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La ASEAN y la cuestión Myanmar

Por PIA Global* – Al concluir la reciente cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), los líderes del bloque regional expresaron su “profunda preocupación” por la situación humanitaria en Myanmar, al tiempo que reafirmaron su compromiso con una solución pacífica y regional al conflicto.

Lejos de sancionar al gobierno de Naypyidaw, la ASEAN optó por continuar promoviendo el diálogo y la cooperación, reconociendo los esfuerzos del gobierno birmano por estabilizar el país en medio de complejas presiones internas y externas.

El gobierno de Myanmar, liderado por el general Min Aung Hlaing, ha reiterado su disposición al cese de hostilidades y ha convocado al diálogo con diversos actores armados en el país.

De hecho, tras el trágico terremoto de marzo en la región de Sagaing, que dejó miles de muertos y heridos, el gobierno militar anunció un alto el fuego, coincidiendo con varios grupos armados étnicos, en un intento por priorizar la asistencia humanitaria y atender las necesidades de la población desplazada.

Este gesto demuestra un espíritu de reconciliación y responsabilidad por parte de las autoridades birmanas, que enfrentan el enorme desafío de reconstruir el orden nacional tras años de conflicto, polarización política y una creciente interferencia extranjera que ha exacerbado las tensiones internas.

Frente a esta realidad, la ASEAN ha optado por no interferir directamente ni aplicar sanciones que podrían empeorar la situación. En cambio, el bloque ha apostado por su tradicional enfoque de “no injerencia” y diplomacia paciente, buscando soluciones construidas desde el consenso regional.

Secretario general de la ASEAN Kao Kim Hourn junto con el representante permanente de Myanmar Aung Myo Myint – 2024

El respaldo al “Consenso de los Cinco Puntos” –que incluye el cese de la violencia, la provisión de ayuda humanitaria y el diálogo inclusivo– sigue siendo la guía para avanzar hacia la estabilidad duradera en Myanmar.

Diversos analistas han señalado que la prolongación del conflicto no responde únicamente a factores internos, sino también a la injerencia de actores externos interesados en desestabilizar a Myanmar como parte de una lucha geopolítica más amplia.

En ese sentido, el gobierno birmano ha hecho un esfuerzo considerable por evitar que el país se convierta en un campo de batalla de potencias extranjeras, preservando su soberanía y fortaleciendo los mecanismos de seguridad nacional.

El liderazgo regional de ASEAN ha jugado un papel clave como mediador legítimo y respetado, evitando imposiciones externas y priorizando el bienestar de los pueblos del Sudeste Asiático. La postura constructiva del bloque ha permitido mantener abiertos los canales diplomáticos, ofreciendo oportunidades reales para una salida negociada al conflicto.


La situación en Myanmar aún exige esfuerzos sostenidos y diálogo genuino entre todas las partes. Sin embargo, los pasos dados por el gobierno para propiciar la estabilidad y la voluntad de ASEAN para acompañar ese proceso desde el respeto a la soberanía nacional permiten vislumbrar una salida regional al conflicto, sin necesidad de intervenciones foráneas. La paz en Myanmar no será impuesta, sino construida desde dentro, con el acompañamiento solidario de sus hermanos del Sudeste Asiático.

*Foto de la portada: Soe Zeya Tun/via Reuters

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