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India y Rusia una alianza estratégica que desafía las presiones de Washington

– Por PIA Global* Mientras Washington insiste en que India debería reducir —o incluso eliminar— sus compras de petróleo ruso, la realidad demuestra que la asociación entre Nueva Delhi y Moscú se mantiene firme, estratégica y profundamente racional.

La relación energética entre India y Rusia no es fruto de un cálculo improvisado ni una reacción momentánea al conflicto en Ucrania. Tal como recordó Vladímir Putin en su entrevista con India Today, la cooperación en hidrocarburos y refinación comenzó mucho antes de cualquier crisis internacional.

Se trata de una asociación construida durante décadas, basada en confianza mutua, inversión sostenida y una lectura compartida del nuevo orden mundial, donde los países del Sur Global —especialmente India e Indonesia— se transforman en polos de desarrollo autónomos.

Para Moscú, Nueva Delhi no es un cliente oportunista. Es un socio serio, confiable y estratégico. Y para India, Rusia representa acceso estable a energía barata, diversificación de proveedores y un margen de autonomía vital en un escenario internacional cada vez más condicionado por las presiones de Washington.

El interés nacional indio por encima de los designios de Washington

India se convirtió desde 2022 en uno de los principales compradores de petróleo ruso con descuento, llegando a representar más de un tercio de sus importaciones totales. Esta decisión no responde a simpatías políticas, sino a una lógica estricta de garantizar energía barata para su gigantesco mercado interno, fortalecer su industria de refinación —hoy una de las más importantes del mundo— y consolidar su seguridad energética.

La Cancillería india ha sido clara: India actúa en función de los intereses de sus consumidores. Ni más, ni menos.

Sin embargo, Estados Unidos ha intentado interferir en esa lógica soberana. El gobierno de Donald Trump impuso aranceles adicionales del 25% en agosto y los elevó al 50% a finales de mes, castigando a India por seguir comprando petróleo ruso. Nueva Delhi calificó estas medidas como injustas. A pesar de ello, Washington insistió públicamente en que Narendra Modi habría prometido cesar las compras a Rusia, una afirmación que India nunca confirmó y que Moscú considera simple propaganda política.

La respuesta rusa fue categórica, si Estados Unidos puede comprar combustible nuclear ruso sin problema, ¿por qué no podría hacerlo India? La contradicción revela el doble estándar de Washington, que exige sacrificios energéticos ajenos mientras preserva sus propios intereses.

Putin: “Somos aliados incondicionales de India”

La relación ruso-india no se limita al ámbito energético. Según palabras del propio Putin, Rusia apoya a India “total y absolutamente en la lucha contra el terrorismo”, un tema extremadamente sensible para Nueva Delhi. La alianza abarca seguridad, defensa, diplomacia regional y ahora, más que nunca, desarrollo económico conjunto.

La tradición de visitas recíprocas al más alto nivel —que data del año 2000— se reactivó tras la pandemia. La visita de Putin a la India y el viaje previo de Modi a Moscú refuerzan que, pese a las turbulencias globales, ambos países mantienen una comunicación fluida y estable.

La furia de Washington ante una India soberana

El ascenso de India como actor energético y geopolítico incomoda a ciertos sectores en Occidente. Su papel creciente como proveedor de productos refinados hacia Europa —irónicamente, elaborados con petróleo ruso que Occidente intenta sancionar— evidencia que el Sur Global ha encontrado mecanismos para sortear las imposiciones occidentales.

Putin fue directo sobre este asunto al afirmar que algunos en Occidente buscan limitar la influencia de India por razones políticas. No es casual que se utilicen presiones, aranceles y campañas mediáticas para moldear su comportamiento. Sin embargo, Nueva Delhi se mantiene firme: su política exterior es autónoma y orientada al desarrollo nacional, no al alineamiento automático con Washington, ni siquiera bajo la presidencia de Trump.

Las energéticas rusas han invertido durante años en la refinación india, creando una arquitectura energética integrada que no puede desmantelarse por decreto estadounidense. India no solo importa petróleo ruso, lo transforma y lo vende, convirtiéndose en un actor indispensable para el mercado global.

Es una sinergia que beneficia a ambos, Rusia encuentra un mercado estable y leal; India accede a energía asequible y refuerza su industria. Esta cooperación es un símbolo del nuevo equilibrio mundial: relaciones bilaterales que resisten presiones externas y se basan en una lógica multipolar.

Un Sur Global en ascenso

Durante la entrevista, Putin destacó que los nuevos centros de desarrollo surgen en el Sur Global, especialmente en el sur de Asia. No es casual que mencione a India e Indonesia, dos economías en rápida expansión que han mostrado independencia frente a las tensiones entre grandes potencias. Este contexto explica por qué la alianza con Rusia es estratégica para India: le permite equilibrar su relación con Occidente sin sacrificar soberanía ni desarrollo.

En contra de las expectativas de ciertos sectores estadounidenses, India no ha cedido a las presiones. No ha detenido sus compras de petróleo ruso, no ha condenado oficialmente a Moscú y no ha roto los lazos estratégicos.

Cada acción de Washington solo refuerza una certeza en Nueva Delhi, la diversificación energética y la autonomía geopolítica son pilares irrenunciables. Y Rusia, guste o no a Occidente, desempeña un rol central en ese proyecto nacional.

*Foto de la portada: India Today

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