Como Partido del Trabajo de México, comprometidos con la Cuarta Transformación consideramos que en este momento, a escala mundial, la cooperación de América Latina y el Caribe con la República de China es muy importante porque somos una de las regiones más afectadas por la pandemia de la Covid-19 en términos de desigualdad económica.
Recordemos que los proyectos de integración, buscan dotar a los países miembros de mejores condiciones de competitividad y fortaleza en el escenario internacional para el desarrollo de sus propias economías, fortaleciendo sus capacidades y ampliando sus oportunidades.
Las integraciones regionales también pueden ejercer un proteccionismo mediante el uso de elementos como las reglas de origen, como sucede en el regionalismo abierto, que se caracteriza por una gran apertura económica, pero no impide que se desarrolle un componente preferencial regional, particularmente cuando se busca la creación de economías de escala.
Por estas razones, cuando China y los Estados miembro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños acordaron firmar el Plan de Acción Conjunto para la Cooperación en Áreas Clave (2022-2024), se abrieron expectativas muy esperanzadoras para las partes.
El documento firmado, aborda la cooperación política y de seguridad donde ambas partes se comprometen a fortalecer los contactos y reuniones de alto nivel entre sus líderes y representantes, destacando que en 2024 se podría celebrar una cumbre del Foro China-Celac.
En momentos de tensiones geopolíticas mundiales, que ponen en peligro la paz y amenazan resolverse por medios bélicos, es muy tranquilizador el hecho de que la firma del acuerdo decida trabajar juntos para facilitar la implementación de la resolución 1540 de la ONU con el fin de «avanzar de manera efectiva en el desarme y la no proliferación de armas de destrucción masiva». Asimismo, buscarán luchar contra todas las formas de terrorismo y manifestaciones de delincuencia organizada transnacional, incluido el tráfico ilícito de armas, el lavado de dinero y la ciberdelincuencia.
Por otro lado, como parte del proceso de reactivación económica pospandemia, China y la Celac buscarán fortalecer los intercambios entre las entidades de promoción comercial y de inversiones y las asociaciones comerciales, así como promover la cooperación pragmática entre empresas.
China se ha comprometido a brindar un «apoyo clave» a proyectos estratégicos que beneficien el desarrollo económico y social sostenible de dichas naciones, sobre todo el de los pequeños Estados insulares en desarrollo, Estados bajos litorales y países del istmo centroamericano.
El acuerdo firmado afirma que las partes aspiran ampliar la cooperación agrícola bilateral y multilateral, fortalecer los intercambios científicos, tecnológicos y académicos, y mejorar los intercambios y la cooperación en el uso civil pacífico de la energía y la tecnología nucleares para promover el desarrollo económico y el bienestar de las personas, así como para enfrentar los retos que presenta el cambio climático.
En este sentido, destaca que los firmantes han acordado incrementar la cooperación en infraestructura digital, equipos de telecomunicaciones, 5G, big data, computación en la nube, inteligencia artificial, Internet de las cosas, ciudades inteligentes, entre otras cuestiones, además de explorar la construcción de laboratorios conjuntos.
Por otro lado, se comprometen a fortalecer los intercambios y la cooperación en el campo aeroespacial, la aviación civil, las políticas públicas en la industria energética y sus recursos, el turismo, el transporte y la protección ambiental. También han acordado intensificar el diálogo sobre políticas en salud pública, profundizar la solidaridad y la cooperación en lo que respecta a la pandemia del covid-19, erradicar la pobreza, promover el aprendizaje mutuo sobre las civilizaciones de China y los Estados que conforman la Celac y preservar la diversidad cultural.
Por último, el país asiático y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños aseguran que desean implementar de manera activa la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible con el objetivo de lograr un «desarrollo global más sólido, más verde y equilibrado, a fin de no dejar a nadie atrás»
El avance con la firma del acuerdo ratifica que la relación CELAC-China permite atender las necesidades y desafíos regionales más urgentes para el desarrollo, así como impulsar la cooperación regional en temas sectoriales como la Recuperación Económica pospandemia y la Estrategia Sanitaria Regional contra la Covid-19. Debe quedar claro que es totalmente legítimo que los países latinoamericanos busquen incrementar su relación con China y fomentar su comercio con la región asiática como una forma de diversificación.
Respecto al crecimiento de la presencia China en la región latinoamericana recordemos que desde su fundación en 2014, el Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) ha favorecido los objetivos estratégicos y de integración en esta región, y es uno de los pocos foros integradores que tiene una amplia visión geopolítica, donde los apoyos funcionan de manera fluida en la región, elevando la relación de CELAC con China a un nivel superior. Ha permitido que la potencia asiática comprenda mejor a nuestro continente que es muy heterogéneo, tanto desde la perspectiva económica y política-ideológica, como en lo social y cultural y ha permitido que algunos gobiernos depongan su actitud de distanciamiento para incorporarse de lleno a la colaboración.
En esta relación mutua, que se profundizará tras la firma de los acuerdos, ambos actores se benefician, porque China es un actor internacional importante e interesado en promover nuevos espacios de cooperación y por su parte la CELAC, considera a China como una economía pujante, proveedora de manufacturas y transferencia tecnológica. Y para la región ha venido siendo una poderosa fuente de inversión extranjera, la segunda del mundo en importancia a inicios del 2022.
Debemos destacar en este proceso integrador, el liderazgo del presidente chino, Xi Jinping, en las relaciones de China con América Latina y el Caribe, que ha demostrado la voluntad política de la dirigencia china para establecer nuevas maneras de relacionamiento tales como la comunidad con un futuro compartido para la humanidad o como la participación de CELAC en la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
La firma del acuerdo China-CELAC, está destinado a consolidar alianzas beneficiosas de largo aliento que van mucho más allá de la relación comercial, ya que está jugando un papel fundamental en el fortalecimiento del multilateralismo, en especial porque China no tiene pretensiones hegemónicas, sino que solamente busca promover la paz internacional mediante mecanismos de cooperación, actuando responsablemente como un socio comercial confiable. La CELAC a su vez debe esforzarse para trabajar de manera coordinada consolidando la integración del área CELAC como una plataforma intergubernamental capaz de trazar el marco general integrador de proyectos de infraestructura y conectividad entre otros.
Algunas cifras que ratifican lo señalado son por ejemplo: En los primeros seis meses del 2021, las exportaciones peruanas a China sumaron 8.441 millones de dólares, significando un incremento de 94,7 por ciento con relación al mismo lapso del 2020. Al cierre del 2020, el intercambio comercial entre China y América Latina fue de 305.000 millones de dólares, lo que representó un aumento de 18 por ciento respecto a la cifra de 2015, cuando se celebró la primera reunión ministerial del Foro. Sin embargo, solo en el primer semestre de este 2021, el volumen de intercambio comercial totalizó 203.000 millones de dólares, equivalente a un 45,6 por ciento más en comparación con el mismo período del año pasado, según las estadísticas publicadas por la Administración General de Aduanas de China. En el caso de las inversiones, el ‘stock’ de inversión china en América del Sur, entre 2005 y 2021, fue de 180.000 millones de dólares, siendo Brasil el mayor receptor con 70.000 millones de dólares y Perú con 30.000 millones de dólares.
No podemos dejar de destacar el concepto que tiene el presidente Xi Jinping respecto a la CELAC que ha señalado: «La historia nos ha enseñado que el camino acertado para la humanidad es el de paz y desarrollo, equidad y justicia, y cooperación de ganancias compartidas. Siendo por igual países en desarrollo, China y países de ALC somos socios de cooperación integral de igualdad, beneficios mutuos y desarrollo común, y estamos estrechamente unidos por la aspiración compartida de procurar la independencia, el desarrollo y la revigorización».
China atribuye suma importancia al desarrollo de las relaciones con la CELAC, y apoya a la CELAC en coordinación con los países de la región para desarrollar la cooperación y afrontar los desafíos. El presidente Xi adelantó una perspectiva de lo que a su juicio podrá llegar a generar esta iniciativa: «vamos a plasmar un nuevo plan maestro de la construcción conjunta de la Franja y la Ruta y forjar una ruta de cooperación transpacífica, con vistas a conectar y estrechar aún más nuestras fecundas tierras de China y América Latina y el Caribe, dando inicio a una flamante era de nuestros vínculos».
Nosotros no podemos más que estar de acuerdo con esta visión de futuro y estamos seguros que la Cuarta Transformación estará a la altura de este proceso de cooperación internacional. Así lo demostró México cuando estuvo a la cabeza de CELAC y lo reiteró al hacer entrega de la presidencia a Argentina, que estamos seguros mantendrá esa política de integración interregional y de búsqueda del desarrollo con respeto total a la Soberanía de nuestras naciones.
Notas:
*Diputado del Partido del Trabajo de México, PT
Fuente: https://unitedworldint.com/