Nuestra América

Isla Gorgona, ¿la nueva base militar que EE.UU. prepara en Colombia?

Por Ariel Noyola Rodríguez*
Incorporada en la ‘Lista Verde’ a consideración de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza gracias a la buena gestión y el impulso a la investigación científica, la isla está en la mira de EE.UU. también por asuntos de geopolítica.

Una autorización ambiental otorgada de manera irregular en 2015 dio paso al desarrollo de un conjunto de proyectos de infraestructura en Isla Gorgona con el financiamiento de la Oficina Internacional de Asuntos Antinarcóticos y Procuración de Justicia de EE.UU. (INL, por sus siglas en inglés).

El 31 de diciembre de ese año, y luego de apenas 29 días de haber iniciado el trámite para expedir el permiso, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales dio luz verde al Ministerio de Defensa Nacional para el proyecto ‘Construcción, operación, abandono y restauración de la estación de guardacostas en la Isla Gorgona y obras complementarias’.

El proyecto, en alianza con la Embajada de EE.UU., tiene cuatro componentes:

Un muelle de 170 metros en la Patrulla de playa.

Una torre de comunicación con un radar en el Cerro La Trinidad (localizado en el punto más alto de la isla, a unos 330 metros sobre el nivel del mar).

Una estación de guardacostas de tercer nivel (que incluye un bloque administrativo, un bloque de alojamiento para infantería y oficiales, así como un bloque de cocina y comedor).

Un tanque de almacenamiento de 5.000 galones de combustible.

Ambientalistas y científicos denuncian que el desarrollo de estas obras sería un atropello contra un patrimonio natural invaluable para Colombia.

Un Parque Nacional Natural cuya vocación es la conservación de la biodiversidad terrestre y marítima, argumentan, no tiene relación alguna con la presencia de Fuerzas Armadas en la isla y mucho menos con la construcción de una base militar.

El Comité Científico del Parque Nacional Natural Gorgona, así como la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, enviaron varias cartas a los presidentes Juan Manuel Santos e Iván Duque para que se replantearan la ejecución de las obras. No hallaron eco.

En 2016, con Santos como presidente, el Gobierno colombiano defendió los proyectos de infraestructura en Gorgona porque representaban una contribución «a la seguridad nacional, siendo el medio para contrarrestar actividades ilegales de pesca, narcotráfico, uso inadecuado de recursos naturales y contaminación marítima».

Avistamiento de ballenas, Isla Gorgona. Cortesía de Parque Nacionales Naturales de Colombia

Hasta octubre de este año ya se ha construido la torre para el radar y terminado la modificación y adecuación de varios senderos para el transporte de combustible, de acuerdo con información proporcionada por el Comité Científico del Parque.

En una carta dirigida al presidente Gustavo Petro con fecha del 5 de noviembre, el Comité informó que para diciembre de este año se tiene prevista la fase previa de la construcción del muelle y, para el 10 de enero de 2023, comenzar con su construcción.

Incorporada en la ‘Lista Verde’ a consideración de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza gracias a la buena gestión y el impulso a la investigación científica, la Isla Gorgona está en la mira de EE.UU. también por asuntos de geopolítica.

A pesar de la oposición en el plano interno, en Washington no están dispuestos a quitar el dedo del renglón: su objetivo es ganar posicionamiento en una zona geoestratégica clave aun a costa de destruir un paraíso en la Tierra.

Un objetivo geoestratégico

Los proyectos de infraestructura en Gorgona impulsados por el Ministerio de Defensa Nacional y financiados por la Embajada de EE.UU. han estado envueltos en controversia sobre todo por su daño ambiental.

Quienes se oponen consideran que la construcción de una base militar pone en peligro el equilibrio ecológico. El radar podría afectar la vida de los murciélagos; mientras que el muelle podría dañar el arrecife coralino y terminar ahuyentando a las especies migratorias.

Isla Gorgona, localizada en el departamento del Cauca, posee un territorio de 61.685 hectáreas y es hogar de una amplia diversidad de flora y fauna.

En ella se registran 381 especies de peces, 155 especies de aves, 35 reptiles, 7 anfibios y por lo menos 430 tipos de plantas, de las cuales, un 4% son endémicas.

Además, en las profundidades de la zona donde se tiene planeada la construcción del muelle se encuentra uno de los arrecifes de coral de mayor extensión del Pacífico colombiano. Por todas estas características, Isla Gorgona posee un atractivo sin igual para quienes gustan hacer ecoturismo.

La isla no destaca solo por ser una joya de la Naturaleza, sino también por tener una localización de gran interés geoestratégico para la Armada de EE.UU. Gorgona se ubica en una zona clave para garantizar el control y la seguridad de la comunicación interoceánica.

Una base militar en Gorgona forma parte de los objetivos de Washington que, en junio de este año, logró incorporar como parte de una agenda regional a través de la firma de un acuerdo de cooperación con los Gobiernos de Colombia, Costa Rica, Ecuador y Panamá.

A través del ‘Memorándum de Entendimiento en apoyo al Corredor Marino del Pacífico Este Tropical’, EE.UU. se adhirió de facto a un mecanismo multilateral que, originalmente, involucraba solo a Gobiernos latinoamericanos.

Estación de buceo, Isla Gorgona. Cortesía de Parque Nacionales Naturales de Colombia

Hay también información sobre importantes reservas de petróleo en el Pacífico colombiano, otra de las razones por las que Gorgona está en la mira de Washington.

De acuerdo con estimaciones de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, el potencial de los yacimientos en esta zona podría superar los 3.000 millones de barriles.

Llama la atención, sin embargo, que hasta ahora el rechazo de la presencia de EE.UU. en Gorgona deriva sobre todo de la defensa de la isla como patrimonio natural, no tanto porque sea censurado por la opinión pública que una potencia extranjera desarrolle proyectos de infraestructura.

De hecho, dentro de la propia Comunidad científica se ha propuesto reubicar estos proyectos, construirlos en un lugar donde no se vea tan seriamente comprometida la biodiversidad de la nación suramericana.

Por otro lado, Manuel Rodríguez Becerra, quien fue ministro del Medio Ambiente en la década de 1990, sugiere que la construcción del proyecto se lleve a cabo en el municipio de Guapi, localizado a solo 55 kilómetros de Isla Gorgona.

A la espera de la respuesta de Petro

En septiembre de este año RT documentó cómo, bajo el argumento de la conservación del medio ambiente, la jefa del Comando Sur de EE.UU., Laura J. Richardson, terminó convenciendo al Gobierno del presidente Gustavo Petro de profundizar los esquemas de cooperación.

Richardson obtuvo el aval para que las Fuerzas Armadas estadounidenses fueran desplegadas en la región de la Amazonía colombiana con el objetivo de combatir la deforestación de la selva.

Y aunque el mandatario asegura que hay un «nuevo enfoque» en la relación bilateral, Richardson ha puntualizado que combatir el narcotráfico y el crimen organizado continúan siendo prioridades de EE.UU.

En el caso de Isla Gorgona, Washington estaría apelando a la misma ‘coartada’ para abrirse paso y, en paralelo, no dejar mal parado al Gobierno del ‘Pacto Histórico‘: utilizar la preservación de un Parque Nacional Natural para justificar su presencia en territorio colombiano. 

De acuerdo con el Comité Científico, son los militares quienes han venido tomando el control de Isla Gorgona. Sin embargo, no precisa si se trata de elementos adscritos al Ministerio de Defensa Nacional, o de Fuerzas Armadas de origen estadounidense.

A principios de noviembre, en una carta dirigida al presidente, el Comité Científico del Parque Nacional Natural Gorgona reveló que en la isla han aparecido «zonas de paso restringido y uso exclusivo» de los militares, quienes impiden el tránsito tanto al personal que trabaja en el Parque como a investigadores argumentando «problemas de seguridad nacional».

El Parque Nacional Natural Gorgona hoy está a la deriva: desde 2020 no se ha designado una autoridad civil que se haga cargo de su supervisión. El hecho de postergar el nombramiento de un jefe que tome las riendas del Parque no es un buen augurio.

Tampoco lo es que el actual embajador de Colombia en EE.UU. sea Luis Gilberto Murrillo, quien durante el Gobierno de Juan Manuel Santos fue el ministro de Ambiente que defendió el otorgamiento de la licencia ambiental para desarrollar los proyectos de infraestructura.

Leonardo Salinas, uno de los instructores de buceo que prestan servicios en la isla, comenta estar muy preocupado ante lo que parece un avance inminente de las obras financiadas por EE.UU.

En entrevista con RT, el también biólogo marino que conoce Gorgona desde hace más de 30 años, recuerda que, durante la campaña rumbo a la Presidencia, Gustavo Petro puso mucho énfasis en la idea de hacer de Colombia una «potencia mundial de la vida».

Soldados de EE. UU. y Colombia durante la ceremonia de apertura del Ejercicio Southern Vanguard 23, 8 de noviembre de 2022, Base Militar de Tolemaida, Colombia Comando Sur de EE.UU.

Además de definir como una de sus prioridades la defensa del medio ambiente, destaca, Petro reconoció que la denominada «guerra contra las drogas» había sido un fracaso y, por lo tanto, había que adoptar un «nuevo enfoque», uno que ya no estuviera centrado en el uso de la fuerza.

Tomando en cuenta estas dos premisas, la de la defensa del medio ambiente y replantearse la «guerra contra las drogas», el Gobierno actual, asevera Leonardo Salinas, tendría que echar abajo la construcción de la base militar de EE.UU. en Isla Gorgona.

Sin embargo, a punto de cumplir cuatro meses en funciones, el presidente Gustavo Petro y los integrantes de su gabinete no han hecho un solo pronunciamiento sobre los proyectos de infraestructura que se planean desarrollar en la isla.

«El silencio es casi siempre la peor respuesta que puedes tener (…) la verdad no veo la hora de escuchar de la voz del presidente o de alguien de su Gobierno la respuesta que estamos esperando», concluye.

Ariel Noyola Rodríguez* Economista egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Integrante del Centro de Investigación sobre la Globalización, Global Research, con sede en Montreal (Canadá). El Club de Periodistas de México lo ha galardonado en dos ocasiones con el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de Mejor Análisis Económico y Financiero. Twitter: @noyola_ariel.

Artículo publicado originalmente en RT

Foto de portada: Vista de Isla Gorgona, en ColombiaKike Calvo / Legion-Media

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