Es la elección número 22 que se celebra en Venezuela desde la llegada al poder de la Revolución Bolivariana con Hugo Chávez Frías. La derecha golpista, con cada vez menos apoyo electoral, construye la imagen de fraude. ¿Derrota tras derrota, de las elecciones a las guarimbas, ida y vuelta?
La participación en la elecciones regionales se ubicó en 61,14%, informó la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, durante la lectura del primer boletín de resultados divulgados la noche de este domingo.
La cifra de participación es histórica porque supera la asistencia a las urnas en los comicios regionales de 2012 (53%).
Quedaron en manos del chavismo los estados Amazonas, Apure, Aragua, Barinas, Carabobo, Cojedes, Falcón, Guárico, Lara, Miranda, Monagas, Portuguesa, Sucre, Trujillo, Yaracuy, Delta Amacuro y Vargas. La oposición obtuvo las gobernaciones de Anzoátegui, Táchira, Mérida, Nueva Esparta y Zulia.
Desde el gobierno y los sectores chavistas remarcan el éxito de haber organizado con eficiencia y seguridad, con todas las garantías, un proceso electoral tan complejo. El silencio de la prensa hegemónica internacional es notable. Antes y después de los resultados.
Oposición pierde sus bastiones históricos
Entre las gobernaciones que ganó el chavismo destacan tres bastiones históricos de la oposición: Lara, Miranda y Amazonas, desde hace años utilizadas como plataformas para la construcción de liderazgos opositores, especialmente para Henri Falcón y Henrique Capriles.
El estado de Miranda fue gobernado desde 2008 por Henrique Capriles Radonski quien intentó dos veces llegar a la Presidencia de la República pero fue derrotado en las urnas por el comandante Chávez y por Nicolás Maduro. Miranda es uno de los estados donde se registra mayor número de hechos violentos, especialmente en el municipio Sucre. Capriles, condenado por cometer ilícitos administrativos en los años 2011 a 2013 fue inhabilitado para ejercer cargos en la política durante los próximos 15 años.
Durante los peores meses de la agenda de violencia de la oposición, el estado de Lara fue uno de los más afectados por el asedio a institución estatales, destrucción de estructura de los programas sociales como las misiones Mercal y Nevado. En Lara fue asesinado por linchamiento del teniente retirado de la Guardia Nacional Bolivariana Danny José Subero, durante una manifestación en Valle Hondo.
En Amazonas la población expulsó a su gobernador de la MUD, Liborio Garulla, quien estuvo vinculado en compra de votos y fraude electoral, abandono de funciones, corrupción, participación en planes de sabotaje y guarimbas en 2013, cuando junto a un grupo de 70 personas trató de sabotear el encuentro entre Maduro y el presidente de Colombia Juan Manuel Santos en ese año, en la zona de Puerto Ayacucho. Por todo esto fue inhabilitado para asumir cargos públicos por los próximos 15 años.
Declaraciones de Nicolás Maduro
El presidente venezolano señaló que el proceso electoral, de acuerdo con reportes a esta hora, es un éxito total que refleja «el triunfo de la democracia, de la Constitución, de las libertades públicas y de la Venezuela libre».
Desde Miraflores sostuvo «Como nosotros tenemos plena fe en la transparencia electoral yo le pido, como jefe de Estado, a la Asamblea Nacional Constituyente que ordene una auditoría de todo el proceso electoral de la A a la Z. Una auditoría completa del 100% de las papeletas».
Remarcó que «Las elecciones regionales son un paso más dentro del proceso constituyente para la consolidación de la paz» para avanzar luego «en la recuperación de la prosperidad económica que la Revolución Bolivariana trajo a Venezuela».
Recordó que «La Asamblea Nacional Constituyente está fijando la pauta, la agenda, en función de consolidar el proceso de paz».
«No ha habido ni un solo incidente. Es un proceso electoral en paz, perfecto, ejemplar» subrayando que Venezuela cuenta con «el mejor sistema electoral, el más completo y confiable del mundo».
Asimismo señaló que el poder Ejecutivo pudo atraer a los sectores de oposición al terreno democrático, y las elecciones regionales son prueba de ello.
Resta ver la actitud de la Mesa de Unidad Democrática ante el desafío de tener que aceptar otra derrota política, esta vez en el terreno electoral.