Introducción
Este comportamiento de gran parte de la población no es un hecho aislado, sino algo ya muy habitual en las elecciones burguesas. Las mayúsculas abstenciones que se vienen produciendo en los países capitalistas, no hacen sino corroborar que sus antidemocráticos sistemas están absolutamente deslegitimados.
Siempre buscarán alguna escusa, sin embargo (que si la pandemia, que…), para intentar ocultar lo inocultable: que, por extremadamente injustos, sus “maravillosos” sistemas están agotados.
A la población perteneciente a la clase obrera (la gran mayoría) le corresponde despertar de su letargo (en Francia y en gran parte del mundo), y eliminar los insultantes privilegios de una minoría explotadora que no cesa de apretar el cuello de sus explotados. Revertir la situación es una prioridad urgente e ineludible. Pongámonos manos a la obra antes de que sea tarde.
La noticia
La elevada abstención del 66% marcó en el día de ayer, domingo, la primera vuelta de las elecciones regionales en Francia, en la que, según proyecciones de encuestadoras, el tradicional partido conservador francés, el Republicano, habría obtenido el mayor número de votos, mientras que el partido ultraderechista de Marine Le Pen tuvo un resultado más bajo del esperado.
Las elecciones fueron marcadas por una escasa participación de apenas 34%, para una abstención de 66%, y los temas de campaña fueron primordialmente económicos y de seguridad.
Solo habría votado uno de cada tres franceses con derecho a votar según los sondeos. Para una primera vuelta de las elecciones regionales, no hay precedentes en Francia. La abstención ahora estaría muy por encima del 50% en las elecciones de 2015.
En esta jornada, 48 millones de ciudadanos estaban llamados a las urnas. Quienes votaron lo hicieron para elegir a representantes en 13 regiones y cinco territorios de ultramar.
Las elecciones regionales por lo general giran en torno a temas locales, pero hay quienes las consideran un presagio de las nacionales que tendrán lugar el año próximo.
Tres agencias encuestadoras proyectan que el partido conservador tradicional, el Republicano, obtendrá la mayor cantidad de votos con entre 26-28%. De segundo quedaba el ultraderechista Agrupación Nacional de Le Pen, que iba adelante en días recientes a raíz de sus posturas duras contra la inmigración y por fuertes medidas de seguridad.
Detrás estarían el Partido Socialista y sus dos aliados: el Partido Verde y el República en Movimiento, del presidente Emmanuel Macron.
Los partidos que obtengan más del 10% de los votos avanzan a una segunda vuelta el 27 de junio. Una gran interrogante es si los franceses cerrarán filas detrás de un candidato para bloquear al movimiento de Le Pen como lo han hecho en el pasado.
Las encuestas apuntan a que la formación de extrema derecha de Le Pen podría ganar en seis de las regiones. Su partido Agrupación Nacional conseguiría, según los sondeos, la región de la Provenza-Alpes- Costa Azul, donde se encuentra Marsella, la segunda ciudad más poblada del país.
La política nacional pesa en las estrategias de los partidos ya que las presidenciales se celebran el próximo año y se prevé una ardua negociación entre el resto de partidos para ver quien se presenta en las distintas regiones para recibir el voto en la segunda vuelta.
El lunes a las 18.00 horas concluye el plazo de presentación de candidaturas a la segunda vuelta.
Una victoria del RN en la región PACA (Provenza-Alpes-Costa Azul) le situaría en una dinámica ganadora de cara a la presidencial de primavera de 2022. De hecho, los sondeos prevén que Le Pen volverá a disputar la jefatura del Estado con Macron, con una victoria mucho más ajustada para este último que la de 2017.
En las regionales de 2015, la derecha (LR) logro seis regiones, el Partido Socialista (PS) logró cinco, el centrista UDI una más, mientras que Córcega quedó en manos de los regionalistas.
Artículo publicado en Insurgente.
Foto de portada: Elecciones regionales en Francia, marcadas por una alta abstención este domingo – Foto: AP.
