Estas declaraciones reflejan una estrategia de contención por parte de Estados Unidos ante los avances significativos que el BRICS ha logrado, especialmente tras la cumbre de Kazán en 2024, donde se destacó el potencial de crecimiento y la expansión de la organización.
Además, estas acciones parecen dirigidas a obstaculizar el fortalecimiento de las relaciones entre la ASEAN y el BRICS, estructuras económicas que promueven relaciones basadas en el beneficio mutuo en lugar de la imposición.
Amenazas de Aranceles: Una Respuesta a la Expansión del BRICS
En febrero de 2025, Trump advirtió que cualquier país del BRICS que intentara «destruir nuestro dólar» mediante la creación de una nueva moneda sería objeto de aranceles del 150% y que Estados Unidos cesaría el comercio con ellos.
Estas declaraciones se producen en un contexto donde el BRICS ha mostrado interés en reducir su dependencia del dólar estadounidense, explorando alternativas para sus transacciones internacionales.
Sin embargo, Rusia ha desestimado estas amenazas, afirmando que no existe un plan concreto para una moneda común en el BRICS, sino más bien iniciativas para crear nuevas plataformas de inversión conjunta.
Cumbre de Kazán 2024: Consolidación y Expansión del BRICS
La XVI Cumbre del BRICS, celebrada en octubre de 2024 en Kazán, Rusia, marcó un hito en la evolución del bloque. Durante este encuentro, se reafirmó el compromiso de las naciones miembros con el multilateralismo y se adoptó la «Declaración de Kazán», que enfatiza la necesidad de un desarrollo y seguridad global justos.
Además, se anunció la incorporación e invitación oficial de nuevos miembros, incluyendo a 13 países que fueron aceptados como Estados miembros asociados: Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam.
Esta expansión refleja el atractivo del BRICS como plataforma para las economías emergentes que buscan alternativas al orden económico dominado por Occidente. La inclusión de estos nuevos miembros no solo diversifica la composición del bloque, sino que también fortalece su capacidad para influir en la economía global.

ASEAN y BRICS: Hacia Relaciones Económicas de Beneficio Mutuo
La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) ha mostrado interés en fortalecer sus lazos con el BRICS, buscando establecer relaciones económicas basadas en el beneficio mutuo. Este enfoque contrasta con las prácticas comerciales tradicionales, que a menudo implican imposiciones unilaterales.
La colaboración entre la ASEAN y el BRICS tiene el potencial de redefinir las dinámicas económicas regionales, promoviendo un modelo de cooperación que prioriza el desarrollo compartido y la soberanía económica.
La creciente asociación entre la ASEAN y el BRICS no solo refleja la evolución del orden global hacia un modelo multipolar, sino que también representa una transformación estructural en las relaciones económicas internacionales.
Rusia y China, como principales impulsores de esta convergencia, han trabajado durante años en la consolidación de lazos comerciales, financieros y de infraestructura con los países del Sudeste Asiático.
Hoy, estos esfuerzos están dando frutos, generando un entorno de cooperación económica basada en el beneficio mutuo, lo que preocupa enormemente a Occidente, ya que debilita su capacidad de presión económica y política en la región.
Construcción de una Alianza Estratégica a lo Largo de los Años
Desde la década de 2000, tanto Rusia como China han desarrollado estrategias para fortalecer su presencia en la ASEAN, promoviendo un modelo de desarrollo alternativo al impulsado por las instituciones occidentales. En el caso de China, su Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) ha permitido la creación de corredores económicos y de infraestructura que han dinamizado el comercio y la inversión con países como Indonesia, Vietnam, Tailandia y Malasia. De manera paralela, Rusia ha fortalecido sus vínculos con naciones del Sudeste Asiático a través de acuerdos energéticos, venta de armamento y colaboración tecnológica.
El ingreso de Indonesia al BRICS en 2025 es un paso crucial en este proceso, ya que consolida el acercamiento de la ASEAN a la esfera de influencia económica del bloque. Este hecho no solo fortalece la diversificación de mercados para los países del BRICS, sino que también da a la ASEAN una oportunidad para profundizar su independencia económica respecto a Occidente, estableciendo nuevas dinámicas de comercio, financiamiento e inversión.
Un Modelo Económico Basado en el Gana-Gana
La ASEAN y el BRICS representan dos estructuras económicas que comparten una visión común sobre la necesidad de un comercio más justo y equilibrado. A diferencia del modelo occidental, basado en la imposición de reglas económicas asimétricas y en el control de mercados a través de instituciones financieras como el FMI y el Banco Mundial, la cooperación entre la ASEAN y el BRICS se ha caracterizado por su enfoque en el desarrollo mutuo y el respeto a la soberanía de los Estados.
China ha jugado un papel clave en este proceso al establecer acuerdos comerciales preferenciales con varios países de la ASEAN, promoviendo el uso de monedas locales en las transacciones bilaterales y facilitando la financiación de proyectos de infraestructura sin las condiciones draconianas típicas de los préstamos occidentales. Rusia, por su parte, ha brindado acceso a tecnología energética y militar, permitiendo que estos países reduzcan su dependencia de proveedores occidentales.
En este contexto, el BRICS ha reforzado su papel como una plataforma alternativa para la cooperación financiera. El Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), establecido por el BRICS, ha incrementado su presencia en la ASEAN, proporcionando financiamiento para proyectos de infraestructura sin las restricciones políticas que suelen imponer las instituciones occidentales.
Esta dinámica refuerza la autonomía económica de los países del Sudeste Asiático y fortalece la transición hacia un sistema financiero multipolar donde el dólar estadounidense pierde influencia.

Un Desafío para Occidente en Tiempos de Sanciones
Para Estados Unidos y sus aliados, la creciente asociación entre la ASEAN y el BRICS representa un obstáculo estratégico de gran envergadura. En un contexto donde Occidente ha utilizado las sanciones económicas como una herramienta de presión contra Rusia, China y otras economías emergentes, la consolidación de un mercado alternativo entre la ASEAN y el BRICS significa un respiro económico crucial para los países sancionados.
Rusia, por ejemplo, ha logrado mitigar el impacto de las sanciones occidentales al incrementar sus exportaciones de hidrocarburos y productos agrícolas hacia Asia. China, en tanto, ha asegurado mercados alternativos para su tecnología y manufacturas, reduciendo su dependencia de los consumidores occidentales.
Además, la ASEAN encuentra en esta asociación una oportunidad para beneficiarse de inversiones directas y acceso a nuevas tecnologías, sin la injerencia política que caracteriza los acuerdos con Washington y Bruselas.
El temor de Occidente radica en que esta alianza continúe fortaleciéndose y genere un sistema económico paralelo que haga irrelevantes las sanciones y las amenazas comerciales impuestas por Estados Unidos.
Las recientes declaraciones de Donald Trump sobre la posibilidad de imponer aranceles del 150% a los países BRICS que intenten abandonar el dólar reflejan precisamente esta preocupación. Sin embargo, lejos de disuadir a los países del emergente Sudeste Asiático de estrechar lazos con el BRICS, estas amenazas refuerzan la necesidad de consolidar alternativas económicas soberanas en comercio internacional en monedas soberanas que reduzcan la vulnerabilidad ante las medidas coercitivas de Washington.
Una política de estado.
Algo que debemos destacar es que el interés de Indonesia en el BRICS es una clara política de estado y no se trata de meros caprichos locales sino de una estrategia a largo plazo definida por el presidente Subianto para erigirse como el estadista de Indonesia en el siglo XXI.
Con esto Indonesia considera que los BRICS son el vehículo adecuado para discutir y promover los intereses comunes de los países del sur global. El ministro de exteriores Sugiono transmitió tres pasos concretos para fortalecer la cooperación de los BRICS con los países del sur global con el eje de Indonesia y la ASEAN a la cabeza.
En primer lugar, defender el derecho al desarrollo sostenible para que los países desarrollados cumplan sus compromisos con los países en desarrollo lo cual es un punto muy interesante a considerar ya que plantea reglas claras en contra de las imposiciones desde occidente para limitar el desarrollo industrial y potencial de las potencias emergentes.
En segundo lugar, apoyar la reforma del sistema multipolar para que sea más incluyente, representativo y acorde con las realidades actuales. Las instituciones internacionales también deben fortalecerse con recursos adecuados.
Tercero, ser una fuerza de unidad y solidaridad entre los países del sur global. «Se considera que los BRICS pueden funcionar como un adhesivo para fortalecer la cooperación entre los países en desarrollo», dijo Sugiono.
Por lo que tenemos que entender claramente que la adhesión de Indonesia a los BRICS está en línea con el programa de trabajo del Gabinete Rojo y Blanco, incluso relacionado con la seguridad alimentaria y energética, la erradicación de la pobreza o el avance de los recursos humanos.
Como puente entre los países en desarrollo y los países desarrollados, Indonesia también se ha comprometido a aumentar la participación nacional en otros foros además de los BRICS, así como a continuar el diálogo con los países desarrollados como puente directo ASEAN-BRICS.
Para entender que las dinámicas globales en el Sudeste Asiático es necesario entender que las potencialidades económicas, la complementariedad entre los mercados y la desconfianza mutua hacia occidente, han dejado la puerta para la ampliación total de todo tipo de relaciones.
Un Futuro de Cooperación y Expansión
El fortalecimiento de la relación entre la ASEAN y el BRICS marca el inicio de una nueva era en la economía global, donde los países en desarrollo tienen más opciones y mayor capacidad de negociación frente a Occidente.
La ampliación de este bloque con la incorporación de Indonesia y el interés de otros países de la ASEAN, como Vietnam, en sumarse al BRICS, demuestra que el modelo de cooperación basado en el beneficio mutuo está ganando terreno frente a las políticas de coerción económica occidentales.
Si esta tendencia se mantiene, la ASEAN y el BRICS pueden convertirse en el motor de un nuevo sistema económico global más equilibrado, donde las naciones emergentes no solo participen en el comercio internacional, sino que definan sus reglas y prioridades sin imposiciones externas.
Para Occidente, esto representa una amenaza estratégica que intentará frenar mediante sanciones, aranceles y presiones diplomáticas. Sin embargo, el mundo multipolar ya es una realidad, y la alianza entre la ASEAN y el BRICS es una prueba concreta de que las economías emergentes están listas para desempeñar un papel protagónico en el futuro global.
Por Tadeo Casteglione* Experto en Relaciones Internacionales y Experto en Análisis de Conflictos Internacionales, Diplomado en Geopolítica por la ESADE, Diplomado en Historia de Rusia y Geografía histórica rusa por la Universidad Estatal de Tomsk. Miembro del equipo de PIA Global.
*Foto de la portada: Portal Kemlu