Lo que sucede en Europa es la tormenta perfecta: la inflación más alta desde que se puso en circulación el euro, un estancamiento económico a causa de la pandemia y la crisis de energéticos debido al conflicto en Ucrania.
Todo ello, dicen expertos consultados por Sputnik, ha debilitado paulatinamente al euro, que desde 2002 no había registrado menos valor que el dólar. Y esto, en términos simbólicos, puede interpretarse como otra derrota para el bloque europeo en el mapa geopolítico mundial.
El valor de una moneda está determinado por varios factores. Uno de ellos es la balanza comercial, es decir, las exportaciones y las importaciones de un país, asegura Víctor Aramburu, experto mexicano en desarrollo económico con una maestría en la London School of Economics.
La crisis sanitaria del coronavirus, dice, provocó que los flujos comerciales se detuvieran o se volvieran más lentos en todo el mundo, con lo cual disminuyeron las exportaciones de la zona euro. La consecuencia directa fue que el euro se depreciara poco a poco. Una situación que se agravó sustancialmente con el conflicto en Ucrania, afirma.
«En estos momentos, lo que más determina [el valor del euro] es la balanza comercial de la Unión Europea, sobre todo lo que tiene que ver con las importaciones de gas, fertilizantes y algunos granos desde Rusia y Ucrania. Todos estos insumos se han encarecido y se siguen encareciendo debido a la escasez y a las sanciones a Rusia», explica el también académico del Tecnológico de Monterrey.
La crisis de los energéticos es un factor decisivo en el comportamiento del tipo de cambio de las divisas internacionales. Las sanciones económicas a Moscú han provocado un alza generalizada en los precios del crudo y sus derivados. Por ello, la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) han tenido que desembolsar más euros para comprar gas y energéticos en otros mercados a precios más altos. «Esto es lo que le está pegando al euro, lo vemos en el tipo de cambio frente al dólar», apunta Aramburu.
«La depreciación del euro tiene mucho que ver con los riesgos de una posible recesión y con las presiones inflacionarias. Justo esta semana, la Comisión Europea rebajó sus estimaciones de crecimiento para el PIB a 2,7% y elevó sus estimaciones de inflación para fin de año a 6,1%. El miedo a una recesión y la incertidumbre por la escasez energética está provocando que el mercado se esté refugiando en dólares», comenta Irasema Andrés Dagnini, economista de la Universidad Autónoma de Metropolitana (UAM) y colaboradora en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Analistas de distintas casas de bolsa del mundo, como Monex y Standard & Poor’s, han advertido desde hace meses sobre la pérdida de valor del euro frente al dólar debido a la crisis en Europa del Este.
En abril pasado, a sólo un mes de que estallara el conflicto ucraniano, analistas de OANDA aseguraron que la suspensión de las entregas de gas ruso a suelo europeo estaba «destrozando los nervios del mercado». El miedo a que la crisis escale es una realidad entre los inversionistas a nivel global. Los precios al consumidor han subido en prácticamente todos los países miembros de la UE. Desde que comenzó la pandemia, la inflación del bloque ha ido al alza. En junio se ubicó en 8,6%, su tasa más alta desde que se creó la zona euro.
El conflicto en Ucrania —que por motivos geográficos y dependencia energética afecta más a la Unión Europea que a Estados Unidos— ha propiciado que el dólar se convierta en uno de los refugios preferidos por los mercados. «Los inversionistas van a mover capitales en función de mayor rentabilidad. Y en este caso, lo van a hacer al menor riesgo posible», señala Andrés Dagnini.
Víctor Aramburu señala que el debilitamiento económico de Alemania —la gran potencia económica de la UE— ha influido en la depreciación del euro.
«Recordemos que Alemania cerró sus plantas nucleares, entonces depende todavía más de las importaciones de energéticos [provenientes de Rusia]. Y si tomamos en cuenta que la alemana es la economía de la Unión Europea que más exporta, nos podemos explicar por qué el euro ha perdido valor frente a otras divisas, no sólo frente al dólar», explica el economista de la London School of Economics.
En mayo, Alemania registró una tasa de inflación interanual de 7,9%, la mayor en casi medio siglo. «Las principales razones de la elevada inflación siguen siendo los aumentos de precio de los productos energéticos», reconoció en su momento, Georg Thiel, presidente de la Oficina Federal de Estadística del país germano.
Sin embargo, en los últimos días, el Gobierno alemán anunció que había logrado contener la presión inflacionaria, al bajarla de 7,9% a 7,6%, gracias a que las autoridades impusieron menores impuestos a los combustibles y se bajaron los precios del transporte público.
Pero ni siquiera esta estrategia alemana evitará que el Banco Central Europeo suba sus tasas de interés por primera vez en más de 10 años, según Bloomberg, lo cual quiere decir que, quizá, la tormenta apenas comience.
Artículo publicado en Sputnik.
Foto de portada: © AP Photo / Michael Probst