción de la UE al suministro de gas procedente de Rusia, también advierte del peligro de depender excesivamente de China. Si bien esto se leyó como una movida de piezas en el tablero de la multipolaridad, no fue así.
Sólo unos meses después una delegación parlamentaria alemana visitó la isla de Taiwán, lo que para China continental significa un movimiento incómodo a causa de que la RPC sostiene que interfiere con la política interna del país y su relación con Taipei: La política de una sola China aceptada por la ONU en 1971.
La delegación alemana que llegó esta semana a la isla es la segunda visita oficial de un país europeo –el primero fue Francia a principios de septiembre– desde el viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, Nancy Pelosi, a Taipei a principios de agosto.
El 2 de agosto alrededor de las 23 horas llegaba Pelosi a la isla de Taiwán y aunque sólo estuvo durante 14 horas en la isla, quien no tomó bien la llegada de la funcionaria fue el gobierno chino. Para Beijing significó que Estados Unidos violó su soberanía y que rompió con un acuerdo formalizado entre ambos países, en el que los estadounidenses aceptaron no entrar en la cuestión interna entre China y Taiwán.
Sin embargo, la funcionaria norteamericana se justificó diciendo en su cuenta de Twitter que «Estados Unidos apoya a Taiwán: una democracia sólida y vibrante y nuestro importante socio en el Indo-Pacífico».
Si bien últimamente la lectura de la isla es solo en el plano geopolítico, a nivel interno ser el centro de conflicto no gusta demasiado. Esto quedó claro en las movilizaciones en contra de las delegaciones extranjeras que fueron reprimidas por la policía sobre todo, en las últimas elecciones municipales.
La política interna de la isla y la relación con China
Una semana antes de los comicios, la presidenta Tsai centró su discurso en la importancia de la votación en el marco de las tensiones con China y la posición de Taiwán en el plano internacional, pero los ciudadanos taiwaneses prefirieron centrarse en las propuestas internas: la salida definitiva del COVID-19, la solución para la alta inflación y mantener una saludable relación con China continental.
Otra de las características para destacar es la cercanía entre ambas poblaciones: se trata de personas que viajan seguido entre la isla y el continente. Lo más destacable es su origen, la etnia Han (la mayoritaria de China) y que hablan chino mandarín, entre otros elementos culturales compartidos.
En este sentido desde la República Popular de China, pidieron a las autoridades taiwanesas recuperar los servicios de transporte entre ambos extremos del estrecho. Debido a la pandemia COVID-19 el PDP estableció restricciones.
Sobre esto, el portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado, Ma Xiaoguang, sostuvo en una conferencia de prensa que instaban a las autoridades del DPP a que “eliminen todo tipo de obstáculos irrazonables establecidos en los últimos tres años, promuevan la reanudación completa de los ‘mini tres enlaces’ lo antes posible, reanuden las rutas de pasajeros originales a ambos lados del Estrecho de Taiwán y restablecer la normalización de los intercambios de personal a través del Estrecho y los intercambios públicos».
Los «mini tres enlaces» se refieren a los servicios postales, de transporte y de comercio directo que se lanzaron el 1 de enero de 2001 entre Kinmen y Matsu, dos islas unidas a Taiwán, y Fujian, una provincia costera en el continente, indica Global Times.
Sin embargo, “la reanudación está muy por debajo de lo que anticiparon los compatriotas de Taiwán en general», manifestó Ma Xiaoguang. Y agregó: «La mayor parte de los empresarios, estudiantes y cuadros taiwaneses están excluidos, mientras que los habitantes de la parte continental no pueden ir a la isla de Taiwán a través de los canales actuales. Por lo tanto, está lejos de cumplir con las expectativas de las personas al otro lado del Estrecho».
Para una parte del mundo resulta urgente “resolver la cuestión Taiwán”, sin embargo tienen una lectura desde una perspectiva propia. Resulta urgente escuchar a la población china de ambos lados del estrecho y entender que son más cosas las que los unen que las que los separan. Tal vez así están bien y no necesitan salvadores externos. Teléfono para Occidente.
*Erika Gimenez es Licenciada en Comunicación, escribe en PIA Global y ARG Medios.
Foto de portada: Durante el viaje de cuatro días, seis parlamentarios alemanes se reúnen con la presidenta Tsai Ing-wen (c) y con el canciller taiwanés, Joseph Wu. DW