«Soy una luchadora, no alguien que se rinde» había dicho ayer la mandataria frente al Parlamento que, incluyendo a legisladores de su propio partido, exigía su renuncia.
Liz Truss no había sido elegida por voto directo del pueblo británico, sino que fue votada como líder del Partido Conservador, luego de la renuncia de Boris Johnson, en una jornada electoral entre 200 mil conservadores. Truss había quedado en tercer lugar en la primera ronda, por detrás de Rishi Sunak (88 votos) y Penny Mordaunt (67 votos). En la segunda vuelta de la votación, Truss se convirtió en primera ministra con 81.326 votos frente a los 60.399 de Rishi Sunak.
Truss asumió el cargo con una enorme crisis en Reino Unido. El aumento del costo de vida, la inflación, la crisis energética, las movilizaciones masivas y organizadas, las huelgas en diversos sectores de trabajadorxs, la mayor sequía en los últimos 50 años, el desabastecimiento, los exorbitantes aumentos en las facturas de servicios públicos, las tensiones con Francia y la Unión Europea, desestabilización de la libra esterlina, las amenazas de referéndum de independencia de Escocia…
“Llegué al cargo en un momento de gran inestabilidad económica internacional. Las familias y las empresas estaban preocupadas por cómo pagar sus facturas. La guerra ilegal de Putin en Ucrania amenaza la seguridad de todo nuestro continente y nuestro país lleva demasiado tiempo frenado por el bajo crecimiento económico.
El Partido Conservador me eligió con el mandato de cambiar esta situación. Cumplimos con las facturas de energía y con el recorte de la seguridad social, y establecimos una visión para una economía de bajos impuestos y alto crecimiento que aprovecharía las libertades del Brexit.
Sin embargo, reconozco que, dada esta situación, no puedo cumplir el mandato para el que fui elegida por el Partido Conservador. Por lo tanto, he hablado con Su Majestad el Rey para notificarle que dimito como líder del Partido Conservador”.
Según anunció, Truss acordó con el presidente del Comité 1922, Graham Brady, que continuará como Primera Ministra hasta que se haya elegido a un sucesor en elecciones de líder partidario la semana entrante. No obstante, el líder del Partido Laborista, los demócratas liberales y la primera ministra de Escocia exigen el llamado a elecciones generales.
Puntos claves para comprender la dimisión de Truss
El controversial plan fiscal y su marcha atrás; la crisis del mercado financiero; la caída de la libra esterlina; la crisis política que incluyó el despido del ministro de finanzas, Kwasi Kwarteng y la renuncia de la ministra del Interior, Suella Braverman; la falta de apoyo de los miembros de su partido, incluso el pedido de renuncia por parte de legisladores conservadores y el quiebre y crisis dentro del Partido Conservador son los principales puntos que llevaron a la renuncia de Elizabeth Truss.
En su discurso de lanzamiento de campaña, Truss afirmaba que poseía “un plan para hacer de Gran Bretaña una economía de alto crecimiento durante los próximos diez años a través de una audaz reforma del lado de la oferta”. Este plan consistía en reducir los impuestos “para ayudar a las empresas a invertir en su futuro, abordar el costo de la energía y controlar el gasto público”. Además, prometió crear “nuevas zonas de bajos impuestos y baja regulación para atraer inversiones en las comunidades de todo el país… creando nuevos centros para la innovación y la empresa”.
El presupuesto presentado el 23 de septiembre por el ministro de finanzas de Truss, Kwasi Kwarteng, buscaba impulsar la inversión y el crecimiento del país reduciendo los impuestos para los grupos de altos ingresos y para las grandes empresas ricas junto a un aumento del gasto para contrarrestar la crisis energética.
- Reducir el impuesto sobre la renta del 20 por ciento al 19 por ciento para el grupo de ingresos de 12.571 libras a 50.270 libras al año.
- Reducir el impuesto sobre el grupo de mayores ingresos, por encima de las 150.000 libras, del 45 por ciento al 40 por ciento.
- Anular la subida del impuesto de sociedades anunciada por el anterior gobierno del 19 por ciento al 25 por ciento para 2023.
El recorte de 45.000 millones de libras implicaba que el gobierno debía financiarlo con préstamos y estabilizar las finanzas públicas, lo que provocaría una profundización de la inflación, la deuda pública y la subida aún mayor de los tipos de interés mientras que el Banco Central intenta contener la inflación.
El anuncio de estas medidas provocó la caída de la libra esterlina a mínimos históricos, recibiendo, incluso, la crítica del Fondo Monetario Internacional (FMI). El Organismo advirtió que las medidas podrían acelerar el ritmo de aumento de precios, aumentando el costo de vida y la desigualdad.
El analista Şafak Erdem, citaba a Michael Roberts para explicar el trasfondo de esta política económica: «Se trata de una vuelta a una idea muy antigua de la economía neoclásica: la economía del goteo. El término ‘trickle-down’ se originó como una broma del humorista Will Rogers. Rogers utilizó el término para criticar las políticas económicas que favorecían a los ricos o a los privilegiados y que se presentaban como buenas para el ciudadano medio.
El 3 de octubre Kwarteng debió echar marcha atrás con la propuesta de plan fiscal y el 14 de octubre fue despedido de su cargo. En su lugar asumió Jeremy Hunt, quien revirtió casi todas las medidas del presupuesto del programa económico. Sin embargo, no fue suficiente para calmar la crisis económica, financiera y política del gobierno de Truss.
El costo de vida aumentó un 10,1% en los 12 meses hasta septiembre. Se trata de la cifra más alta en 40 años, inducido por el aumento de los precios, principalmente de los combustibles y alimentos.
Las múltiples crisis que atraviesa Reino Unido no son únicas en el continente europeo. A pesar de las particularidades de cada país, Europa se encuentra atravesando un período de enorme inflación, crisis energética, climática, aumento del costo de vida, desindustrialización, endeudamiento, recesión, paralización de la economía, crisis de divisas, movilizaciones y protestas en las calles… Incluso, al igual que Johnson y Truss, otros países también han visto dimitir a sus líderes, como Draghi en Italia, Kiril Petkov en Bulgaria o Kaja Kallas en Estonia.
¿Cómo sigue?
El Comité de 1922, el grupo parlamentario del Partido Conservador en la Cámara de los Comunes del Reino Unido, conocido formalmente como el Comité de Miembros Privados Conservadores, son quienes deciden el calendario de cada concurso, es decir, son quienes dirigen el proceso de elección de nuevos líderes, como también su dimisión. Incluso podría votar para cambiar las reglas antes del concurso. Llamados también “los hombres de traje gris», los miembros del Comité poseen gran poder dentro del Partido Conservador.
Según informó Graham Brady, encargado de organizar las nuevas elecciones, los candidatos a suceder a Liz Truss como líder del Partido Conservador y primer ministro del Reino Unido deberán contar con el respaldo de al menos 100 de los 357 diputados «tories».
Si la contienda queda dividida entre dos aspirantes, serán los afiliados del partido quienes elijan en una votación a través de internet al siguiente jefe de Gobierno del Reino Unido.
Para acelerar la votación y designación del nuevo o nueva mandataria, se aumentó el número de respaldos necesarios y aceleraron los plazos de las votaciones. No obstante, esto limita elegir como máximo a tres candidatos para participar en el proceso.
La presentación a las candidaturas está abierta desde esta tarde y finalizará el próximo lunes a las 14 hs (hora local). Si un solo candidato logra superar el centenar de apoyos parlamentarios podría conocerse al nuevo o nueva sucesora antes de lo esperado. En caso contrario, el viernes es la fecha límite para conocer el ganador o ganadora de las primarias.
Los posibles candidatos que se nombraron en las últimas horas son conocidos de las últimas elecciones: el exministro de Economía, Rishi Sunak; la líder conservadora en la Cámara de los Comunes, Penny Mordaunt, el Secretario de Defensa, Ben Wallace; incluso se volvió a nombrar a Boris Johnson como posibilidad para que vuelva al cargo.
No obstante, no todos están de acuerdo de que vuelva a asumir un conservador como Primer Ministro. El líder del Partido Laborista, los demócratas liberales y la primera ministra de Escocia exigen el llamado a elecciones generales.
Keir Starmer, líder del Partido Laborista, twiteaba hoy:
“Después de 12 años de fracaso conservador, el pueblo británico se merece algo mucho mejor que esta puerta giratoria del caos. Necesitamos elecciones generales, ya”.
En otro tweet agregaba que “Gran Bretaña no puede permitirse el caos de los tories. Mi gobierno laborista proporcionará la estabilidad y el liderazgo necesarios. Por nuestra economía. Para el crecimiento. Para gente trabajadora. Elecciones generales, ahora”.
Por su parte, Nicola Sturgeon, primera Ministro de Escocia, y líder del Partido Nacional Escocés (SNP) twiteaba:
“No hay palabras para describir adecuadamente este caos total. Está más allá de la hipérbole y la parodia. Aunque la realidad es que la gente común está pagando el precio. Los intereses del partido Tory no deberían preocupar a nadie en este momento. Una Elección General es ahora un imperativo democrático”.
El líder del Partido Demócrata Liberal, EdwardJDavey, twiteaba:
“No necesitamos a otro Primer Ministro conservador dando tumbos de crisis en crisis. Necesitamos una Elección General ahora y los Conservadores fuera del poder”.
“Este es el gobierno más caótico e incompetente que he visto en mi vida. ¿Cuánto tiempo más se aferrarán al poder mientras el país sufre? Elecciones Generales ahora”.
Constantini Micaela, periodista y parte del equipo de PIA Global.
Foto de portada: diseño de PIA Global. En la imágen: Liz Truss anunciando su dimisión – Fuente: AFP. Bandera Británica con fuego – Fuente: BreakingTheWalls en CrushPixel.
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