El Presidente Joe Biden está intentando aumentar el comercio con América Latina, reuniéndose el jueves con los mandatarios de la República Dominicana y Chile como parte de un esfuerzo más amplio para interrumpir el dominio de China en el sector manufacturero mundial.
El presidente demócrata recibirá el viernes a líderes nacionales de todo el hemisferio occidental en la primera Cumbre de Líderes de la Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica. El evento fue anunciado el año pasado en la Cumbre de las Américas en Los Ángeles, ya que Biden ha convertido en una prioridad ampliar las alianzas de Estados Unidos para contrarrestar a competidores como China y rivales como Rusia.
“El pueblo dominicano es vuestro amigo. El pueblo dominicano es su aliado”, dijo el presidente dominicano, Luis Abinader, a Biden en el Despacho Oval.
Biden afirmó que los dos países colaboran en el crecimiento económico y comparten valores para acabar con la corrupción.
La Secretaria del Tesoro, Janet Yellen, esbozó los objetivos de la administración Biden en un discurso pronunciado el jueves en el Banco Interamericano de Desarrollo. Estados Unidos quiere diversificar las cadenas de suministro con “socios y aliados de confianza”, una estrategia que, según ella, tiene “enormes beneficios potenciales para impulsar el crecimiento en América Latina y el Caribe”.
Yellen, que habla habitualmente de su estrategia de friendshoring para aumentar la resistencia de la cadena de suministro trabajando principalmente con naciones amigas en contraposición a rivales geopolíticos como China, expuso el jueves en el banco de desarrollo su visión de las nuevas inversiones estadounidenses en Sudamérica.
Las empresas latinoamericanas “tendrán cada vez más la oportunidad de liderar en nuevas áreas de energía limpia, por ejemplo, ayudando a crear cadenas de suministro verticales mediante el uso de litio extraído localmente en la producción local de baterías”, dijo Yellen.
“Las empresas de equipos médicos y farmacéuticos pueden crecer e innovar para satisfacer la creciente demanda”, dijo Yellen, y los trabajadores cualificados pueden producir los chips de automoción necesarios para los vehículos eléctricos.
El Banco Interamericano de Desarrollo, que es el mayor prestamista multilateral para América Latina, apoyaría nuevos proyectos mediante subvenciones, préstamos y nuevos programas. Estados Unidos es el mayor accionista del banco, con un 30% de los derechos de voto.
Cada vez más, los responsables políticos estadounidenses han expresado su preocupación por la influencia de China en el banco. Aunque la superpotencia asiática posee menos del 0,1% de los derechos de voto, tiene grandes participaciones económicas en algunos de los 48 países miembros del banco.
Según un análisis del Centro de Políticas de Desarrollo Global de la Universidad de Boston, en 2022 el comercio de América Latina y el Caribe con China alcanzó niveles récord, exportando unos 184.000 millones de dólares en bienes a China e importando unos 265.000 millones de dólares en bienes.
Y las relaciones diplomáticas entre América Latina y China también han aumentado. En marzo, Honduras cortó sus lazos diplomáticos con Taiwán en favor de China, siguiendo los pasos de El Salvador, Nicaragua, Panamá y la República Dominicana en dar la espalda a Taiwán. China reclama Taiwán como territorio propio y cada vez envía más barcos y aviones de guerra a través del estrecho de Taiwán, en un intento de intimidar a sus 23 millones de habitantes, firmes partidarios del statu quo de la independencia de facto.
El presidente del BID, Ilan Goldfajn, declaró a The Associated Press que Estados Unidos sigue siendo uno de los miembros más influyentes del banco.
“Siempre que tenemos una empresa estadounidense en el proceso de licitación, la probabilidad de ganar es del 70 al 80%”, dijo. “Así que lo que necesitamos es que participen más empresas estadounidenses. Pero si no participan, esto abre la puerta a cualquiera” para invertir en América Latina.
Los legisladores estadounidenses propusieron este año la Ley de Transparencia del Banco Interamericano de Desarrollo, que exigiría al Departamento del Tesoro emitir un informe cada dos años sobre el alcance y la escala de la influencia y participación china en todos los aspectos del banco, incluida una lista de los proyectos financiados por China y un plan de acción para que Estados Unidos reduzca la participación china en el banco. El proyecto de ley no ha salido de la comisión.
América Latina será una región en la que se centrará más la atención el próximo año, cuando Brasil asuma la presidencia del foro internacional del Grupo de los 20.
Un funcionario del Tesoro dijo a la AP que Yellen viajará con frecuencia a Sudamérica y Latinoamérica durante el próximo año, debido a la presidencia brasileña del G-20.
*Fatima Hussain es periodista y corresponsal en el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Cubre política fiscal, las sanciones y cualquier tema relacionado con el dinero.
Este artículo fue publicado por Associated Press.
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