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Finanzas globales versus energía global: ¿quién saldrá victorioso?

Por Karin Kneissl* –
Para comprender realmente el núcleo del conflicto en Ucrania, uno debe analizar la confrontación de la siguiente manera: Estados Unidos y sus aliados europeos, que representan al sector financiero mundial, están esencialmente comprometidos en una batalla contra los países productores de energía.

El 6 de octubre, cuando la Unión Europea acordó imponer un tope al precio del petróleo ruso, los 23 ministros de la OPEP+, se pronunciaron a favor de un fuerte recorte en la cuota de producción.

La decisión de reducir en unos dos millones de barriles la producción de petróleo, por día, provocó una fuerte reacción en los Estados Unidos, donde incluso se habló de una virtual «declaración de guerra».

En este otro lado del Atlántico, una Europa descolocada se lamenta ya que los recortes de la OPEP+ podrían hacer subir los precios del combustible, debilitar sus economías y debilitar los ocho paquetes de sanciones contra Rusia. Y mientras la narrativa oficial nos remacha que “el mundo avanza hacia una era posterior al petróleo», parece que todavía deberíamos aplicar un viejo adagio alemán «tiene mucha vida el perro viejo”, ya que la OPEP sigue siendo importante.

La OPEP es tan relevante como siempre

La OPEP y los diez productores de energía que no pertenecen a la OPEP original, incluída Rusia, han estado coordinando sus políticas desde diciembre de 2016. Esto a pesar que nuestros «especialistas» declararon que el formato “OPEP-plus” tenía pocas posibilidades de supervivencia.

Recuerdo, con cierta vergüenza, las burlas de aquellos que despreciaron el anuncio de la ampliación de la OPEP que hizo su Secretaría General en Viena. Hoy no sé qué están pensando estos importantes políticos pero, lo cierto es que la OPEP+ ha capeado todas las tempestades y se ha convertido en un actor clave en el mercado de la energía.

La OPEP vivió una situación difícil en la primavera de 2020 como consecuencia del confinamiento mundial producto de la pandemia: el comercio de futuros del petróleo se cotizó a precios negativos, sin embargo, «voilá» estos valores volvieron a subir a máximos en abril de 2021.

A diferencia de las crisis del mercado petrolero, entre 1973 y 1985, cuando no había consenso en la OPEP y muchos periodistas se apresuraron a escribir el obituario de la organización, hoy antiguos rivales como Arabia Saudita y Rusia han logrado hacer converger sus intereses con acuerdos que están cambiando el mundo. En aquellos días, todos sabíamos que RIAD tenía en cuenta en primer lugar la opinión y los intereses de Washington: bastaba una sola llamada telefónica desde la capital de Estados Unidos.

A principios de la década de 1970 cuando la compañía petrolera estadounidense ARAMCO fue nacionalizada por el reino alauita los gobernantes de Arabia Saudita se comprometieron con una suculenta compensación económica a los EEUU: un simple apretón de manos selló la transacción. Entonces, la era de las “Siete Hermanas”, el Cartel de Compañías Petroleras que se repartían el mercado mundial, llegó a su fin.

Ha pasado mucho tiempo, sin embargo para ciertos políticos estadounidenses, al menos psicológicamente, esta era dorada aún persiste. “Es nuestro petróleo”, es la expresión que a menudo escucho pronunciar en Washington. Esas voces fueron particularmente fuertes durante la invasión de Irak en 2003.

Mercado financiero versus mercado energético

Para comprender realmente el núcleo del conflicto en Ucrania, uno debe analizar la confrontación de la siguiente manera: Estados Unidos y sus aliados europeos, que representan al sector financiero mundial, están esencialmente comprometidos en una batalla contra los países productores de energía.

En los últimos años, hemos visto lo fácil que ha sido para los gobiernos occidentales imprimir papel moneda, sólo en 2022, Estados Unidos ha impreso más dólares que en todas su historia. La energía, está muy claro, no se puede imprimir. Y aquí radica un problema existencial para Washington: el sector de las materias primas puede prevalecer sobre su industria financiera

En mi libro escrito en 2005 “The Energy Poker” traté la cuestión de la moneda y entre otros asuntos, pregunte a los líderes de los países del golfo: ¿seguirán comercializando el petróleo en dólares estadounidenses? Mis interlocutores de la OPEP respondieron unánimemente que NO, que no cambiarían al dólar estadounidense para las transacciones del oro negro. Sin embargo, 17 años después, esa visión está cambiando radicalmente.

Riad está interesado en comerciar petróleo en otras monedas, así lo hizo saber a China hace ya algún tiempo. En correspondencia con este propósito los saudíes – como otros estados de Asia Occidental y del Sur Global- han optado por ignorar las sanciones occidentales contra Moscú y se están preparando, con una intensa actividad diplomática, para construir un nuevo orden internacional multipolar.

Mientras tanto, Washington hoy no tiene la capacidad de ejercer la influencia que ejercía sin contrapesos sobre la OPEP, más aún cuando la organización se ha posicionado políticamente. Ya no es la OPEP a seca ahora la OPEP +.

Estados Unidos reacciona: Entre el desafío y la ira

La decisión de la OPEP+, del 6 de octubre pasado, fue un claro aviso que da cuenta de estas nuevas circunstancias mundiales. Las tensiones entre dos visiones del mundo se manifestaron de inmediato en la conferencia de prensa posterior a la reunión, donde el Ministro Saudita puso en su lugar a los periodistas estadounidenses que atacaron a la OPEP + por “tener a la economía mundial como rehén”.

Al día siguiente, la Casa Blanca anunció a regañadientes una política dura. Los recortes de producción de la OPEP+ tienen a Washington vacilando entre enfadarse «mucho» o tomar represalias, especialmente contra los saudíes. La vacilación se explica porque en unas pocas semanas se llevarán a cabo elecciones intermedias en Estados Unidos y las consecuencias del aumento de los precios del combustible sin duda se manifestarán en las urnas.

Durante casi un año, el presidente Joe Biden ha estado aumentando el suministro de combustible utilizando la Reserva Estratégica de Petróleo, pero esta politica de emergencia no ha podido ni limitar el precio del combustible, ni detener la inflación. En el Congreso se ha amenazado con aprobar un proyecto de ley llamado eufemísticamente «NOPEC ”: una propuesta que bajo el pretexto legal de prohibir los Carteles, autoriza al gobierno para que se apodere de los activos que tiene la OPEP en los Estados Unidos.

Esta idea, que ha estado dando vueltas durante décadas en Capitol Hill, esta vez por puede avanzar porque hay parlamentarios que están emocionalmente afectados por la pérdida de influencia de Washington. Sin embargo, lo más probable es que una actitud agresiva de los estadounidenses resulte ser contraproducente para sus propios intereses. De hecho, puede acelerar los drásticos cambios geopolíticos que tienen lugar en Asia occidental, una región que sigue alejándose de la órbita norteamericana.

Muchas capitales árabes no han olvidado el derrocamiento del presidente egipcio Hosni Mubarak y la celeridad con que Estados Unidos abandonó a este gobernante, que fue su aliado incondicional durante mucho tiempo.

“Es la economía, estúpido”

El precio del petróleo es un sismógrafo de la economía mundial y también del escenario geopolítico. Con los recortes de producción, la OPEP+ simplemente está anticipando la próxima recesión. Además – y no menos importante – los países productores necesitan cubrir una falta de inversiones que se mantiene desde 2014: un precio bajo del petróleo simplemente no se puede sostener si no hay grandes inversiones de capital.

De cualquier manera, se espera que la situación del suministro energético empeore aún más a partir del 5 de diciembre, cuando entre en vigor el embargo de petróleo impuesto por la UE a la Federación Rusa.

Las leyes de la oferta y la demanda determinarán, en última instancia, las muchas distorsiones en los mercados de productos básicos. Las sanciones contra Rusia adoptadas por Estados Unidos y la UE han interrumpido el suministro global, y esto ha tenido consecuencias directas en el suministro de energía y en el aumento de los precios a nivel mundial.

Las dos últimas crisis financieras, inmobiliaria y bancaria en 2008 y la provocada por la pandemia en 2021, llevaron a los bancos Centrales a autorizar una impresión masiva de papel moneda en todo el mundo. Irónicamente, en la primera de estas crisis (2009-2010) fue Beijin quien sacó del colapso a una economía global paralizada. China estabilizó el mercado de productos básicos y se transformó en una locomotora global, incorporando el yuan al comercio internacional.

China, una máquina bien engrasada

Hasta principios de la década de 1990, China satisfizo su consumo interno de petróleo con producción interna – unos 3 a 4 millones de barriles por día. Pero, quince años después y con una economía en rápida expansión, el gigante asiático se ha convertido en el importador de petróleo número uno del mundo.

Este dato es clave porque revela el papel decisivo que tiene Beijing en el mercado mundial del petróleo. Los más importantes proveedores de petróleo a China son Arabia Saudita y Angola, pero Rusia es su principal proveedor de gas. Y como observó, Wen Jiabao, ex primer ministro chino: “cualquier problema pequeño multiplicado por 1.300 millones terminará siendo un problema muy grande”.

Durante los últimos 20 años, he argumentado que los oleoductos y el comercio se esta moviendo rápidamente hacia el este y no hacia occidente. Podría decirse que uno de los mayores errores de Rusia fue invertir en infraestructura y contratos para un mercado europeo prometedor pero desagradecido. La cancelación del proyecto South Stream en 2014 debería haber servido como lección para Moscú que a partir de 2017 insistió en ampliar el sistema Nord Stream. El tiempo, los nervios y el dinero podrían haberse gastado mejor en expandir la red hacia el este.

Nunca ha sido sobre Ucrania

Desde el comienzo del conflicto militar de Ucrania, esencialmente hemos estado observando cómo la industria financiera liderada por Occidente libra una guerra contra las economías energéticas dominadas por el Este. Digan lo que digan los medios la presión real siempre estará en manos de la «macro región» productora de materias primas, porque como se dijo anteriormente, a diferencia del dinero, la energía no se puede imprimir.

Los volúmenes de petróleo y gas necesarios para reemplazar las fuentes de energía rusas no se encontrarán en el mercado mundial ni en un año ni en un futuro cercano. Y no hay materia prima más global que el petróleo. Cualquier cambio en el mercado de la energía siempre será decisiva para la economía mundial.

“El petróleo hace y destruye naciones”. Esta sentencia ejemplifica la importancia del petróleo en la configuración de el orden global y en los órdenes regionales. En la era posterior a la Primera Guerra Mundial fue la cuestión central en el Asia Occidental: primero se construyeron los oleoductos, luego vinieron las fronteras y los estados.

El difunto exministro de petróleo de Arabia Saudita, Zaki Yamani, una vez me dijo que las alianzas petroleras eran más fuertes que los matrimonios católicos tradicionales. Si esto fue verdad durante el pasado siglo, hoy en día el antiguo matrimonio entre EEUU y Arabia Saudita Rusia se está distanciando peligrosamente. En los próximos meses veremos si llegan al divorcio, un divorcio que desde ya está afectando directamente a la vieja Europa. Los sauditas ya tienen otros pretendientes,… Rusia y sus aliados.

*Karin Kneissl, ex ministra de relaciones exteriores de austria (experta en el mercado energético).

Artículo publicado en Observatorio de la Crisis.

Foto de portada: extraída de fuente original Observatorio de la Crisis.

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