Lo que alguna vez fue una alianza firme, aunque no exenta de tensiones, ahora se desploma ante la incapacidad de reconciliar visiones sobre la guerra en Ucrania. La diplomacia gala, encarnada en Emmanuel Macron, vuelve de Washington humillada y sin respuestas claras. El caos resultante, al igual que la lluvia incesante de Verlaine, amenaza con convertirse en una tormenta que sacuda los cimientos de la estabilidad europea.
La reciente visita del presidente de Francia, Emmanuel Macron, a Washington ha dejado en evidencia la profunda grieta que separa a Europa de la nueva política exterior de Estados Unidos. Macron, quien intentó persuadir a su homólogo estadounidense, Donald Trump, de modificar su postura sobre el conflicto en Ucrania, regresó a París humillado y sin haber logrado su objetivo. Medios británicos han destacado el fracaso del mandatario francés en su intento de alinear la visión europea con la de la Casa Blanca
En el pasado, Emmanuel Macron fue considerado el ‘encantador europeo de Trump’, logrando cierta cercanía con el exmandatario estadounidense. Sin embargo, esta vez sus intentos de influencia se encontraron con una barrera infranqueable. Según The Guardian, “Estados Unidos y Europa siguen estando a un océano de distancia” en lo que respecta a la política hacia Rusia y Ucrania
El giro de la Casa Blanca hacia una supuesta “relación más estrecha” con el presidente ruso, Vladímir Putin, ha generado una tensión palpable entre Washington y sus aliados europeos. Esta ruptura se reflejó de manera contundente en la votación del Consejo de Seguridad de la ONU del 24 de febrero, cuando, por primera vez desde el inicio de la operación militar rusa en Ucrania, EE.UU. y Rusia votaron juntos a favor de una resolución. Diez países, incluida China, respaldaron el documento, mientras que Francia y el Reino Unido optaron por la abstención
“Trump humilló a Macron”
Los medios franceses han intentado suavizar el impacto de la visita, insistiendo en que Macron ha reavivado su “romance político” con Trump. No obstante, The Spectator ofrece una lectura distinta: la visita del presidente francés a la Casa Blanca estuvo cuidadosamente diseñada para dejar en claro su posición secundaria frente a Trump.
Desde el desaire de no ser recibido a las puertas de la residencia presidencial hasta la frialdad en las declaraciones conjuntas, todo indicó que Washington no está dispuesto a modificar su estrategia a instancias de París.
Macron también sufrió una humillación simbólica cuando Trump le indicó que se sentara en una esquina de su escritorio en el Despacho Oval, mientras él ocupaba el centro junto a su vicepresidente, James D. Vance.
Además, un video viralizado en redes sociales captó el momento en que el rostro del presidente francés cambió drásticamente al escuchar a Trump negarse a calificar a Putin de “dictador” y sugerir que hay oportunidades para alcanzar un acuerdo de paz.
Europa ante una encrucijada
El fracaso de Macron en influir en Trump deja a Europa en una situación incierta. La estrategia de la Casa Blanca apunta a negociaciones directas con Moscú, lo que aleja a las potencias europeas de un papel central en la resolución del conflicto ucraniano.
El primer ministro británico, Keir Starmer, quien seguirá los pasos de Macron con una visita a Washington, enfrentará un desafío similar: convencer a Trump de no avanzar en un alto el fuego con Rusia sin involucrar a los aliados europeos.
Macron y Starmer buscarán garantizar que Europa siga teniendo un rol en la seguridad de Ucrania y en la discusión de las garantías militares para el ilegitimo régimen de Kiev. Sin embargo, las señales que emanan de la Casa Blanca sugieren que Trump no está dispuesto a sacrificar su visión de un reequilibrio global en favor de la posición europea.
La fractura entre Francia y Estados Unidos es más que un simple desacuerdo diplomático; es un símbolo del cambio de era en la geopolítica mundial. Europa se enfrenta a un dilema crucial: insistir en su política de confrontación con Rusia o adaptarse a la nueva realidad impuesta por Washington. Mientras Trump redefine la posición de EE.UU. en el mundo, la reacción de Europa determinará su relevancia en el escenario global de los próximos años.
*Foto de la portada: © Getty Images via AFP