El fracaso de sus intentos bélicos se conjuga con la condena cada vez más expresada por la mayoría de los países y los llamados a la paz de autoridades como el Papa Francisco.
Sin embargo, el panorama es de un grado crítico supremo dada la amenaza irracional de los “ucranazis” (como los califican en Rusia) a las instalaciones de la central. Las imágenes del incendio de la torre de enfriamiento son escalofriantes. Aunque el fuego, provocado por un dron ucraniano cargado de inflamable, ha sido sofocado por las brigadas del Ministerio de Situaciones Extraordinarias de Rusia, los expertos de la AIEA todavía tienen que evaluar los daños a la seguridad de la central generados por el ataque.
Esto sólo puede realizarse cuando las instalaciones de la torre (que se encontraba en mantenimiento y por lo tanto “desconectada”) se enfríen. Un cuadro terriblemente parecido al que se generó el fatídico 26 de abril de 1986 cuando un error humano provocó el estallido de la central atómica de Chernobyl. Los rescatistas tuvieron que aguardar a que se enfriaran sus instalaciones y eso sólo agravó la dispersión radiactiva.
El criminal descaro de Kíev es de tal magnitud que su principal cabecilla, el ilegal Volodomir Zelensky ha publicado un video que muestra el incendio en Zaporozhie. Ninguna señal de arrepentimiento o siquiera de horror ante el peligroso cuadro del fuego en una central atómica. No en cualquiera, sino en la más potente de Europa. Su avería, según evaluaciones de la propia AIEA, puede provocar una reacción en cadena en el resto de las centrales atómicas del continente. La histeria de Kíev y sus mandantes del bloque euroatlántico alcanza niveles de suma alarma.
Son realmente notables los esfuerzos que realizan en esta agencia que debe fiscalizar los niveles de seguridad nuclear en todo el mundo, para ocultar el origen de los atentados terroristas contra las centrales atómicas. Pese a que las correspondientes autoridades rusas presentaron a la Agencia todas las evidencias y pese a que en la propia central de Zaporozhie funciona un centro de control de la AIEA, el titular de la agencia, el argentino Rafael Grossi, se limitó a criticar el atentado y a reclamar el cese de los ataques, sin mencionar sus autores.
Grossi calificó el ataque como “irracional” y advirtió que “amenaza la seguridad nuclear en la central y eleva el riesgo de una avería atómica”. El titular de la AIEA reclamó “la inmediata suspensión de los ataques”.
El total fracaso de las operaciones militares por parte del régimen de Kíev se evidencia en las crecientes disputas internas que se evidencian entre Alexandr Syrskii, comandante en jefe de las fuerzas armadas ucranianas, un general con origen y familia en Rusia, y el principal consejero de Zelensky, Andréi Ermak, quien se erige cada vez más en el auténtico cabecilla del régimen de la calle Bankova. Mientras Syrskii advierte sobre el colapso del frente, Ermak y su socio Kirill Budánov, jefe del servicio de inteligencia ucraniano, rechazan cualquier negociación con Rusia y apuestan al incremento de los atentados terroristas como forma para forzar nuevos suministros de arma y financiaciones por parte del bloque euroatlántico.
En su discurso de hoy en la inauguración del Foro Internacional “ARMIA 2024” donde se exhiben los principales logros del Complejo Industrial Militar ruso, el ministro de Defensa Andréi Beolousov, calificó el conflicto bélico con Ucrania como “el enfrentamiento de Rusia con el colectivo occidental encabezado por los EE.UU., que intenta impedir la construcción del nuevo mundo multipolar, donde no podrá existir su dominación”.
Esta posición del bloque euroatlántico, de un extremo aventurerismo, ha facilitado e impulsado los intentos de invasión a las fronterizas regiones de Kursk, en territorio ruso. Varios miles de ucranianos, dirigidos por “consejeros” de la OTAN, ocuparon una franja de diez kilómetros de profundidad en un intento por avanzar hasta otra central atómica, la de Kursk. Esta operación ha debilitado las de por sí débiles posiciones del régimen de Kíev en los frentes del Donbass. Las unidades rusas avanzan sobre estas posiciones con un ritmo cada vez mayor y ponen al alcance de sus fuerzas, además de los últimos bastiones de resistencia ucraniana en el Donbass, ciudades en territorio ucraniano, como Sumi o Járkov.
Efectivos de las fuerzas armadas rusas no sólo contuvieron este avance y, con el empleo de aviación, drones y artillería, “demuelen” las tropas de Kíev, sino que han trasladado bombardeos de la aviación y de misiles sobre concentraciones de tropas, puestos de comando y depósitos militares en el lindante territorio ucraniano. De acuerdo con los informes del Ministerio de Defensa de Rusia, son centenares los muertos ucranianos y decenas los tanques, blindados y otros equipos bélicos destruidos hasta el momento.
La indiscriminada agresión de Kíev sobre objetivos civiles en territorio ruso, desde los ataques terroristas a la central atómica de Zaporozhie hasta el fusilamiento de habitantes de los poblados que cayeron en su poder se sustenta en una potente campaña mediática. Desde “informes” de expertos de la OTAN que expresan su “admiración” por la invasión en la Región de Kursk, hasta una masiva difusión de falsas noticias, que incluso anuncian la decisión del Kremlin de declarar la “guerra total” en Europa.
El presidente Vladímir Putin convocó hoy a una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional, la que fue transmitida en directo por la TV oficial rusa. En ella, además de los ministros del bloque de seguridad, participaron los gobernadores de las regiones afectadas por la invasión ucraniana. Ellos dirigen las operaciones de evacuación de la población civil de las regiones afectadas por las acciones militares y coordinan la ayuda que llega de todos los territorios de Rusia.
Putin, en su intervención de esta mañana en el Consejo de Seguridad, redactada a mano según mostró la TV rusa, afirmó que con estos ataques Kíev intenta mejorar sus posiciones de negociación en el futuro.
“Pero de qué negociaciones se puede hablar con quienes sin discriminar asestan golpes sobre la población pacífica y la infraestructura civil o intenta crear amenazas sobre objetivos de la energía nuclear? ¿De qué se puede hablar en general con ellos”, subrayó el presidente ruso.
Putin señaló que “ahora queda claro por qué el régimen de Kíev rechazó nuestras propuestas de volver a nuestro plan de regulación pacífica, así como las de los interesados y neutrales intermediarios. A juzgar por todo esto, nuestros enemigos, con ayuda de sus patrones occidentales, ejecutan su voluntad”.
El jefe del estado ruso advirtió sobre los intentos de Kíev de sembrar, con estos ataques, la división en la sociedad rusa, destruir su unidad, asustar a la gente y, finalmente, asestar el golpe sobre la situación política interna. Asimismo, advirtió sobre la terrible situación del pueblo ucraniano, obligado a participar de esta aventura, convertido en “carne picada” por los planes del bloque euroatlántico y privado de todo criterio de seguridad tanto externa como interna.
Putin, en su intervención de cinco minutos, tácitamente desvirtuó las falsedades sobre la declaración de la “guerra total”, definiendo las principales tareas que afronta en este momento el gobierno ruso. Reiteró el objetivo básico de liberar las regiones todavía ocupadas por el régimen de Kíev en el Donbass y en el territorio de Novorrosía (las regiones sureñas de Zaporozhie y Jersón).
Aunque no hizo referencia alguna a ello, en su momento el vicepresidente del Consejo de Seguridad y líder del oficialista “Rusia Unida”, Dmitri Medviédev, llamó a confirmar un nuevo criterio de la Operación Militar Especial, basado en la extraterritorialidad de sus acciones, lo que justifica la “recuperación de icónicas ciudades rusas como Odessa y Járkov”. Medviédev siempre señaló que el logro de los objetivos de la OME: liberación del Donbass y Novorrosía, desnazificación de Ucrania y establecimiento de un régimen de neutralidad para Kíev, sólo sería posible con la extensión de la OME hasta Kíev “y más allá”.
En su intervención de hoy, Putin sólo se refirió a la necesidad de liquidar la irrupción ucraniana en las regiones fronterizas de Kursk. “La tarea principal -dijo- se plantea ante el ministerio de Defensa: aplastar, expulsar al enemigo de nuestros territorios y en conjunto con el servicio de guardia fronteras asegurar la efectiva cobertura de nuestros límites”.
Pero también Putin fijó las tareas para las fuerzas de seguridad: el Servicio Federal de Seguridad y la Guardia Rusa, a las que encomendó “asegurar el régimen de situación contraterrorista y la lucha eficiente contra los grupos saboteadores y espías del enemigo”.
Putin concluyó asegurando que “el enemigo recibirá su merecida respuesta y todos los objetivos que nos planteamos serán alcanzados».
Hernando Kleimans* Periodista, historiador recibido en la Universidad de la Amistad de los Pueblos «Patricio Lumumba», Moscú. Especialista en relaciones con Rusia. Colaborador de PIA Global
Foto de portada: Video Sputnik
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