El presidente Biden publicó un esbozo de su plan presupuestario 2022 a fines de la semana pasada. Esta propuesta inicial incluye una solicitud de $ 715 mil millones del Congreso para reforzar el presupuesto de guerra del Pentágono. La cifra asombrosa es un aumento sobre el presupuesto de «defensa» récord final de la administración Trump de $ 704 mil millones.
Se estima que el verdadero gasto total en militarismo por parte del gobierno de los EE. UU. Está más cerca de $ 1 billón anual cuando se suman los costos ocultos en otras partes del presupuesto.
El impulso al gasto de guerra se solicitó a pesar de una carta firmada en marzo por 50 miembros demócratas de la Cámara de Representantes que presionaban por recortes de hasta el 10%. Incluso una reducción de ese tamaño dejaría a Estados Unidos con el mayor presupuesto militar del mundo, y los subcampeones ni siquiera estarían cerca. Pero en lugar de recortar o incluso simplemente congelar el gasto, Biden está pidiendo un aumento de $ 11 mil millones, claramente una muestra intencional de lealtad al complejo militar-industrial.
El esquema ofrece una ventana a cómo se perfilan las prioridades de su administración para el próximo año. Esta es la primera propuesta de presupuesto de Biden como presidente y se está entregando durante una pandemia devastadora donde, a pesar de la disponibilidad de vacunas, el número de casos de COVID-19 y hospitalizaciones está aumentando en los Estados Unidos. Con más de 562.000 muertos y el caos económico agravando el hambre, la falta de vivienda y la pobreza, es indignante que Joe Biden haya elegido priorizar el gasto militar.
COVID-19 ha puesto al descubierto los estragos del capitalismo y la situación profundamente precaria de los trabajadores en los Estados Unidos. Biden demuestra claramente su intención de desviar el dinero del público para perpetuar una nueva guerra fría irresponsable y peligrosa contra China mientras mantiene todas las campañas de bombardeo, ocupaciones y bases militares internacionales que conforman el núcleo de la maquinaria de guerra de Estados Unidos. Biden continúa una larga tradición en la política de la clase dominante: dinero ilimitado para la muerte y la miseria cuando la gente necesita trabajo, ingresos, atención médica, educación y la seguridad real que viene con todo esto.
Biden ha demostrado, al igual que sus predecesores, que su distrito electoral real es Wall Street, los bancos y el complejo militar-industrial que apunta a conquistar y saquear el resto del mundo para enriquecer a unos pocos. Los trabajadores de los Estados Unidos tienen un papel clave que desempeñar al unirnos a los pueblos del mundo en su lucha para recuperar la soberanía y los recursos que salvan vidas de las fauces del imperialismo estadounidense.
Este artículo fue publicado por Liberation News.
Traducido y editado por PIA Noticias.