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Italia: el Primer Ministro reinventa la Ruta de la Seda

Por Lorenzo Lamperti* –
Una hora y media de conversaciones con Xi. Antes se llamaba Cinturón y Ruta, ahora se llama Plan de Acción Italia-China. Cambian los nombres, pero no el sueño del Palazzo Chigi, lo habite quien lo habite: aumentar las exportaciones al mercado chino […].

Primero se llamó Cinturón y Ruta, ahora Plan de Acción Italia-China. Cambian los nombres, pero no el sueño del Palazzo Chigi, lo habite quien lo habite: aumentar las exportaciones al mercado chino y atraer más inversiones chinas a Italia. Giorgia Meloni incluida, a quien los medios chinos alaban ahora por su «estrategia pragmática» que la llevó a proponer el programa trienal para reforzar la asociación estratégica entre ambos países. Un «quid pro quo» según la iniciativa acuñada por Xi Jinping.

El dirigente chino dio la bienvenida al Presidente del Consejo en la Casa de Huéspedes del Estado de Diaoyutai, tras haber recorrido unas horas antes la alfombra roja de la plaza de Tiananmen, recibiendo a José Ramos-Horta, Presidente de Timor Oriental, que como Jefe de Estado tiene también el honor de recibir 21 cañonazos de la guardia de honor.

La conversación entre Meloni y Xi duró unos 90 minutos, antes de una cena ofrecida por el presidente chino. La Primera Ministra calificó a China de «importante socio económico, comercial y cultural». No faltaron referencias al «canal abierto hace 700 años por Marco Polo», figura sobre cuyo viaje había inaugurado unas horas antes una exposición en el Museo Mundial de Arte. Meloni llamó a «razonar juntos» sobre «cómo garantizar un intercambio que siga siendo libre, porque para ello necesitamos sobre todo que el sistema internacional de reglas permanezca estable». En cuanto a los equilibrios mundiales, el Primer Ministro considera que China es «inevitablemente un interlocutor muy importante» para garantizar «la estabilidad y la paz». Según el Palazzo Chigi, se habló, entre otras cosas, de Ucrania, Oriente Medio y las «crecientes tensiones en el Indo-Pacífico». Pero el comunicado de Pekín no menciona ningún dossier internacional entre los temas tratados. Una señal de que quizá Italia no sea considerada un interlocutor crucial desde el punto de vista estratégico.

Como suele ocurrir cuando se trata de Italia, el tono de Xi tiene un aflato histórico. «Los prolongados intercambios amistosos entre ambos países han supuesto una importante contribución a los intercambios y al aprendizaje mutuo entre las civilizaciones oriental y occidental, así como al desarrollo y al progreso», afirma el líder chino, que a continuación pide «mantener y llevar adelante el espíritu de la Ruta de la Seda».

La referencia en este caso no es tanto al Belt and Road, traducido románticamente al italiano, sino a la antigua Ruta de la Seda, que según Xi debe ayudar a «ver y desarrollar las relaciones bilaterales desde una perspectiva histórica, estratégica y a largo plazo». Casi parece un llamamiento implícito a una mayor previsibilidad, tras las aceleraciones del Gobierno verdeamarillo y los retrocesos de Conte bis y Draghi. Tras pedir que se faciliten los visados a los chinos (después de que Pekín lanzara visados gratuitos para los italianos), Xi pide a Meloni que «desempeñe un papel constructivo en la promoción del diálogo y la cooperación China-UE».

Meloni, que se pronunció en contra de la disociación y el proteccionismo, debatió en cambio las relaciones económicas con el primer ministro Li Qiang. Además del plan de acción trienal, se firmó un memorando de asociación entre los respectivos ministerios de Industria. Entre las áreas de cooperación se mencionaron los vehículos eléctricos, las energías renovables y la inteligencia artificial. Pero de momento escasean los detalles concretos, como tampoco ha llegado el esperado anuncio de una planta de producción en Italia de uno de los gigantes chinos del coche eléctrico. En resumen, Meloni ha conseguido mantener abierta la puerta del diálogo con China. Pero para abrirla de par en par habrá que esperar a la visita de Sergio Mattarella en noviembre.

*Lorenzo Lamperti, periodista.

Artículo publicado originalmente en Il Manifesto.

Foto de portada: Giorgia Meloni y el presidente Xi Jinping, ahir a Pequín. | FILIPPO ATTILI / EFE

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