El reciente retorno de John Dramani Mahama a la presidencia de Ghana, tras las elecciones de diciembre de 2024, marca un momento crucial no solo para su país, sino también para la región del Sahel y África Occidental en general. Con una economía debilitada, tensiones sociales y una creciente inseguridad en la región, su liderazgo tiene el potencial de influir significativamente en los eventos tanto dentro como fuera de las fronteras de Ghana.
«Habiendo sido elegido para el alto cargo de presidente de la República de Ghana, juro en nombre de Dios que seré fiel y leal a la República de Ghana», afirmó Mahama ante la jefa del Poder Judicial ghanés, Gertrude Tokornoo.
Las palabras del nuevo presidente, líder del Congreso Nacional Demócrata (NDC, de centro-izquierda), estuvieron seguidas por la toma de posesión como vicepresidenta Naana Jane Opoku-Agyemang, la primera mujer en ocupar ese cargo de la historia de Ghana, una de las democracias más estables de África.
Un regreso en tiempos difíciles
La victoria de Mahama representa un nuevo mandato para un líder que ya ha dejado su huella en la historia política de Ghana. Tras ocupar la presidencia entre 2012 y 2017, su gobierno estuvo marcado por el desarrollo de infraestructuras y reformas educativas, pero también por acusaciones de corrupción y dificultades económicas. Ahora, enfrenta un contexto aún más desafiante: una crisis económica aguda, con una deuda pública elevada y una inflación creciente, que ha erosionado el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Mahama ha prometido renegociar el acuerdo existente con el Fondo Monetario Internacional (FMI), simplificar las regulaciones para fomentar la inversión extranjera y priorizar el desarrollo sostenible. Estas medidas no solo buscan estabilizar la economía interna, sino también posicionar a Ghana como un socio confiable en el
PJohn Dramani Mahama es un político experimentado, escritor y comunicador que se ha consolidado como una figura central en la historia contemporánea de Ghana. Nacido el 29 de noviembre de 1958 en Damongo, en la región del norte de Ghana, proviene de una familia influyente. Es miembro del Congreso Nacional Democrático (NDC), uno de los principales partidos políticos de Ghana. Antes de asumir la presidencia por primera vez en 2012, fue vicepresidente bajo el mandato de John Atta Mills y también ocupó cargos clave como Ministro de Comunicaciones y parlamentario.
Durante su primer mandato presidencial (2012-2017), Mahama impulsó importantes proyectos de infraestructura, incluyendo carreteras, escuelas y electrificación rural, pero también enfrentó críticas por problemas de corrupción y un manejo desigual de la economía. Su regreso al poder se da en un contexto donde Ghana enfrenta una inflación anual superior al 30% (según datos de 2023), un alto nivel de desempleo juvenil y una deuda pública que supera el 100% del PIB. Este desafío económico, combinado con el descontento social, pone a prueba su capacidad para implementar reformas estructurales sostenibles.
Mahama es conocido por su estilo de liderazgo pragmático y su habilidad para comunicarse con diversos sectores de la sociedad. También ha defendido una agenda de inclusión social, priorizando la educación y el acceso a servicios básicos. Con su experiencia política y su compromiso con el desarrollo sostenible, busca restaurar la confianza del pueblo ghanés y liderar al país hacia una mayor estabilidad y prosperidad.
La influencia de Ghana en África Occidental
Ghana es considerada uno de los pilares democráticos de África Occidental. La elección de Mahama reafirma la madurez política del país, que ha sido testigo de transiciones democráticas pacíficas desde el inicio de la Cuarta República en 1992. En un momento en que varios países de la región enfrentan crisis políticas y golpes de Estado, como Burkina Faso, Malí y Níger, el liderazgo de Mahama podría fortalecer los valores democráticos y fomentar la estabilidad regional.
Según el Banco Mundial, Ghana es la segunda mayor economía de África Occidental después de Nigeria, con un PIB estimado de $88,000 millones en 2023. Esta posición le otorga un peso económico significativo en la región. Además, el país se ubica entre los cinco primeros en el Índice Ibrahim de Gobernanza Africana, lo que refleja su fortaleza en instituciones democráticas y gobernanza.
Ghana también alberga la sede del Acuerdo de Libre Comercio Continental Africano (AfCFTA), una iniciativa clave para la integración económica africana. Esto posiciona al país como un actor estratégico en la promoción del comercio intraafricano, algo que podría fortalecer la cooperación con países del Sahel.
En Burkina Faso, Malí y Níger, el surgimiento de liderazgos progresistas ha desafiado el status quo establecido por décadas de influencia de las potencias extranjeras, particularmente Francia. Estos gobiernos han adoptado posiciones más independientes, priorizando políticas que buscan romper con el modelo de dependencia conocido como «Franafrique». Este cambio también ha sido respaldado por las decisiones recientes de Chad y Costa de Marfil, quienes también han comenzado a redefinir sus relaciones con Francia y otros actores globales.
En este contexto, Ghana podría jugar un papel mediador y equilibrador, promoviendo un enfoque inclusivo que combine la independencia política y económica con la cooperación regional. La experiencia democrática de Ghana, junto con su compromiso con la estabilidad, lo posiciona como un líder natural en estas discusiones.
Posibles acuerdos y asociaciones con el Sahel
John Mahama mantuvo un breve dialogo con Ibrahim Traoré durante su asunción allí le expresó: «En mi juventud conocí a Thomas (Sankara). Mi generación lo admiró profundamente. Me alegra ver qué sus ideas estén tan vivas y en manos de jóvenes como usted. Espero que trabajemos como naciones hermanas. Nuestro continente lo necesita».
El Sahel, una región marcada por conflictos, pobreza extrema y cambio climático, necesita un liderazgo coordinado para superar sus retos. Bajo la presidencia de Mahama, Ghana podría desempeñar un papel más activo en:
Seguridad regional: Mahama podría impulsar acuerdos de colaboración militar y de inteligencia con países del Sahel para combatir el terrorismo y el crimen organizado. La participación de Ghana en organizaciones como la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) y la Unión Africana será crucial en este aspecto. Ghana podría destinar recursos adicionales a iniciativas como la Iniciativa de Seguridad del Sahel, que busca combatir la insurgencia extremista. Actualmente, el Sahel enfrenta una crisis humanitaria con más de 4,8 millones de personas desplazadas, según la ONU, destacando la urgencia de estas acciones.
Cooperación económica: Ghana podría liderar esfuerzos para establecer corredores comerciales que conecten su puerto de Tema con países sin salida al mar como Burkina Faso, Malí y Níger. Según el Banco Africano de Desarrollo (AfDB), estas mejoras podrían aumentar el comercio regional en un 25%. Además, Ghana podría ofrecer acuerdos comerciales más equitativos en sectores como la minería, la agricultura y la energía.
Cambio climático y sostenibilidad: La desertificación afecta al 40% del territorio del Sahel, lo que genera inseguridad alimentaria. Ghana ha avanzado en programas de reforestación que podrían integrarse con iniciativas como la Gran Muralla Verde, un proyecto panafricano que busca restaurar 100 millones de hectáreas de tierra degradada para 2030. Este tipo de colaboración podría mitigar los efectos del cambio climático y mejorar la seguridad alimentaria en la región.
Desafíos y oportunidades
El liderazgo de Mahama no estará exento de dificultades. La economía de Ghana necesita reformas urgentes, y el éxito de su presidencia dependerá en gran medida de su capacidad para cumplir con las altas expectativas de la ciudadanía. Además, el impacto de las decisiones políticas en la estabilidad y el desarrollo del Sahel también pondrá a prueba su visión y habilidades diplomáticas.
Sin embargo, si logra consolidar la economía de Ghana y establecer lazos más fuertes con sus vecinos, Mahama podría dejar un legado duradero, no solo como un líder nacional, sino como un actor clave en la transformación de África Occidental. Su regreso a la presidencia representa una nueva oportunidad para reafirmar el papel de Ghana como un modelo de estabilidad y progreso en una región llena de retos.
*Beto Cremonte, Docente, profesor de Comunicación social y periodismo, egresado de la UNLP, Licenciado en Comunicación Social, UNLP, estudiante avanzado en la Tecnicatura superior universitaria de Comunicación pública y política. FPyCS UNLP.