La producción y el uso de energía es el mayor contribuyente individual al calentamiento global, y representa aproximadamente dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero inducidas por el hombre. Sin embargo, el uso y el acceso a la electricidad están fuertemente correlacionados con el desarrollo económico.
Muchos países africanos se están quedando atrás en la generación y el acceso a la electricidad. Según el Energy Progress Report, en 2020 los 20 países con las tasas más bajas de acceso a la electricidad estaban todos en el África subsahariana. Por ejemplo, solo el 7 % de la población de Sudán del Sur y el 11 % de la población de Chad tienen acceso a la electricidad. Incluso entre los países más poblados de África, el acceso a la electricidad sigue siendo limitado: el 55,4 % y el 51,1 % de las poblaciones de Nigeria y Etiopía, respectivamente, tienen acceso a la electricidad.
Para cerrar estas brechas, se espera que la demanda de energía en el continente crezca un 60% para 2040.
La energía suficiente es esencial para la mayoría de las actividades económicas. El carbón, el petróleo y el gas natural pusieron a disposición una cantidad significativa de energía productiva durante la revolución industrial. Esto condujo a mejoras en la salud y el bienestar humanos. La energía rentable y abundante es un motor clave para el crecimiento económico.
A los países africanos les resultará difícil hacer crecer sus economías y sacar a su gente de la pobreza si no pueden aprovechar sus abundantes recursos energéticos. Por ejemplo, África posee el 13% de los recursos de gas recuperables restantes del mundo.
Por lo tanto, el esfuerzo global para reducir el uso de estos recursos presenta una barrera para el crecimiento de África, a menos que haya suficiente financiamiento disponible para realizar una transición completa a combustibles renovables y sostenibles a la escala necesaria para respaldar el crecimiento económico.
Los desafíos de África
En los últimos años, Occidente ha estado adoptando un enfoque bastante coercitivo para la descarbonización de África: la eliminación o reducción de la emisión de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Han recortado el financiamiento para proyectos de energía de gas y carbón en África, mientras siguen buscando sus propios nuevos acuerdos de gas y carbón. Además, un análisis realizado por la Agencia Internacional de Energía Renovable mostró inversiones mínimas en energía renovable global en África (solo el 2% de todas las inversiones en energía renovable en el mundo) durante las últimas dos décadas.
Sin el respaldo de Occidente, las decisiones energéticas de África podrían basarse únicamente en la abundancia de recursos y la rentabilidad. Esto podría conducir a una mayor dependencia de los combustibles fósiles.
Los problemas ambientales globales como el cambio climático requieren la cooperación a nivel local, nacional e internacional. El apoyo de Occidente a África es esencial para alinear los objetivos globales de descarbonización con las realidades regionales.
Sin el apoyo para maximizar los recursos disponibles, las economías de escala, la rentabilidad, el desarrollo de capacidades y el potencial para electrificar a un gran número de la población, centrarse únicamente en las energías renovables se vuelve injusto y poco realista para África.
Solo electrificación en un mundo “neto cero”
Mis intereses de investigación se centran en la producción de energía y el desarrollo sostenible. La necesidad de invertir en combustibles alternativos y sostenibles para satisfacer la demanda proyectada es fundamental.
Uno de los principales desafíos en la COP27, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022, será acordar quién decide cuándo y cómo los países deben hacer la transición a emisiones netas cero. En pocas palabras, cero neto significa reducir las emisiones de gases de efecto invernadero lo más cerca posible de cero.
Las conversaciones en la COP27 deben centrarse en los intereses de África para promover una “transición justa” para todos. Una transición justa es aquella en la que se maximizan las oportunidades sociales y económicas de la acción climática, mientras que se minimizan los desafíos, como la distribución desigual de beneficios y costos.
África soporta la peor parte de los impactos del cambio climático sin ser responsable de ellos. Esto socava la oportunidad de crear una transición energética justa para todos con una asignación justa de la responsabilidad climática.
Las negociaciones deben encontrar caminos para que África entregue electricidad para el empoderamiento económico, mientras depende menos de combustibles nocivos.
Gobernanza
Los objetivos mundiales de descarbonización profunda y cero emisiones netas son fundamentales para combatir la crisis climática. Sin embargo, el ritmo y los métodos para lograrlos podrían tener el costo de dejar a millones en la oscuridad con poco acceso a la electricidad.
Se necesita un nuevo modelo policéntrico de gobernanza climática internacional. La anterior se asemejaba a una era de jerarquía y concentración de poder en menos países. Esto condujo a una falta de cooperación a nivel internacional.
El modelo policéntrico podría ayudar a facilitar la comprensión sobre la necesidad de avanzar en el acceso a la electricidad mientras se mitiga la crisis climática. Este modelo de gobernanza cooperativa podría corregir la distribución desigual de beneficios y costos del pasado mediante la implementación de los siguientes tres principios fundamentales:
- Deje que los afectados por el cambio climático decidan cuándo y cómo hacer la transición a emisiones netas cero.
- Reemplazar los principios jerárquicos (o de “doble estándar”) con enfoques cooperativos y policéntricos.
- Hacer de la autonomía y las alianzas pilares de la cooperación internacional descentralizada.
La COP27 debería adoptar la noción de que las decisiones que dan forma a las vidas de los africanos deben ser formadas por africanos.
Las personas afectadas por el cambio climático deben decidir cuándo y cómo hacer la transición a emisiones netas cero. La autonomía y las asociaciones deben caracterizar la cooperación internacional.
Soluciones energéticas
La energía renovable, como la energía solar, eólica e hidráulica, es una opción atractiva. En África, las mujeres y los niños mueren a causa de la contaminación del aire doméstico debido a la dependencia de la madera, el carbón vegetal o el carbón como fuentes de energía. Los ciudadanos se ven aún más afectados por los desplazamientos forzados que se producen para acomodar grandes infraestructuras energéticas basadas en combustibles fósiles, como las centrales eléctricas.
Un alejamiento de estas prácticas permitiría un futuro de energía limpia más centrado en las personas. Existe la oportunidad de eludir un sistema de energía centralizado basado en combustibles fósiles. En cambio, podría basarse en energía renovable, distribuida a través de mini redes. Si se hace bien, esto podría proporcionar una electrificación completa sin el costo de crear centrales eléctricas de carbón o gas natural. Algunas de estas centrales eléctricas quedarán varadas de todos modos en el abandono de los combustibles fósiles.
El camino hacia la electrificación justa
Trabajar juntos para equilibrar la energía limpia y la electrificación en África será un proceso gradual. El factor facilitador clave en este proceso es la financiación. Se necesita financiación para nuevas tecnologías, infraestructura resiliente y desarrollo de la capacidad de las personas.
COP27 es el turno de África para trazar este camino.
*Betel Tarekegne esIngeniero de Investigación, Laboratorio Nacional del Noroeste del Pacífico
Artículo publicado originalmente en The Conversation, editado por el equipo de PIA Global